México D.F. Domingo 13 de julio de 2003
Más de la mitad de la inversión extranjera fue para adquirir activos financieros: Cepal
México transfiere al exterior 71.36 de cada cien dólares que llegan
La cifra, de capital captado en 39 meses, según el BdeM La apertura del sector bancario no ha implicado mayor crédito Los réditos que cobran a los usuarios triplican la media de la OCDE
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Por cada cien dólares de inversión extranjera directa (IED) que llegó al país en los pasados tres años, éste transfirió al exterior 71.36 dólares para el pago del servicio de la deuda externa, revelaron datos del Banco de México (BdeM).
Destinada principalmente a la adquisición de activos financieros ya existentes y no a la creación de nuevos negocios, así como al sector de la manufactura, las empresas trasnacionales que controlan el sistema bancario mexicano no han entregado ningún beneficio a los consumidores, que siguen pagando altos costos por la intermediación. Este hecho obliga a replantear las políticas gubernamentales respecto de los flujos de capital que llegan al país, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Entre el año 2000 y el primer trimestre de 2003, México captó inversión extranjera directa por 58 mil 515.35 millones de dólares, mientras que en el mismo periodo el país transfirió a los centros financieros de los países desarrollados, principalmente Estados Unidos, recursos por 41 mil 766.13 millones de dólares para cubrir el pago de los intereses de la deuda externa de los sectores público y privado, indicaron reportes del Banco de México. Así, los pagos de intereses fueron equivalentes a 71.36 por ciento de la IED recibida por el país en esos 39 meses, según reportes del banco central.
"Fue gracias a la IED en los servicios financieros, sumado a manufacturas, que el ingreso de IED se mantuvo en niveles históricamente altos" en los últimos años en México, indicó por su parte la Cepal en un informe sobre los flujos de inversión en la región de América Latina y el Caribe, en el que asegura que la llegada de grandes grupos trasnacionales como propietarios de las redes bancarias no se ha traducido ni en un aumento del crédito ni en un menor costo de los servicios para los consumidores.
El organismo de Naciones Unidas señaló que desde 1994 -año en que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que abrió la puerta del sector financiero local a la inversión extranjera- y hasta 2002, México recibió IED para la compra de activos bancarios por 28 mil 500 millones de dólares, cantidad que representó 57 por ciento del total de inversión extranjera directa captada por el país.
Con la crisis de 1995, el gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo promovió cambios legales, aprobados por el Congreso, para eliminar los topes a la inversión extranjera en el sistema financiero, cuya apertura total estaba prevista hasta el décimo año de entrada en vigor del TLCAN, en el que México es socio con Estados Unidos y Canadá.
La Cepal mencionó que el crecimiento de la participación de la banca extranjera en los activos del sistema bancario mexicano pasó de 1 por ciento del total en 1994 a 19 por ciento en 1999. Para 2000, los extranjeros detentaban 24 por ciento del capital del sistema, relación que creció a 90 por ciento en 2001 y a 95 por ciento en 2002.
Control extranjero
Esa situación convierte a México en el país latinoamericano que ha cedido el mayor control de su sistema de pagos. La Cepal señala que en Argentina y Perú las empresas trasnacionales controlan 61 por ciento de los sistemas bancarios locales; en Chile, 62 por ciento; en Venezuela, 59 por ciento; en Brasil, 50 por ciento; y en Colombia, 34 por ciento.
Sin embargo, en el caso de México, señaló, las tasas activas de los bancos -es decir los réditos que cobran a los usuarios- triplican el promedio de las vigentes en los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México forma parte.
La Cepal consideró que, dado que terminó el periodo de flujos de IED abundantes y fáciles hacia la región, "es momento que los gobiernos revisen sus políticas hacia la IED. Se propone un cambio de enfoque desde la cantidad hacia la calidad, para atraer la que contribuya a los objetivos de desarrollo productivo de los países".
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