México D.F. Viernes 11 de julio de 2003
María Félix, titular de una librería especializada
La avidez de la niños por leer trasciende lo comercial
Aumenta la práctica de los libros a consignación, dice
Gran cantidad de títulos se venden solos, sin publicidad
CESAR GÜEMES
La literatura para niños y jóvenes, que no se mueve mediante la publicidad y que inclusive entra a las librerías sólo bajo la modalidad de consignación, ha crecido en los tres años recientes, a decir de la titular de la librería especializada en el ramo más completa del país, María Félix, quien se encarga de El Sótano de los Niños.
''Tenemos gran cantidad de títulos que se venden solos, sin aparatos publicitarios ni campañas en los medios. Eso habla de que entre la niñez mexicana existe enorme avidez por la lectura, que no es reflejo del movimiento comercial."
Sellos conocidos, porque son referentes culturales, cuentan entre sus filas al menos con una división de libros para niños. Es el caso del Conafe, al que Félix no duda en señalar como ''una editorial indispensable en la biblioteca de cualquier niño para acercarse a la lectura". Allí el interesado podrá encontrar series como Mira un cuento, sin texto, en cuyos títulos los niños construyen la historia a partir tan sólo de las ilustraciones que los libros contienen; Pocas letras, dedicada para pequeños en edad prescolar; Así cantan y juegan en..., dividida por regiones del país y cuyos títulos vienen acompañados por un casete.
''Es muy fácil decir que en el país no se lee porque el precio de los libros es alto, pero en el caso de Conafe y de otros sellos que manejamos el promedio del costo al comprador es de sólo 50 pesos, más bajo que en el caso de otras editoriales."
La casa Panamericana también es una de las más asiduas editoriales que ofrece su catálogo a consignación. Con libros no tan económicos como los del Conafe, aunque de muy cuidada calidad, ofrece desde títulos clásicos como La Odisea y La Ilíada, en ediciones pensadas para jóvenes, hasta un considerable repaso por la literatura contemporánea hecha en castellano, como es el caso de Horacio Quiroga y Nicolás Guillén, si bien su autor más solicitado es Jairo Aníbal Niño, autor de bestsellers como Orfeo y la cosmonauta, El aviador Santiago y La alegría de querer.
Inclusive los textos a consignación provienen, en su mayoría, del extranjero. ''Me atrevería a decir -manifiesta María Félix- que 90 por ciento de los libros para niños que se venden en México son importados. Una de las razones obedece a que es más barato imprimir en España o Argentina. Lo singular es que se trata de autores ingleses, alemanes, franceses o italianos."
Beneficio mutuo
La figura del autor que llega a solas con sus libros bajo el brazo ha desaparecido. Sin embargo, en El Sótano de los Niños existen aún ejemplares de La mexiquiada, de Edgar Escobedo Quijano, publicado por La luna negra con recursos del autor.
Otra editorial muy buscada es Suromex, con dos sellos, Susaeta, conformado por cuentos clásicos, y Todolibro, volúmenes de actividades para niños entre 2 y 3 años.
La figura de los libros a consignación en el mercado de la literatura infantil se ha vuelto indispensable, puesto que, concluye Félix: ''Si compramos en firme a una editorial, aceptaríamos sólo 30 por ciento de su fondo; en cambio, si es a consignación podemos exhibir 80 por ciento. Es un beneficio mutuo, para el editor y el lector".
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