México D.F. Domingo 13 de julio de 2003
Glen Rangwala y Raymond Whitaker
Veinte mentiras sobre la guerra
1. Irak fue responsable de los ataques del 11 de septiembre.
Una supuesta reunión en Praga entre Mohammed Atta,
líder de los aeropiratas del 11 de septiembre, y un funcionario
de la inteligencia iraquí fue el principal fundamento de esta aseveración,
pero más tarde la inteligencia checa admitió que el contacto
iraquí probablemente no era Atta. Esto, sin embargo, no contuvo
incesantes informes de que Irak tuvo algo que ver con el 11 de septiembre,
tendencia que fue tan exitosa que actualmente los sondeos de opinión
demuestran que dos tercios de los estadunidenses creen que Saddam Hussein
estuvo detrás de los atentados. Casi la misma cantidad de gente
está convencida de que eran iraquíes los secuestradores que
estrellaron los aviones. Ni lo uno ni lo otro es verdad.
2. Irak y Al Qaeda trabajaban juntos.
Las constantes afirmaciones de líderes estadunidense
y británicos de que Saddam y Osama Bin Laden estaban en el mismo
equipo fueron desmentidas por un reporte que se filtró del
equipo británico de inteligencia para la defensa, que negaba que
hubiera algún nexo entre ambos. El reporte agregó que "los
objetivos del señor Bin Laden entran en conflicto ideológico
con el Irak actual".
También se difundieron informes según los
cuales miembros de Al Qaeda recibían refugio en Irak, donde habían
montado un campamento de entrenamiento en el uso de venenos. Cuando las
tropas estadunidenses encontraron el supuesto campamento no hallaron el
menor rastro de sustancias venenosas, químicas o biológicas.
3. Irak iba a adquirir uranio de Africa para
"reconstituir" su programa de armas nucleares.
Ahora
el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés)
ha admitido que los documentos que supuestamente demostraban que Irak había
tratado de importar uranio de Níger, en Africa occidental, eran
falsificados, y que esta afirmación nunca debió aparecer
en el discurso del presidente George W. Bush sobre el estado de la Unión.
Gran Bretaña defiende su postura alegando que existe "evidencia
de inteligencia adicional". Sin embargo, la oficina del Exterior británica
admitió la semana pasada que dicho reporte está "siendo sometido
a revisión".
4. Irak pretendía importar tubos de aluminio
para desarrollar armas nucleares.
Estados Unidos argumentó insistentemente que Bagdad
trató de comprar tubos de aluminio extrarreforzado, mismos que se
emplean exclusivamente en las centrifugadoras de gas necesarias para enriquecer
el uranio con que se fabrican armas nucleares. De manera igualmente tenaz,
la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) afirmó
que dichos tubos estaban siendo usados para fabricar cohetes de artillería.
El jefe de la AIEA, Mohamed El Baradei, le aseguró al Consejo de
Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en enero
pasado, que los tubos no eran adecuados para usarse en centrifugadoras.
5. Irak conservaba, desde la primera guerra del Golfo,
vastos arsenales químicos y biológicos.
Irak poseía suficientes sustancias peligrosas para
matar al mundo entero, se argumentó en más de una ocasión.
Contaba con aviones que volaban sin piloto, que podían ingresar
al espacio aéreo estadunidense para regar sustancias químicas
y biológicas. Pero expertos han señalado que Irak nunca tuvo
la tecnología para producir agentes químicos y biológicos,
salvo el gas mostaza, que pudieran conservar su virulencia durante más
de 12 años, tiempo que transcurrió entre las dos guerras.
Todos esos agentes debieron deteriorarse y quedar inservibles hace años.
6. Irak tenía hasta 20 misiles que podían
cargarse con elementos químicos y biológicos, cuya capacidad
de alcance amenazaba a las fuerzas británicas en Chipre.
Independientemente del hecho de que no se ha hallado indicio
alguno de estos misiles desde la invasión, Gran Bretaña minimizó
la supuesta existencia de tales armas, una vez que comenzaron los combates.
También se hizo público que en 2002 se retiró todo
el equipo de protección contra ataques químicos de las bases
británicas en Chipre, lo cual indica que Londres no tomó
en serio sus propias afirmaciones.
7. Saddam Hussein tenía medios para desarrollar
cepas de viruela.
Esta acusación fue hecha por el secretario de Estado
estadunidense, Colin Powell, en su discurso ante el Consejo de Seguridad
en febrero pasado. En marzo, la ONU aseguró que no había
ningún elemento que la sustentara.
8. Los inspectores de la ONU respaldaron las acusaciones
estadunidenses y británicas.
Según el responsable del Exterior británico,
Jack Straw, el jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, "subrayó"
que Irak tenía 10 mil litros de ántrax. Tony Blair dijo que
la ONU había documentado los programas de armamento químico,
biológico "y, desde luego, nuclear" de Irak. ¿Cuál
fue la respuesta del señor Blix? "Esto no equivale a decir que hay
armas de destrucción masiva", señaló en septiembre
pasado. "Si yo hubiera contado con cualquier evidencia sólida de
que Irak conservaba armas de destrucción masiva o las estaba fabricando,
la hubiera llevado inmediatamente al Consejo de Seguridad". En mayo de
este año Blix agregó: "Obviamente estoy muy interesado en
el tema de si había o no armas de destrucción masiva, y empiezo
a sospechar que no".
9. Las inspecciones anteriores de desarme fracasaron.
Tony Blair declaró al diario The Independent
en marzo pasado que la ONU "intentó sin éxito durante 12
años que Saddam Hussein se desarmara de manera pacífica".
Pero en 1999 una comisión del Consejo de Seguridad de la ONU concluyó:
"pese a que aún deben esclarecerse elementos importantes, el grueso
de los programas iraquíes para fabricar armas prohibidas han sido
eliminados". El señor Blair también aseveró que los
inspectores de la ONU "no hallaron rastro alguno de los programas de armas
biológicas de Saddam", sino hasta que huyó del país
el yerno del gobernante iraquí. De hecho la ONU logró que
el régimen admitiera que existió un plan de armas biológicas
un mes antes de dicha huida.
10. Irak obstruía la labor de los inspectores
de armas.
El llamado "expediente dudoso", que el gobierno británico
divulgó en febrero pasado, argumentaba que los iraquíes que
eran asignados a acompañar a los inspectores estaban "entrenados
para enfrascarse en largas discusiones" con funcionarios del propio régimen
iraquí, lo que permitía a otros sujetos esconder las evidencias.
El informe agregaba que las inspecciones eran monitoreadas y que incluso
ya se sabía con anticipación qué lugares iban a ser
revisados de manera sorpresiva, por lo que la evidencia era ocultada
antes de la llegada de los expertos. El doctor Blix dijo en febrero que
la ONU realizó más de 400 inspecciones y que se cubrieron
más de 300 sitios. "Notamos que el acceso a estos lugares se logró
sin problemas", señaló. En ningún caso hemos visto
evidencia convincente de que la parte iraquí sabía que los
inspectores iban a llegar".
11. Irak podía lanzar un ataque con armas de
destrucción masiva en únicamente 45 minutos.
Esta célebre afirmación se basó en
una sola fuente que, según se dijo, era un oficial militar iraquí
en funciones. La identidad de este individuo no se ha hecho pública
desde la guerra, pero en todo caso Tony Blair desmintió la versión
en abril. Manifestó que Irak comenzó a esconder sus armas
en mayo de 2002, lo cual implica que no pudo haberlas usado en 45 minutos.
12. El "informe dudoso".
El
señor Blair expresó ante la Cámara de los Comunes
en febrero pasado, cuando se difundió el expediente, que "durante
el fin de semana hemos obtenido información adicional de inteligencia
sobre la infraestructura del ocultamiento de armas. Obviamente sería
muy difícil publicar los reportes de inteligencia". Poco después
se descubrió que la mayor parte de este informe fue copiado, sin
que se le atribuyeran fuentes, de tres artículos en Internet. El
mes pasado, Alastair Campbell asumió la responsabilidad por el plagio
cometido por su equipo, pero defendió la exactitud del expediente,
pese a que éste confunde a dos organizaciones de la inteligencia
iraquí y señala erróneamente que una se trasladó
a nuevos cuarteles en 1990, dos años después de que fue creada.
13. La guerra será fácil.
Los temores de la opinión pública que surgieron
en Estados Unidos y Gran Bretaña fueron mitigados con la aseveración
de que los iraquíes oprimidos darían la bienvenida a las
fuerzas invasoras. Se dijo que "demoler el poder militar de Saddam Hussein
y liberar a Irak será un paseo", según palabras de Kenneth
Adelman, funcionario del Pentágono en dos administraciones republicanas
anteriores. La resistencia se presentó de manera irregular pero
fue más tenaz de lo que se esperaba, principalmente la que provino
de fuerzas no oficiales que combatían vestidas como civiles. "Este
no era el enemigo contra el cual planteamos la estrategia", se quejó
un general.
14. Um Qasr.
La caída de la sureña ciudad de Irak, que
además es el único puerto del país, fue anunciada
en varias ocasiones, antes de que las fuerzas angloestadunidenses la controlaran.
El anuncio fue hecho, entre otros, por el secretario de Defensa de Estados
Unidos, Donald Rumsfeld, y por el almirante Michael Boyce, jefe de la defensa
británica. "Um Qasr ha sido subyugada por marines estadunidenses
y está ahora en manos de la coalición", afirmó el
almirante de manera prematura.
15. La rebelión de Basora.
Durante días se dijo repetidamente que la población
chiíta de Basora se había rebelado contra sus opresores,
mucho antes de que quedara claro que esto no era más que un deseo
incumplido. También se dio a conocer la supuesta desersión
de un batallón iraquí. La afirmación fue hecha por
un vocero militar que no estaba en posición de conocer la verdad.
16. El "rescate" de Jessica Lynch.
El "rescate" de la soldado Jessica Lynch de un hospital
de Nasirya por parte de fuerzas especiales estadunidenses fue una de las
principales "historias conmovedoras" de la guerra. Ella afirmó que
disparó contra las tropas iraquíes hasta que se le terminaron
las municiones, y que fue llevada al hospital con heridas de bala y de
arma blanca. Pero ahora ha quedado claro que las lesiones que sufrió
ocurrieron cuando el vehículo en el que viajaba volcó, dejándola
imposibilitada para disparar. Médicos del hospital local trataron
de entregarla a los estadunidenses, luego que las fuerzas iraquíes
salieron del nosocomio, pero los doctores tuvieron que retroceder cuando
las tropas de Estados Unidos abrieron fuego contra ellos. Las grupos especiales
no encontraron resistencia al realizar el "rescate", pero desde luego se
aseguraron de que todo el episodio quedara filmado.
17. Las tropas enfrentarían ataques con armas
químicas y biológicas.
A medida que las fuerzas estadunidenses se aproximaban
a Bagdad, un montón de informes de la prensa señalaban que
las tropas cruzarían la "línea roja", después de la
cual unidades de la Guardia Republicana tenían la autorización
de emplear armas químicas. Pero el teniente general James Conway,
el más importante general de los marines en Irak, admitió
más tarde que estaban equivocados los reportes de inteligencia según
los cuales se había desplegado armamento químico en torno
a Bagdad desde antes de la invasión.
"Me sorprendió mucho el no encontrar armas a medida
que avanzábamos", dijo. "Entramos a todos los depósitos de
municiones entre la frontera de Kuwait y Bagdad, pero simplemente no había
ninguna. Sencillamente nos equivocamos. Pero estemos o no equivocados,
creo que todavía hay mucho que nos queda por ver".
18. Interrogando a científicos iraquíes
se logrará encontrar las armas de destrucción masiva.
"No tengo absolutamente ninguna duda de que esas armas
están ahí (...) Una vez que tengamos la cooperación
de científicos y expertos, no tengo duda alguna de que las encontraremos",
aseveró Tony Blair en abril pasado. Otras personalidades han hecho
afirmaciones similares, en el sentido de que los interrogatorios promoverán
el descubrimiento de esas armas que las verificaciones no lograron hallar.
Pero prácticamente todos los científicos iraquíes
están bajo custodia, y el pretexto de que no han confesado porque
aún le temen a Saddam Hussein está empezando a desgastarse.
19.
El dinero proveniente del petróleo iraquí será para
los iraquíes.
Tony Blair se quejó ante el parlamento de que "la
gente cree la falsa acusación de que queremos apoderarnos de la
riqueza petrolera iraquí", y agregó que debería crearse
un fondo para el pueblo que sea administrado por la ONU. Gran Bretaña
debe promover una resolución del Consejo de Seguridad, que estipule
que "todas las ganancias resultantes del petróleo beneficiarán
a la ciudadanía de Irak".
Pero en vez de esto Londres copatrocinó una resolución
en el Consejo de Seguridad que otorgó a Estados Unidos y Gran Bretaña
el control sobre la producción petrolera iraquí. No hay ningún
fondo administrado por la ONU.
Y lejos de establecer que "las ganancias petroleras" serán
usadas por el pueblo iraquí, la resolución plantea deducciones
sobre dichas percepciones que tienen el propósito de pagar compensaciones
por la invasión de Kuwait en 1990.
20. Se han encontrado armas de destrucción masiva.
Después de repetidos hallazgos falsos, tanto Tony
Blair como George W. Bush proclamaron el 30 de mayo que dos camiones encontrados
en Irak eran laboratorios biológicos móviles. "Ya hemos encontrado
dos tráileres, y creemos que ambos fueron usados para producir armas
biológicas", afirmó Blair. Bush fue más lejos: "Aquellos
que dicen que no hemos encontrado equipos prohibidos o armas ilícitas
se equivocan. Los encontramos". Es casi seguro que los vehículos
eran usados, tal como dicen los iraquíes, para la producción
de hidrógeno, para inflar globos meteorológicos, y que fue
Gran Bretaña quien les vendió los camiones.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
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