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México D.F. Viernes 11 de julio de 2003
ASTILLERO
Julio Hernández López
El silencio de los "inocentes"
Líderes partidistas alegan para no aceptar realidades
TIENE RAZON Luis Felipe Bravo Mena al acusar de soberbia al presidente nacional del PRI. Más sonriente que de costumbre, convencido de que el 2006 le espera como coronación obligada, condescendiente al ironizar sobre las debilidades y problemas de sus adversarios, Roberto Madrazo actúa con un triunfalismo que irrita a quienes (los hay) todavía defienden con pasión al foxismo y a quienes no creen que la alternativa al mal sueño (que ni a pesadilla llega) llamado actual gobierno sea la restauración del priísmo.
PERO NO SE hace acompañar la crítica de Bravo Mena con las virtudes de ponderación analítica que el momento también impone al panismo. Con una sumisión intelectual que deshonra la historia del partido blanquiazul, su actual jefe nacional busca, con mal estilo y peores resultados, explicaciones y excusas para lo que no puede ser entendido más que como fracaso electoral (un ejemplo claro se dio en el programa con los líderes de los seis partidos que mantuvieron registro que, bajo la conducción de Joaquín López Dóriga, se transmitió en Canal 2 la madrugada de este jueves: el presidente panista trató de explicar la magra cosecha de votos de este año con experiencias internacionales, improvisando hipótesis, incapaz de reconocer errores en la conducción de su partido y en el ejercicio del gobierno federal presuntamente panista).
EL PRD, COMO es sabido, tampoco ha sido capaz de asumir una posición de honestidad intelectual para entender los resultados de este 6, mucho menos para preparar una estrategia inteligente hacia el futuro. Asida a la alta producción de los gobiernos perredistas (no todos: en especial López Obrador y, proporcionalmente, aún más Ricardo Monreal, pues el PRD creció en Zacatecas más que en ninguna otra entidad), la presidenta nacional del sol azteca trata de cobijar con ese manto regionalmente privilegiado la ínfima cosecha electoral nacional, sin aceptar el hecho evidente (señalado incluso por el crítico número uno, Cuauhtémoc Cárdenas) de que su organización carece de implante nacional y que la fuerza de sus personalidades rebasa y se contrapone a la escuálida realidad partidista.
LA DIARIA COMPETENCIA de palabras vanas en que están empeñados los líderes de los principales partidos no hace ningún favor a los ánimos abstencionistas que en esta ocasión se expresaron abundantemente, ya mediante la ausencia absoluta en las urnas, ya a través del voto en blanco o intencionalmente anulado. Los dirigentes de los partidos con mayor peso político siguen empeñados en tratar a los ciudadanos como entes de inteligencia disminuida, a los que impunemente se pueden recetar dosis de demagogia y frivolidad.
A ESAS LAMENTABLES comparecencias de los dirigentes ante los medios de comunicación debe añadirse el extraño retorno de un ingrediente político que se consideraba en vías de extinción: el conflicto poselectoral. En Sonora y Campeche, las fuerzas panistas soliviantadas por el gobierno federal tratan de echar atrás presuntas victorias priístas que en el marco de la cacareada "normalidad democrática" hubiesen parecido firmes a la luz de los resultados de encuestas de salida y de resultados preliminares. La condición estratégica del estado norteño y la preminencia de intereses específicos de Vicente Fox con Ramón Corral, su Amigo recaudador de fondos de campaña, y de Alfonso Durazo, su secretario particular que nada con habilidad en las aguas por sí mismas o artificialmente agitadas, han hecho que Los Pinos se niegue a dar por perdida la plaza a manos de un labastidista, Eduardo Bours, que como su adversario Corral tiene en su hoja de servicios mención honorífica en los malabarismos necesarios para manejar dineros de campañas. En el sur, en Campeche (estado que Bravo Mena había anunciado al presidente Fox, en una de esas encerronas en Los Pinos, como pieza ganada, al igual que Sonora), el PAN-gobierno federal también ha creído posible empujar con la esperanza de impedir la consolidación del cacicazgo de José Antonio González Curi (triste historia de saqueos la de esa entidad, antes con Salomón Azar y actualmente con quien quiere dejar guardaespaldas en el palacio de gobierno).
LA RUPTURA DE la fachada democrática que el foxismo quería dar como institucionalizada (en León, Eliseo Martínez Pérez, panista purgado por oponerse al foxismo, que ahora compitió bajo las siglas PRI-PVEM, asegura que hubo más votos que boletas electorales, y en otros municipios guanajuatenses hay crecientes quejas contra una elección que aseguran fue manipulada por el gobierno estatal panista), y el agotamiento del discurso de los principales actores políticos, podrían llevar en lo inmediato a un entrampamiento peligroso o a su antítesis, a la resolución sobre las rodillas de problemas trascendentes, como las reformas deseadas por el foxismo.
ASTILLAS:EL OSITO BIMBO anda muy activo en política. Primero se prestó para oportunas campañas propagandísticas de elemental asociación de ideas entre las bondades del pan comestible y las presuntas virtudes de ese mismo producto pero con mayúsculas. Ayer, durante la conmemoración gubernamental del Día del Arbol, Daniel Servitje Montul, director general del Grupo Bimbo, le propuso abiertamente al presidente Fox que se lance a "establecer mecanismos tan sencillos como un mínimo sobreprecio en los recibos de agua o en el precio de la gasolina... crear muchos 'cochinitos' para proyectos de conservación de los recursos naturales del país". Tales "cochinitos", que podrían acabar siendo "ositos", le permitirían al gobierno del pan con minúsculas enfrentar la crisis ambiental que ayer anunció el Presidente de la República casi como algo inevitable... El gobierno de Michoacán ordenó cambios indumentarios en la policía estatal: nada de botas picudas, cinturón piteado, lente oscuro, cadenas de oro y demás arreglos propios de la narcocultura. Ahora esos agentes deberán usar calzado tipo militar y ropa de combate en colores gris y negro. Nada importante cambiará en el comportamiento de los policías michoacanos (ni en la guerra diaria que sostienen las bandas de traficantes de drogas de esa entidad con las de Jalisco, que ha producido decenas de ejecutados en lo que va del año), pero como ocurrencia sirvió para hacer como que algo se hace en ese renglón dificilísimo de la obligada convivencia del poder gubernamental con el poder político y económico del narcotráfico... Llora abiertamente esta columna maltratada: tantas broncas que le ha acarreado hablar aquí del juego electoral denominado Tata-Lula, para que ahora salga un diario español, La Vanguardia, con una entrevista denominada "El Lula mexicano" en la que atribuye expectativas como las del ahora presidente brasileño no a la esfinge michoacana sino a Andrés Manuel López Obrador. Intrépida, sin embargo, esta sección rápidamente elaborará alguna tesis intitulada Peje-Lula, declarándose de inmediato lista para recibir algún indignado artículo periodístico tropical que se podría llamar "(P)astillas para Julio Hernández López". Moraleja: nadie sabe para quién baila samba... Fax: 5605-2099 [email protected]
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