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México D.F. Jueves 17 de julio de 2003
MELON
Luis Angel Silva
Doña Celia
SI ALGUNA DUDA quedaba, hoy se disipó. He dicho siempre que Dios es sonero, y en cuestión de horas a dos figuras de relevancia las ha acogido en su seno. La guerrilla celestial debe tener una descarga de campanillas para recibir a Compay Segundo y a la Señora Son, que dejan un hueco muy difícil de cubrir, si no imposible, cada uno en su respectivo nivel.
EL FALLECIMIENTO DE Celia Cruz, no por esperado ha dejado de ser como un mazazo para éste, su enkobio. Tuve la fortuna de estar cerca de la Reina Rumba en muchísimas ocasiones y ser testigo de actuaciones memorables. Soy su admirador desde la primera vez que escuché sus grabaciones. Yemayá y Cao cao mani picao fueron las primeras que llegaron a México, desde luego con la Sonora Matancera, para empezar una larga cadena de éxitos conocidos por usted, mi nagüeriero.
LA SEÑORA SON estuvo en México por primera vez en 1948, formando parte de las Mulatas de Fuego, donde también estaba Elena Burke. Regresó en varias ocasiones para hacer temporadas en El Quid, El Afro, el Teatro Blanquita y otros sitios más, antes de arribar con la Sonora Matancera al Terrazza Casino en 1959, y pasar largo tiempo entre nosotros para después emigrar a Nueva York para triunfar en todo lo alto.
EL PRINCIPIO EN la Gran Manzana no fue fácil, pero al paso del tiempo hubo que ponerle alfombra roja. Su calidad es indiscutible -si hablo en presente se debe a que para mí no ha muerto-. Grabó con Tito Puente y con la Orquesta de Estrellas de Nueva York, dirigida por Lino Frías (Rip).
MAS TARDE ACTUARIA con muchos más, destacando lo que hizo con Johnny Pacheco, tanto en grabaciones como presentaciones en vivo. Un número que realizó con el Marqués de Quisqueya, llamado Saludo celestial, es de mis favoritos. Allí le canta a Benny Moré, Arsenio Rodríguez y Chano Pozo. En vista de su dolorosa partida, considero que habría que ampliar esta canción para rendirle homenaje a tan distinguida figura del son.
EN MEXICO, CELIA grabó con el acompañamiento de Memo Salamanca. Sus actuaciones dejaron huella y, por qué no decirlo, escuela llena de profesionalismo y entrega. Fue sonera máxima y ejemplo para todo aquel que pretenda incursionar en el arte sonero, porque cantar son con propiedad como ella lo hizo es un arte al que no cualquiera puede acceder.
UNA DE SUS muchas virtudes fue su manera de inspirar, así como su dicción, su modo de frasear, su afinación, en fin, todo lo que plasmaba en cada una de sus interpretaciones. Para mí no necesita de apodos que, dicho sea de paso, le adjudicaron merecidamente, como Reina Rumba, Señora Son, Guarachera del Mundo. Con decir Celia Cruz bastaba para saber que se hablaba de todo un compendio de son, de rumba, de cantos religiosos, en fin, de música cubana.
EN ESTADOS UNIDOS estuve presente en varios conciertos y algunas grabaciones, las cuales me aproximaron a su grandeza que, en mi opinión, no se puede medir, tampoco pesar. Fue de esos seres predestinados a admirarse, quererse y ser recordados eternamente.
TAMBIEN VERACRUZ LA vio y escuchó en toda su magnitud. En ese puerto hermoso pude compartir tarima con esa señora en toda la extensión de la palabra como artista y como persona, sencillamente extraordinaria.
NO DUDO QUE esté a la vera del ser supremo cantándole todas las facetas del son, ese bendito son que hace moverse a los paralíticos porque su saoco, su jícamo, es irresistible y en su voz no tiene paralelo. Descanse en paz, doña Celia. De Celia hay mucho que hablar Eso se los digo yo Todo aquel que la escuchó Nunca la podrá olvidar.
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