México D.F. Jueves 17 de julio de 2003
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Xalatlaco-Ajusco, problema que no se quiere ver
TODO PARECE indicar que nadie, ninguna autoridad, quiere ver el problema entre las comunidades colindantes del Ajusco en la medida y complejidad que realmente tiene, lo que lleva a confusiones que, necesariamente, agravan el conflicto.
LA RAZON jurídica y la razón social aquí no parecen tener ningún vértice de interés común, por el contrario, todo parece indicar que hay en juego algo más que la muy sobada disputa por la tierra.
LOS CAMPESINOS, tanto de Xalatlaco como de los dos poblados del Ajusco, San Miguel y Santo Tomás, parecían haber vivido sin mayores problemas durante muchos años, tantos como recuerde cualquier paseante que alguna vez hubiera subido al Ajusco a comer quesadillas o trucha, costumbre muy dominguera para los defeños necesitados de algo de campo y aire fresco.
PERO DE pronto todo estalló. La paz de aquellos aires fríos se corrompe con una disputa que no parece tener sentido. Las autoridades delegacionales confirmaron en agosto de 2002 que en el predio Agua Grande se estaban construyendo cabañas, unas pocas en aquellas fechas.
PARA JULIO de 2003 ya había 12 y otras tantas en proceso de construcción. Parecía como si se tratara de una invasión lenta, silenciosa, pero segura. Las protestas existían, los pobladores del Ajusco miraban con preocupación el asunto y lo hacían ver a la jefatura delegacional.
PERO ESO no era todo. La queja principal, aunque no oficial, se enfocaba a la tala clandestina de árboles que ahí proliferan. Alguien había empezado un buen negocio.
HAY QUE dejar en claro que el predio en disputa se halla exactamente en el triángulo geográfico que hacen los estados de México, Morelos y el Distrito Federal, y cada uno tiene su propia problemática.
EL PUNTO más crítico se enfoca en la parte correspondiente a Morelos. Ahí la tala clandestina ha ido en aumento y tiene en peligro al bosque de pinos que se halla en la zona. La deforestación alcanza grados alarmantes y hay quienes aseguran que la tala debe extenderse, para que el negocio subsista, al estado de México y el DF, es decir, hacia Xalatlaco y el Ajusco.
ENTONCES SI, todo hace suponer que se trata nada más de un conflicto por la tenencia de la tierra, donde están en disputa un grupo de cabañas pobres y el negocio de venta de comida de algunos de los habitantes del poblado mexiquense. Y sí, seguramente para muchos de ellos esas cabañas y esa venta es de la mayor importancia, pero todo indica que hay otros intereses que ven hacia el bosque y han enmascarado la ambición con las necesidades de algunos campesinos.
ESO ES lo que no se quiere tocar. Nadie pretende ir al fondo del asunto porque allí hay, como ya decíamos, algo más que un pleito entre vecinos. Tampoco nadie quiere identificar algunos liderazgos, hoy rebasados pero peligrosos, que pretenden medrar con el conflicto.
ENTRE LOS pobladores del estado de México y de la capital se ha roto, tal vez para siempre, la armonía que mantuvieron durante muchos años y las soluciones al conflicto ni están cerca ni dejarán conformes a las partes en disputa.
PRECISAMENTE POR ello no debe existir ninguna confusión por parte de las autoridades. La mejor solución al conflicto deberá emanar de todos, porque de lo contrario todos lo lamentaremos.
Disculpa
AYER SE publicó en este espacio un correo con el título "Advierte sobre el PT", sin el remitente. Ofrezco disculpas a los lectores y en especial al autor del comentario, Francisco Estrada Cruz.
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