México D.F. Martes 22 de julio de 2003
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
El gobierno foxista se aferra a una panacea venida a menos
Ni el Banco Mundial confía ya en los beneficios
de privatizar paraestatales
TRAS 20 AÑOS de "promover" y creer ciegamente
que la privatización es la "única fórmula" mágica
para resolver el subdesarrollo y la marginación, el Banco Mundial
parece reconocer que los resultados previstos en sus escritorios no corresponden
a la realidad.
"EL BANCO MUNDIAL, apóstol de la privatización,
está en medio de una crisis de fe... Lo que en los años 90
parecía una idea de cajón -que los países en desarrollo
debían vender las empresas estatales, generadoras de pérdidas,
a inversionistas privados 'más eficientes'- ya no parece tan obvio,
especialmente cuando se refiere a energía y gestión de aguas",
como señala The Wall Street Journal.
EL ROTATIVO ESTADUNIDENSE dedicó uno de
sus preciados espacios al tema, y en él subraya que los inversionistas
que en algún momento parecían ansiosos por arriesgar su capital
en plantas energéticas, en Brasil, o de alcantarillado, en Africa,
se están echando para atrás. Los proyectos de financiamiento
de los bancos comerciales en el mundo en desarrollo y los países
que componían el denominado bloque del este, que en 1998 tocaron
techo con un total de 25 mil 900 millones de dólares, en 2002 tan
sólo sumaron 5 mil 700 millones, según Dealogic, firma británica
de información de mercado.
EL GOBIERNO FOXISTA insiste en "su concepto" privatizador
del sector energético nacional, pero la experiencia internacional
parece no darle la razón. De acuerdo con el WSJ, los consumidores,
decepcionados, asocian cada vez más la privatización con
altas tarifas para ellos y mayores beneficios para las compañías
extranjeras y los funcionarios corruptos. El alza de tarifas ha impulsado
violentas manifestaciones motivadas por concesiones de agua, en Bolivia,
y proyectos energéticos privados, en Perú.
RECUERDA
QUE EN 2001, una encuesta levantada por la empresa Latinobarómetro
en 17 países de la región, demostró que 63 por ciento
de los participantes opinaron que la privatización de las compañías
estatales no había sido benéfica, contra 45 por ciento tres
años antes. El resultado de esta amplia decepción es que
en América Latina, Africa y Asia se renegocian algunos de los contratos
de privatización y se cancelan proyectos centrados en carreteras
de peaje, gestión energética y aguas. Además, cada
vez hay menos iniciativas que pongan en marcha nuevos proyectos.
En los casos de energía y agua, la tendencia es
a consolidar los monopolios existentes, no a promover la competencia. "¿Por
qué construir sistemas paralelos de alcantarillado o electricidad
para competir? Y dado que el público a menudo considera el acceso
a electricidad y agua baratas un derecho y no un privilegio, la privatización
ha sido centro del descontento popular", apunta el WSJ.
ESTE "INESPERADO GIRO" ha dejado a los entusiastas
de la privatización en el Banco Mundial -la principal herramienta
de las naciones ricas para influir en las políticas económicas
de los países pobres- preguntándose qué salió
mal. "Se está reflexionando mucho al respecto", dice Michael Klein,
vicepresidente del Banco Mundial para el desarrollo del sector privado,
sin ofrecer mayor respuesta.
CADA CASO, por supuesto, tiene sus particularidades,
pero se puede utilizar un proyecto eléctrico en Armenia como botón
de muestra. En un estudio reciente del caso, el Banco Mundial concluyó
que su propio personal había subestimado radicalmente cuánto
subirían los precios de la electricidad -casi 50 por ciento- y cuánto
caería el consumo -17 por ciento- cuando la eléctrica estatal
se adaptara a condiciones del mercado para prepararla para una posterior
venta.
AL FINAL, el gobierno no recaudó ni con
mucho los nuevos ingresos que había previsto, mientras que los pobres
-supuestos beneficiarios de los proyectos del Banco Mundial- cada vez tenían
más probabilidades de retrasarse en el pago de sus facturas eléctricas.
Muchos acabaron saliendo en busca de leña para calentar los hogares,
provocando daños ambientales imprevistos.
EL CASO DE ARMENIA cayó como bomba en el
BM, pues implicaba que la ideología de libre mercado se había
impuesto al razonamiento lógico cuando el organismo financiero había
empujado al gobierno armenio a privatizar la compañía energética.
Lavándose las manos, Klein aseguró que en el BM "nunca ha
existido una política en sí que diga que uno debe privatizar
todo lo que se mueve... Pero algunas personas lo interpretaron así",
como en el caso del gobierno de Comoros, que "decidió" poner su
empresa energética bajo gestión privada y el asunto terminó
"en una amarga pelea".
EL HECHO ES que los funcionarios del Banco Mundial
han decidido que ahora no importa tanto si la infraestructura está
en manos públicas o privadas, sino que se maneje con un criterio
empresarial, quizá combinando más frecuentemente la propiedad
pública y la gestión privada.
PERO AHORA los burócratas, inversionistas
y también el Banco Mundial consideran que hay que prestar mucha
mayor atención a las encendidas políticas de privatización
y especialmente al efecto del alza de precios sobre los pobres y los que
disienten. En promedio, las tarifas impuestas por las compañías
de aguas estatales en el mundo en desarrollo eran tan bajas que a principios
de los 90 cubrían sólo 30 por ciento de los costos, mientras
que en las energéticas recuperaban sólo 60 por ciento de
sus gastos, según datos del BM. Sin embargo, cuando una empresa
de servicios públicos se pone bajo disciplina comercial es casi
inevitable que suban las tarifas.
AL FINAL, depende de cuán aceptables en
lo político sean esas tarifas. "Ese es el asunto", dice Peter Woicke,
al frente de la división de financiamiento empresarial del Banco
Mundial, quien sostiene que "alguien tiene que pagar por ello: los usuarios,
el contribuyente, los gobiernos... o las generaciones futuras".
MEXICO HA SIDO baluarte en lo que a privatizaciones
se refiere. A dos décadas de distancia, allí están
los resultados: todos han pagado el altísimo precio, menos los privatizadores
y los beneficiarios de esa política en la que, dicho sea de paso,
ciegamente cree el "cambio".
Las rebanadas del pastel:
EL MARINERO DE Los Pinos primero los saca de pobres,
después los convierte en "emprendedores" y ahora les aumenta la
esperanza de vida... Mago, magazo... Un abrazo, Jorge, con mi agradecimiento.
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