México D.F. Domingo 27 de julio de 2003
El presidente isleño rechaza mantener
diálogo directo con Bruselas
Castro: Cuba renuncia a toda ayuda humanitaria gubernamental
de la UE
"La Unión Europea debe moderar su arrogancia;
España, una república bananera", señala
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 26 de julio. En contra de una tradición
de décadas, el presidente Fidel Castro evitó hoy dedicar
un tramo destacado de su mensaje de esta fecha a replicar a la hostilidad
de Estados Unidos. En cambio, el mandatario centró sus baterías
contra la Unión Europea (UE), a la que lanzó una violenta
crítica por su política de presiones hacia Cuba, que calificó
de injusta, cobarde y ridícula; anunció que la isla renuncia
a toda ayuda humanitaria gubernamental procedente del bloque comunitario,
y rechazó el diálogo directo con Bruselas.
"Calumniar y sancionar a Cuba, además de injusto
y cobarde, es ridículo", dijo Castro en alusión a la cadena
de represalias asumida por la UE en los pasados dos meses, como muestra
de rechazo a la detención masiva de opositores y el fusilamiento
sumario de tres secuestradores en abril anterior.
Con su habitual uniforme militar verde olivo, Castro habló
esta noche en Santiago de Cuba, en el extremo oriental de la isla, en la
celebración del medio siglo del asalto al cuartel Moncada, detonador
de la revolución que triunfó en 1959, encabezada por el propio
líder cubano.
"A
partir del grandioso y abnegado capital humano que ha creado y con el que
ustedes no cuentan, Cuba no necesita de la Unión Europea para sobrevivir,
desarrollarse y alcanzar lo que ustedes no podrán jamás alcanzar",
señaló el mandatario. "La Unión Europea debe moderar
su arrogancia y prepotencia".
Castro llamó a España "república
bananera" por su educación; a los antiguos países socialistas,
"caballos de Troya" de Estados Unidos dentro de la UE; afirmó que
las decisiones comunitarias sobre Cuba son impulsadas por el jefe del gobierno
español, el "fascista" José María Aznar, y responden
a una "embriaguez euronarcisista"; reclamó una explicación
de la muerte del científico británico David Kelly, y volvió
a ventilar la impunidad de los Grupos Antiterroristas de Liberación
(GAL), paramilitares que reprimieron al nacionalismo vasco durante el gobierno
de Felipe González.
La celebración se inició al caer la tarde,
en la explanada del propio cuartel Moncada, hoy convertido en centro escolar.
Según informes oficiales, asistieron al mitin unas 10 mil personas.
Castro, quien cumplirá 77 años en tres semanas,
recordó que tenía 26 hace medio siglo, cuando él mismo
planeó y dirigió el asalto a la fortaleza militar donde hoy
hablaba.
En la primera parte de su discurso hizo una extensa comparación
entre la Cuba que se vivía en 1953 y la realidad actual de la isla,
ante diversos indicadores sociales. "El programa del Moncada se cumplió
y sobrecumplió", señaló el mandatario.
En la moderna historiografía cubana, el ataque
al Moncada, el 26 de julio de 1953, es el símbolo de la insurrección
contra la dictadura pro estadunidense de Fulgencio Batista y, por extensión,
una imagen del conflicto con el gobierno de Washington.
Por eso el 26 de julio ha sido una fecha de reafirmación
nacionalista y antimperialista, en la que Castro suele abordar, en forma
coyuntural o en perspectiva, el diferendo con Estados Unidos.
Una brecha más profunda
Esta vez, sin embargo, el discurso marcó una brecha
más profunda aún en las deterioradas relaciones entre Cuba
y la UE.
Además de rechazar la ayuda humanitaria oficial,
Castro repudió el diálogo con el bloque comunitario: "La
UE carece de suficiente libertad para dialogar con plena independencia.
Sus compromisos con la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN) y Estados Unidos, su conducta en Ginebra (sede de la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas), donde actúa junto a
los que quieren destruir a Cuba, la incapacitan para un intercambio constructivo.
"El gobierno de Cuba, por elemental sentido de dignidad,
renuncia a cualquier ayuda o resto de ayuda humanitaria que puedan ofrecer
la Comisión (Europea) y los gobiernos de la UE", señaló
el jefe de Estado.
"Nuestro país sólo aceptaría este
tipo de ayuda, por modesta que fuese, de las autonomías regionales
o locales, de las organizaciones no gubernamentales y movimientos de solidaridad,
que no imponen a Cuba condicionamientos políticos", agregó.
"La Unión Europea se hace ilusiones cuando afirma que el diálogo
político debe proseguirse. La soberanía y la dignidad de
un pueblo no se discuten con nadie".
Castro planteó que el diálogo tendrá
que ser en público en los foros internacionales, "para discutir
los graves problemas que amenazan al mundo".
En su más reciente resolución sobre Cuba,
el pasado 21 de julio, la UE ratificó la Posición Común,
política adoptada en 1996, que en esencia condiciona la cooperación
para el desarrollo a una apertura política en la isla y propone
la vía del diálogo para lograr sus objetivos.
El mandatario leyó durante una hora y 10 minutos
un discurso al que sólo le hizo una pequeña adición
improvisada, para hablar de los servicios hospitalarios de Santiago.
Escucharon a Castro invitados extranjeros, como el ex
presidente nicaragüense Daniel Ortega; la secretaria general del Partido
Comunista de Chile, Gladys Marín, y el pastor estadunidense Lucius
Walker, líder del movimiento Pastores por la Paz, que realiza caravanas
anuales para traer ayuda humanitaria a la isla.
Los embajadores acreditados en La Habana no fueron invitados,
excepto Julio Montes, representante del gobierno del presidente Hugo Chávez
de Venezuela, principal aliado estratégico de Castro. También
acudieron estudiantes mexicanos y estadunidenses que visitan la isla, sobrevivientes
del asalto al Moncada y representantes de organizaciones de izquierda residentes
aquí.
Polémica en detalle
En una secuela del choque con la UE, condensado en las
manifestaciones que el mes pasado en La Habana repudiaron la política
europea hacia Cuba, y en particular las posiciones de Aznar y del primer
ministro italiano Silvio Berlusconi, Castro insistió en polemizar
en detalle con el bloque y con algunos de sus integrantes. Dijo entre otras
cosas:
-La resolución de junio de la UE, adoptando sanciones
diplomáticas contra Cuba, fue "impulsada por un personaje de estirpe
e ideología fascistas: José María Aznar. La misma
constituyó un acto cobarde y repugnante, que se sumaba a la hostilidad,
las amenazas y peligros que implica para Cuba la política agresiva
de la superpotencia hegemónica".
-La ayuda humanitaria de la UE tuvo un promedio anual
de 4.2 millones de dólares en los pasados tres años, pero
en 2002 fue de 600 mil dólares. En contraste, entre noviembre de
2001 y octubre de 2002 los huracanes causaron pérdidas a Cuba por
2 mil 500 millones de dólares.
-Cuba importó en los recientes cinco años
bienes de la UE por mil 500 millones de dólares anuales en promedio,
pero le vendió sólo 571 millones de dólares al año.
-Pronto se sumarán a la UE gobiernos de los antiguos
países socialistas. "Los gobernantes oportunistas que los dirigen,
más fieles a los intereses de Estados Unidos que a los de Europa,
serán caballos de Troya de la superpotencia en el seno de la UE.
Están llenos de odio contra Cuba, a la que dejaron sola y no le
perdonan haber resistido y haber demostrado que el socialismo es capaz
de alcanzar una sociedad mil veces más justa y humana que el podrido
sistema que ellos adoptaron".
-"¿Por qué no critican o ayudan a España
a mejorar el desastroso estado de su educación, que a nivel de república
bananera es una vergüenza para Europa?"
-La UE debería "investigar lo que realmente sucedió
con los vascos asesinados por los GAL y exigir responsabilidades; informar
al mundo cómo fue brutalmente asesinado el científico David
Kelly o de qué forma lo llevaron al suicidio".
-"En nombre de 50 años de resistencia y lucha sin
tregua frente a una fuerza varias veces superior a la de ustedes y de los
éxitos sociales y humanos alcanzados por Cuba, sin ayuda alguna
de los países de la UE, los invito a reflexionar serenamente sobre
sus errores, sin dejarse llevar por excesos de ira o embriaguez euronarcisista".
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