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México D.F. Domingo 13 de julio de 2003
Domingos y miércoles, baile en el Deportivo 18 de Marzo
Primer aniversario de los Sábados de danzón, en la colonia Estrella
JAIME WHALEY
Las coladas, los dribbles y los tiros de gancho, cedieron su espacio a otros movimientos, también corporales pero un poco más armoniosos y melódicos, en el parque María Teresa de la colonia Estrella, al conmemorarse el primer aniversario de los Sábados de danzón.
Unas mil personas adeptas al centenario ritmo se dieron cita en la cancha de basquetbol de ese espacio en la delegación Gustavo A. Madero, también conocido como parque de Los Cocodrilos por los saurios -de concreto, desde luego- que adornan la descuidada fuente monumental.
En ambiente casi provinciano, pues el espacio, por otra parte, tiene un kiosco y espacios verdes, en donde varios canes dormitaban en la frescura del pasto muy ajenos al hueco y metálico sonido de los timbales, las danzoneras de Aragón, del maestro Silvestre, y la de Acerina, amenizaron la tocada, que se extendió más allá de las dos horas usuales de cada semana para que por ahí de las cuatro de la tarde todavía algunas parejas se mecieran, mientras otras merodeaban y ya se habían instalado en los lugares de comida que rodean el parquecillo para restaurar energías.
En una mampara, instalada en una de las esquinas de la rectangular pista, se podían admirar fotografías de hondo valor histórico y sentimental para su dueño, Simón Jara: un retrato autografiado de la Gatita Blanca, María Conesa; otra, copia fotostática de una revista, en donde aparecen muy uniformados los de la Banda Municipal de Mérida, que tocaba en los jardines de la capital yucateca allá en los albores del siglo pasado..
Ante la falta de pareja, la octogenaria doña Estelita no se amilanó, ''pues no me iba a quedar sentada'', y sacó a su vecina de silla mientras que Juanita, señora también de edad, hasta hizo a un lado su bastón para darle a las notas de Teléfono a larga distancia, pero ella sí, acompañada de otoñal caballero. En tanto, Pedro Perea, el animador, con albo traje y zapatos negros, solicitaba a la concurrencia que si alguién había dejado estacionado su auto en una entrada que lo quitara pues ya el iracundo inquilino le había arrancado una placa, pues no podía salir de su garage.
Hubo claveles rojos para todos los concurrentes, quienes también paladearon un gigantesco pastel y ensalada de verduras que alguna buena alma vecina llevó. Para quienes se quedaron con las ganas de seguir con el montuno, se dio a conocer mediante volantes que en el salón del Deportivo 18 de Marzo, ahí por el rumbo, domingos y miércoles hay danzoneada con precios populares, pues el público en general aporta 35 pesos y los agremiados al sindicato de burócratas del Gobierno del Distrito Federal nada más desembolsan 25 por entrar, y la música es en vivo.
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