México D.F. Sábado 26 de julio de 2003
El camino hacia el cuartel Moncada
Se cumplen hoy 50 años del ataque que marcó
el principio de la revolución cubana
JOSE STEINSLEGER
Pocos días después del ataque al cuartel
Moncada, el coronel Alberto Río Chaviano, apodado El Chacal,
le dice a Fidel Castro: "¡Tú eres un loco! ¿Cómo
tú crees que con un ejército como el que tenemos, tus cuatro
gatos van a poder hacer algo? ¡No seas bobo, muchacho! Fíjate
cómo ha acabado la cosa. Casi todos han muerto y los otros, como
tú, están capturados; no hay oportunidad para que puedan
derrotar a un ejército como el nuestro..."
El líder del movimiento que aún no se llama
"26 de julio" responde que si en el futuro tuviese oportunidad, repetirá
la acción y triunfará. Chaviano le suelta una carcajada:
"Cuando digo que tú estás loco... ¿Qué oportunidad
vas a tener? ¡Ninguna! La que has tenido ha sido ésta: el
fracaso. Y en cuanto a lo que tú dices de repartir mañana
tierra y esas cosas, eso es de locos, chico. El mundo está completo
así, y así tiene que seguir".
¿Cuán "locos" están los alzados?
¿Retumban en sus cabezas las palabras de Antonio Maceo (1845-1896),
"la libertad no se mendiga, se conquista con el filo del machete", o las
del poeta Rubén Martínez Villena (1899-1934), apresado a
los 24 años cuando se disponía a bombardear el palacio presidencial
en un avión piloteado por él, pues a su juicio "hace falta
la dinamita para expulsar a los bribones del poder"?
En efecto, el pueblo cubano no se rebeló. ¿Vio
en el alzamiento a un grupo de locos? Haydée Santamaría,
sobreviviente del Moncada, observaría años después
que los atacantes "no temían morir, pero tenían miedo a morir
sin ser comprendidos, considerados un grupo de locos" (Haydé
habla del Moncada, La Habana, Instituto del Libro, 1967).
La farra batistiana
"Cienfuegos
es la ciudad/ que más me gusta a mí/ Cienfuegos es la ciudad/
que más me gusta a mí". Descubierto por el Trío Matamoros,
Beny Moré ("qué bueno que canta usté") tiene 28 años:
"Di si encontraste/ en mi pasado/ una razón/para olvidarme/ o para
quererme/ pides cariño/ pides olvido..." y luego alcanza la madurez
artística en la orquesta de Pérez Prado: "...pero qué
bonito y sabroso/ bailan el mambo las mexicanas..."
Paraíso de la rumba, el ron y la maraca, la perla
de las Antillas irradia felicidad al compás de la Orquesta Aragón,
Celia Cruz, la Sonora Matancera, Enrique Jorrín, la Orquesta América...
Sacuden el trópico cubano y la misteriosa Naja Kajamura llega con
los sugestivos bailes de Brasil espantando a los libidinosos con varias
serpientes que se enroscan en su cuerpo. Gaspar Pumarejo, animador de la
televisión empleado por la mafia, hace preguntas "por 64 mil pesos",
y entre tapita y tapita de refrescos los cubanos sueñan con ganarse
un Pontiac. Pero los que más se divierten son los turistas estadunidenses.
En La Habana proliferan los expendios de drogas, las mesas
de juego, los apuntadores, mientras miles de prostitutas circulan entre
ejércitos de mendigos, huérfanos, enfermos y viciosos. Escenario
que completan los coches de la policía, cuando en la una y la otra
madrugada arrojan en las calles céntricas los cadáveres torturados
de la juventud patriótica y de los dirigentes sindicales que luchan
contra los gobiernos corrompidos de Ramón Grau San Martín
(1944-48) y Carlos Prío Socarrás (1948-52).
El investigador cubano Enrique Cirules (de quien vamos
tomando estos datos de su libro El imperio en La Habana, 1993) estima
que a partir de los años cuarenta todo en Cuba se vuelve de procedencia
yanqui. Surgen los supermercados y los barrios residenciales con manzanas
de trazado rectangular; las avenidas espaciosas y las casas tipo bungalow;
los edificios que iban desde copias de pacotilla tipo Empire State
(edificio Carreño), hasta rascacielos como el Focsa y los nuevos
barrios de la burguesía media en Alta Habana, diseñados a
la usanza yanqui de Florida.
La construcción se convierte en uno de los negocios
más lucrativos. Vivir en Miramar y el Country es la ambición
de los que aspiran a alternar con "lo mejor de la sociedad habanera". El
capitalismo yanqui financia hoteles, tiendas lujosas, casinos, la zona
del malecón. La futura Quinta Avenida será diseñada
para ser la más lucrativa con respecto al desarrollo de grandes
cadenas hoteleras.
Para la gente "bien", Cuba es el "Montecarlo del Caribe".
Para la gente que piensa se ha convertido en el "prostíbulo de América".
La mafia ítalo-americana y cubana, que hasta hoy la mayor parte
de los investigadores y académicos considera como grupos marginales
de la economía, controla bancos, domina periódicos, canales
de radio o televisión, dirige importantes empresas y opera con el
reconocimiento que los acredita como hombres de prestigio en el mundo de
los negocios.
El estado delictivo empieza a formarse a finales del periodo
conocido como protectorado (1902-1933), tras la caída de la dictadura
de Gerardo Machado, cuando se dan los primeros arreglos entre Meyer Lansky
y Batista, sargento taquígrafo que gracias a los yaquis es promovido
a coronel del ejército. Lansky, lugarteniente de Lucky Luciano,
es artífice de los arreglos que se realizan entre la mafia y los
servicios secretos de Estados Unidos para los asuntos de la Segunda Guerra
Mundial (1942). El viejo Santos Traficante se encarga de preparar las cabezas
visibles surgidas entre los grupos de la política cubana.
Cuatro familias están a cargo de los casinos,
las drogas y la prostitución organizada: Amleto Battisti y Lora,
Amadeo Barletta, Santos Traficante, padre e hijo, y el más célebre
de todos los mafiosos que operan en Cuba: Lucky Luciano. Meyer Lansky,
lugarteniente de Luciano, es también el financiero de la mafia que
despacha desde una habitación del hotel Sevilla Biltmore, antesala
para que se abran las puertas del Palacio Presidencial.
Del 22 al 26 de diciembre de 1946, la mafia cierra el
fastuoso Hotel Nacional para celebrar una reunión cumbre que preside
Luciano para reordenar las zonas de su influencia en Estados Unidos y el
Caribe. Cuba recibe la visita de Joe Adonis, Albert Anastasia, Tommy Luchesse,
Joe Profaci, Willie Moretti, Angie Pisano (de las familias de Nueva
York y Nueva Jersey); Tony Accardo, Charles Rocco y los hermanos Fischetti
(Chicago); Carlos Marcello (Nueva Orleans); Steve Magaddino (Bufalo) y
Santos Traficante (Florida), Frank Costello, Vito Genovese, Mike Miranda,
Joseph Magliocco y Giuseppe Bonano.
Una joven promesa de la canción estadunidense,
Frank Sinatra, ameniza las veladas nocturnas. Sinatra canta en honor a
Luciano, de quien el gobierno de Franklin D. Roosevelt ha celebrado su
"patriotismo, fidelidad y espíritu democrático" por los favores
prestados en el desembarco de las tropas aliadas en Sicilia.
Sin embargo, Cuba es algo más que un lupanar. En
el mundo de la cultura y el pensamiento, la generación de la Espuela
de Plata (denominada después Orígenes) da a conocer
sus creaciones. Fernando Ortiz publica Contrapunteo del tabaco y el
azúcar (1940); Lezama Lima Enemigo Rumor (1941); Alicia
Alonso estrena Forma, ballet con texto de Lezama (1945); Eliseo
Diego lanza el libro de poemas En la calzada de Jesús del Monte
y Alejo Carpentier publica las novelas El reino de este mundo y
Los pasos perdidos (1949).
Del nacionalismo burgués al nacionalismo popular
El medio siglo que va del Moncada a nuestros días
no se puede entender sin los 20 años que van de la caída
de Gerardo Machado al Moncada. En medio de la crisis capitalista mundial
de 1929 (año en que pistoleros de Machado asesinan al co-fundador
del Partido Comunista cubano, Julio Antonio Mella, en México), empieza
el segundo periodo de la dictadura machadista y se funda el Directorio
Estudiantil Universitario (DEU, 1931).
El joven revolucionario Antonio Guiteras (1906-1935) realiza
un ataque al cuartel de San Luis, en Oriente, y se crea la organización
ABC, oposicionista y nacionalista de derecha. Machado es derrocado y con
la intervención de Estados Unidos es nombrado presidente el conservador
Carlos Miguel de Céspedes, hijo del prócer independentista.
El hecho ocasiona una rebelión de sargentos conducidos por Fulgencio
Batista.
El régimen provisional es sustituido por una pentarquía
presidida por Ramón Grau San Martín (1889-1969). En el gobierno
de Grau, nacionalista y revolucionario, Guiteras ocupa la cartera de Gobernación.
Se deroga la Constitución de 1901, se instaura la jornada laboral
de 8 horas, la autonomía universitaria, se repudia la deuda con
el Chase Nacional Bank y se recupera el control de la compañía
de electricidad.
En política exterior el gobierno de Grau Guiteras
fue el primero y único del continente en denunciar públicamente
el intervencionismo y el poder de Estados Unidos (Conferencia Panamericana,
Montevideo, 1933). El 15 de enero de 1934, una maniobra de Batista y la
embajada de Estados Unidos acaba con el gobierno de Grau y se desata una
violenta represión contra los sectores de izquierda.
Guiteras funda la organización revolucionaria "Joven
Cuba" y el DEU, encabezado por Prío Socarrás, constituye
el Partido Revolucionario Cubano (PRC) "auténtico", que afirma postular
los ideales del antiguo PRC de José Martí. En mayo de 1935,
Guiteras organiza una huelga de obreros de las centrales azucareras, pero
en septiembre es asesinado junto a su compañero Carlos Aponte, revolucionario
venezolano que venía de luchar junto a Sandino en el Ejército
Defensor de la Soberanía de Nicaragua.
Nacido de un ciclón
Fidel Castro nació en agosto de 1926, año
del gran ciclón, en el pueblo oriental de Birán, cerca de
Santiago, la ciudad más rebelde de Cuba. En 1985, evocando su despertar
político, el jefe del asalto al Moncada le dice al religioso brasileño
Frei Betto: "... antes de ser comunista utópico o marxista, soy
martiano, lo voy siendo desde el bachillerato: no debo olvidar la atracción
enorme del pensamiento de Martí sobre todos nosotros, la admiración
por Martí. Yo fui siempre también un devoto admirador de
las luchas heroicas de nuestro pueblo por su independencia en el siglo
pasado... uno puede convertirse en marxista partiendo del pensamiento martiano...
¿Quién tenía que explicarme la división de
la sociedad en clases, la explotación del hombre por el hombre,
si lo había visto con mis propios ojos?"
Algunos autores señalan que la primera actuación
política externa a los muros de la universidad tuvo lugar en 1946
en casa de Céspedes, quien se presenta como candidato a la alcaldía
de La Habana. Con vinculaciones con la dictadura de Machado, Céspedes
espera el apoyo de la Federación de Estudiantes, esboza sus planes
y solicita la opinión de los demás.
Llegado el turno, Fidel dice que apoyará al candidato.
Con su clásica pausa, agrega que la primera condición consiste
en devolver a la vida a todos los líderes revolucionarios asesinados
por los regímenes derechistas, incluido Julio Antonio Mella; que
Céspedes y sus amigos reintegren al erario nacional todo el dinero
que habían robado al pueblo y que la historia se hiciera retroceder
un siglo. Añade: "Si estas tres condiciones se cumplen me venderé
de inmediato como esclavo de la colonia en la que usted quiere convertir
a Cuba".
En 1947, el PRC (A) sufre un desprendimiento de importancia
decisiva en la vida política de Fidel Castro. En repudio a la corrupción
imperante en Cuba, Eduardo Chibás funda el Partido del Pueblo Cubano
"ortodoxo" (PPC-O). Por su lado, Fidel actúa en diferentes niveles,
a veces de forma simultánea, y aprende a valorar la confrontación
bien organizada con una obsesión que desde aquella época
no lo deja en paz: la lucha por la unidad de las fuerzas patrióticas
y revolucionarias.
En la universidad, Fidel se une a la recién formada
Liga Antimperialista y el Comité por la Independencia de Puerto
Rico. Conoce al escritor exiliado dominicano Juan Bosch y participa en
la frustrada expedición de Cayo Confites para liberar Santo Domingo
de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. A fines de marzo de
1948 viaja a Bogotá con el propósito de asistir a una conferencia
antimperialista de estudiantes latinoamericanos convocada por el peronismo,
en forma paralela con la fundación de la Organización de
Estados Americanos (OEA) en la capital colombiana.
Fidel llega a Colombia el 29 de marzo, junto a Alfredo
Guevara y otros líderes estudiantiles cubanos y se reúne
con Jorge Eliécer Gaitán, líder del Partido Liberal
de Colombia, dos días antes de que el dirigente fuese asesinado
en el centro de Bogotá. El crimen desencadena la violenta y masiva
indignación popular que la historia conocerá con el nombre
de "Bogotazo". Por otro lado, la Conferencia Panamericana no puede sesionar
en el Capitolio y la OEA, destinada a convertirse en ministerio de colonias
del imperialismo yanqui, nace en la cochera de una mansión privada.
Fidel se casa con una estudiante de filosofía y letras. La boda
tiene lugar el 10 de octubre de 1948, aniversario de la guerra de independencia.
Prío Socarrás es el nuevo presidente de Cuba.
El 10 de marzo de 1949 ocurre en La Habana un incidente
que los cubanos no olvidarán jamás. En el parque central,
un grupo de marineros borrachos de la armada de Estados Unidos profana
la estatua de José Martí. Uno de los marinos orina en el
pedestal de la estatua y otro se sienta en la cabeza de la escultura. Fidel
organiza la protesta y una marcha de estudiantes obliga al embajador de
Washington Robert Butler a presentar las disculpas al gobierno. Comedidamente,
Butler recuerda a los estudiantes la amistad de Estados Unidos hacia los
cubanos "...en nombre de lo cual -dijo- habían ayudado a que la
isla obtuviera la independencia en 1898". El historiador Roig de Leuschering
le responde con un ensayo vigoroso: Cuba no debe su independencia a
Estados Unidos (1950).
El ataque
El domingo 15 agosto de 1951, Eduardo Chibás, líder
del PPC-O, se suicida ante el micrófono de la estación de
radio CMQ. "Este es mi último aldabonazo para despertar la conciencia
cívica del pueblo cubano". Acto seguido, se dispara en el estómago
con su revólver. A estas alturas Cuba ya es un Estado al servicio
del hampa estadunidense. Un Estado que, como observa Cirules, fue coronado
por el golpe de Batista el 10 de marzo de 1952, momento a partir del cual
queda sellada la trilogía mafia, poder económico y político
nacional y servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Los partidos políticos condenan el golpe, pero
permanecen pasivos. Cuestionando su moralismo radicalizante, Fidel se sitúa
en el ala izquierda de los "ortodoxos" y se dirige al Tribunal Supremo
de Justicia de Cuba, con un larguísimo documento que empieza así:
"Yo, Fidel Castro, en mi carácter de abogado con bufete en Tejadillo
57, acuso a Fulgencio Batista Zaldívar de la comisión de
16 delitos anticonstitucionales y pido para el presidente usurpador una
sanción de 100 años de cárcel".
Los viejos magistrados del tribunal prestan oídos
sordos a la denuncia del joven. Las vías legales se agotan. Fidel
reúne a un grupo de jóvenes idealistas, de los que unos pocos
han pasado por la universidad. En su casi totalidad son empleados, obreros
o trabajadores agrícolas. Aludiendo a los 100 años del natalicio
de Martí, Abel Santamaría llama al grupo Generación
del Centenario. Su objetivo: asaltar el cuartel Moncada en Santiago
de Cuba y realizar un segundo ataque de distracción sobre el cuartel
de Bayamo, a unos 120 kilómetros al oeste de Santiago (donde empezó
la primera guerra de independencia en 1868), tomar el arsenal y repartir
armas al pueblo.
El entrenamiento militar tiene lugar en fincas cercanas
a la ciudad de La Habana y otras de la isla. Tres días antes del
ataque, los alzados ponen punto final al Manifiesto a la nación
de los asaltantes al cuartel Moncada, que en el séptimo punto
dice: "Esta revolución se inspira en los ideales de José
Martí y hace suyos los programas revolucionarios de 'Joven Cuba',
del ABC 'radical' y del Partido del Pueblo Cubano, ortodoxo".
Con sus paredes de yeso blanco terminadas en almenas,
el cuartel Moncada se parece a una fortaleza de Mauritania en el desierto
del Sahara. A las 5 de la mañana del 26 de julio de 1953, una caravana
de 26 automóviles abandona la granja El Siboney, rumbo al cuartel.
Juan Almeida, futuro jefe del ejército, recordará: "Me quedé
frío al ver aquella escopetica de caza calibre 22".
De la prehistoria a la historia
Parto doloroso, la derrota del Moncada será revertida
seis años después, el primero de enero de 1959, cuando la
revolución cubana empieza la transición hacia la democracia
real y los pueblos latinoamericanos, atentos a sus conquistas, concluyen
que la historia bien puede ser contada de otro modo.
En Los pasos perdidos, Carpentier narra las tribulaciones
de un personaje que concluye que las peripecias extraordinarias de la vida
no pueden ser vividas dos veces. El escritor le confesaría al crítico
literario Ramón Chao: "Hay que seguir las peripecias extraordinarias
hasta sus últimas implicaciones, porque quererlas vivir por segunda
vez es algo que no puede hacerse. Siempre hay elementos externos que se
oponen a ello".
A fines de 1956, con otra visión de las cosas,
Fidel desembarca en las costas de Cuba, retomando los pasos perdidos en
el Moncada. La epopeya del yate Granma fue otro desastre militar. Pero
cuando Fidel llega a la Sierra Maestra con 12 hombres extenuados, exclama:
"¡Les aseguro que ya hemos ganado la guerra!" Y el ciclo histórico
que va de los escritos del padre Félix Varela al combate de Martí
en Dos Ríos y de Simón Bolívar al primero de enero
de 1959, termina convertido en prehistoria del pueblo cubano.
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