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México D.F. Viernes 4 de julio de 2003
Leonardo García Tsao
Los horrores de la guerra
De acuerdo con una regla común de nuestra cartelera,
los estrenos menos publicitados y exhibidos de manera muy limitada suelen
ser bastante más meritorios que los acompañados por ostentosos
despliegues publicitarios. Hace unas semanas, la muy interesante Igby
goes down -afligida con el título ahuyentador de Las locuras
de Igby- se fue directamente al limbo, pues su estreno fue prácticamente
clandestino. Lo mismo puede ocurrir con La sombra del mal, del británico
Michael J. Bassett.
En su primer largometraje, Bassett ensaya una cruza poco
usual entre los géneros del horror y el cine bélico. Si bien
la lucha contra extraterrestres hostiles ha dado pie en el terreno de la
ciencia ficción a algunos híbridos como Aliens, el regreso
(1986), Depredador (McTiernan 1987) e Invasión (Verhoeven,
1994) -todos ellos con una estructura argumental propia de la película
de guerra-, la ubicación del horror en el contexto de un conflicto
histórico ha sido bastante más rara. Los únicos antecedentes
que recuerdo son The heep (Michael Mann, 1983) y The bunker
(Rob Green, 2001), ambas cintas situadas en la Segunda Guerra Mundial y
similares en su búsqueda de un horror sicológico (y tan poco
difundidas que ninguna de las dos se exhibió en México).
Sobre
un guión suyo, Bassett ha tenido la inspiración de situar
su historia en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial, mucho
más propicia para el alegato antibélico. Según se
sabe, esa poco heroica guerra de trincheras se ha prestado en especial
para expresar la futilidad de la lucha armada, en tanto se combatía
por el control de unos cuantos metros de lodo, rodeados por alambres de
púas. La sombra del mal se inicia con la usual carnicería:
el ataque nocturno de una compañía inglesa parece conducir
al fracaso; sin embargo, un grupo de sobrevivientes encuentra una trinchera
alemana abandonada, salvo por el aterrado soldado Friedrich (Torben Librecht),
quien advierte sobre el peligro de permanecer en el lugar. Poco a poco
se revela que los soldados han entrado a una dimensión desconocida.
Y el novato soldado Shakespeare (Jamie Bell, muy lejos de las clases de
ballet de Billy Elliott) verá morir paulatinamente a sus
compañeros en circunstancias misteriosas.
De manera voluntaria, el novel realizador combina lugares
comunes de uno y otro géneros. Todos los personajes típicos
del cine bélico pasan lista: además de Shakespeare, quien
transitará por una prueba de fuego para vencer el miedo, están
el capitán neófito cuyas torpezas son compensadas por el
sargento experimentado; el operador de la radio/ capellán piadoso
secundado por el médico diestro, y no falta el guerrero patológico
(Andy Serkis, quien prestara su voz y movimientos al Gollum de El señor
de los anillos), cuyo carácter Neanderthal es subrayado por
su uso de una piel animal y un garrote. Por otro lado, la trinchera desierta
funciona como casa embrujada: un entorno aislado y siniestro donde los
ocupantes se ven amenazados por fuerzas oscuras.
Las mejores virtudes de La sombra del mal -título
tan poco inspirado como el original, por cierto- se dan en el planteamiento.
Con el valioso apoyo del director artístico Aleksandar Denic (colaborador
de Kusturica) y el diseñador de sonido Nick Adams, la película
establece un opresor paraje infernal de lodo, lluvia incesante y putrefacción.
La atmósfera es efectiva tanto para manifestar el horror gráfico
de la guerra como de lo sobrenatural.
La gran falla de Bassett es no haber logrado llevar su
historia a una conclusión más convincente. Una vez planteada
la gradual destrucción del grupo, el cineasta no encuentra otra
salida que sugerir una especie de purgatorio cuya naturaleza será
cíclica: una y otra vez los soldados muertos irán a parar
ahí. La sucesión de acciones no merecía un final tan
anticlimático, cuando varios elementos -una pila de cadáveres
descompuestos, por ejemplo- sugerían el delirio de un ataque apocalíptico
de muertos vivientes al estilo George A. Romero.
Igual, para el aficionado al cine de géneros La
sombra del mal es de ese tipo de hallazgos que uno acostumbraba hacer
en programas triples, cuando existían los cines de segunda. Menos
mal que se pudo ver en pantalla antes de ser relegado al desmerecedor formato
del video.
LA SOMBRA DEL MAL
(Deathwatch)
D y G: Michael J. Bassett/ F. en C: Hubert Taczanowski/
M: Curt Cress, Chris Weller/ Ed: Anne Sopel/ I: Jamie Bell, Rualdini Conroy,
Laurence Fox, Torben Liebrecht, Hugh O'Connor, Andy Serkis/ P: ApolloMedia,
ApolloProMedia, Film and Music Entertainment para Odyssey Entertainment.
G. Bretaña-Alemania, 2002
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