.. |
México D.F. Sábado 5 de julio de 2003
Algunos llegaron desde un día antes;
la Zona Rosa se colapsó por varias horas
Congregó Café Tacuba a siete mil jóvenes
en agitada firma de autógrafos
La multitud estaba controlada hasta que el grupo llegó
a la tienda de discos
Con apenas 10 elementos, la SSP intentó controlar
a los fanáticos
JORGE CABALLERO
La firma de autógrafos del nuevo disco del grupo
Café Tacuba, Cuatro Caminos, organizada en la tienda de discos
Mix Up Zona Rosa, provocó un increíble/hermoso desmadre de
7 mil irreductibles fanáticos de los Tacuvos que soportaron el abrasante
sol, una pertinaz e incesante lluvia, gas lacrimógeno y toletazos,
para ver la firma de los músicos estampada en la infinidad de souvenirs
que traían; algunos recorrieron de rodillas los últimos diez
metros para llegar a donde se encontraban Neme, Joselo, Enrique y Elfego
Buendía, comprobando el adagio que reza "para un fanático
no hay barreras".
Los ánimos únicamente los calmaron los 100
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que
llegaron para resguardar la cortina de la entrada -que quedó hecha
chicharrón- y el asomo del grupo por la azotea de la tienda de discos,
quienes primero con una pancarta de cartón y luego con un altavoz,
esto en palabras de Elfego Buendía, dijo a la multitud: "Estamos
muy contentos por esta muestra de cariño, les pido paciencia, no
nos vamos a marchar hasta que el último salga con su autógrafo".
Hasta el cierre de esta edición seguían firmando autógrafos.
La sesión comenzó a las 16 horas, y calculaban que terminarían
de firmar alrededor de las 3 de la madrugada.
Caos y felicidad
No
fue para menos, pues desde el jueves a las 21 horas llegó Alejo
Torres y tres de sus amigos, con su tienda de campaña y víveres
para sortear la espera; a las 15 horas del viernes la fila serpenteaba
por la calle de Génova, doblaba en Londres, regresaba por esa calle
para retomar Génova y extenderse hasta Reforma, para concluír
en las inmediaciones del Angel de la Independencia. El primer cálculo
hecho al mediodía era de 500 personas, el segundo a las 16 horas
daba cuenta de cinco mil, el cálculo final en cifra redonda fue
de siete mil mozalbetes, casi ninguno sobrepasaba los 25 años.
Lo cierto es que la rudeza de los fanáticos de
Café Tacuba era rosa. Al principio, todos guardaban la debida compostura,
todos estaban colocados en la descomunal fila, pero al ver entrar al grupo
a la tienda la hilera se deshizo y aquello se salió de control,
todos tomaron la entrada de la tienda, el equipo de seguridad de Mix Up
únicamente alcanzó a cerrar las cortinas de acero para contener
la inconmensurable locura desenfrenada de los fanáticos. De ahí
hasta las 19:30 horas, todo fue caos afuera de la tienda.
Dentro del establecimiento los afortunados que entraban
no podían con el rostro de felicidad de estar frente a sus ídolos
para que les firmaran sus camisas, guitarras, discos, posters, pinturas
de los Tacuvos, platillos y parches de batería, entre otros muchos
objetos. Al mismo tiempo, la cortina principal de la tienda era contenida
por absolutamente todos los empleados de seguridad de MixUp, por momentos
parecía que cedía. Un empleado de la tienda de discos que
guardó el anonimato confesó: "Ya les pedimos a los de Café
que salieran para que calmen a la gente, pero no quisieron. Están
que se cagan de miedo. No se la creen".
¡Viva el desmadre!
Por su parte, el grupo estaba asombrado por la irracional
muestra de amor que les profesaban los fans. Neme dijo: "Esta muestra
de amor es racional e irracional y de todos los amores porque están
aquí, nosotros también estamos ofreciendo lo que podemos
dar: música, tiempo para compartir y cariño. Es impresionate,
estamos nerviosos porque no es normal, pero eso quiere decir que la música
es más fuerte que muchas otras cosas".
Cerca de las 18 horas, el grupo quiso tomar un receso,
pero ante la sugerencia de que se iban a volver locos los fanáticos
al no ver que seguía entrando gente, se sacrificaron y siguieron
plasmando firmas y dando besitos. Pocos minutos después el cuarteto
subió a la azotea y, a falta de tecnología, sacaron un cartón
de La Academia y lo rotularon por la parte de atrás: "Calma
todos van a entrar", pero su salida ocasionó que se deshiciera la
fila que aún persistía/salía del desmadre. Todos comenzaron
a gritar "Portazo, portazo..."; el equipo de seguridad de Mix Up apenas
pudo contener el furioso embate de la marea de gente. Mientras, una chica
entró a la tienda y, gritando y saltando, dijo: "¡A güevo!,
ya entré''. Le dijeron que se calmara, pero la chica que responde
al nombre de Sandra les espetó: "Qué cabrones, me emocioné.
El desmadre está chido, ¡Viva el desmadre!" La calle continuaba
repleta.
Por el radio de frecuencia, una empleada de Mix Up, que
por supuesto no quiso dar su nombre, lanzó un monólogo: "No,
no puedo tomar esa decisión... únicamente puede entrar la
SSP si se suspende el evento... no puedo tomar esa responsabilidad... entonces
que entre la SSP". Afuera, los jóvenes coreaban: "Que salgan, que
salgan....", cosa que los Tacuvos hicieron pero ahora con alta voz; los
ánimos se calmaron un poco, incluso algunos se dieron por bien servidos
y se marcharon, pues Elfego Buendía se asomó por los dos
lados de la tienda.
...Y llegó la SSP
Dentro, los Tacuvos y su staff, así como
el personal de Universal Music (casa discográfica del grupo), empleados
de la tienda y representantes de los medios de comunicación se veían
tensos, pero se tranquilizaron a eso de las 19:30 horas cuando 10 elementos
de la SSP llegaron al lugar para controlar a la multitud, pero su esfuerzo
fue insuficiente, pues no pudieron, ni por mucho, contener la marea de
gente. Llegaron otros 90 y entonces sí, tras media hora de esfuerzo
pudieron resguardar la cortina de acero. Los comentarios de los chicos
a los policías iban desde: "A la chingada, perros", hasta la clásica
mentada de madre, pasando por la dolorosa ofensa "cómo son tarados
y no organizan bien".
A las 20:30 horas ya estaba todo controlado. Aún
había mucha gente y los elementos de la policía hacían
pasar de 30 en 30. Adentro, los Tacuvos se les veía hasta la madre,
pero seguían firmando autógrafos.
No se registró ningún incidente mayor, mas
que empellones, torteadas a las chicas y una que otra bolsa y cartera
extraviada, pero al final todos estaban felices. Pero no faltaron las protestas,
como la de Sandra, que se formó desde las 8 de la mañana
y entró hasta las 20 horas: "Café Tacuba se merece que pasemos
por esto, pero no se me hace justo que la gente que está a cargo
no organice bien las cosas y provoque todo este desmadre. Ellos son los
verdaderos culpables."
|