México D.F. Lunes 28 de julio de 2003
Sublevación, parte de campaña desestabilizadora: analistas
Terminó la insurrección de militares en Filipinas, asegura Gloria Arroyo
AFP
Manila, 27 de julio. Casi 300 militares rebeldes, que ocupaban un centro comercial y un complejo residencial de Manila, aceptaron regresar a sus cuarteles, poniendo así fin a un amotinamiento, que duró unas 20 horas, anunció esta noche la presidenta filipina, Gloria Arroyo.
Justo después de su declaración, los soldados rebeldes empezaron a desactivar las bombas que colocaron en torno del edificio Oakwood. Los "296 militares, incluidos 70 oficiales, se retiraron y regresaron a sus cuarteles. Serán investigados y se tomará una decisión sobre su suerte en virtud del derecho militar. No han pedido ni recibirán trato especial", aseguró Arroyo.
A primera hora del domingo los militares insurrectos se apoderaron del lujoso complejo residencial y de un gran centro comercial, horas después de que Arroyo anunciara el sábado por la noche que había desarticulado un golpe de Estado.
Unos 300 residentes del barrio, muchos de ellos extranjeros, incluida la embajadora australiana Ruth Pearce, permanecieron retenidos varias horas antes de ser liberados y evacuados en autobús.
Los rebeldes, liderados por oficiales subalternos, acusaban a la presidenta Arroyo de corrupción y de "escenificar" ataques terroristas en el sur del archipiélago para conseguir ayuda militar estadunidense, así como de vender armas a las guerrillas musulmanas y a los rebeldes comunistas.
En un video emitido por el canal de televisión ABS-CBN, los insurrectos reclamaron la dimisión del gobierno, argumentando que buscaba decretar la ley marcial para permanecer en el poder cuando expire su mandato en 2004.
El portavoz rebelde, el teniente Antonio Trillanes, negó que se tratara de un intento de golpe de Estado. Empero, analistas advirtieron que las demandas de los militares no fueron resueltas, y señalaron que la sublevación fue la primera de una campaña de desestabilización contra Arroyo, una de las más firmes aliadas en la campaña antiterrorista de Estados Unidos.
Algunos analistas manifestaron que simpatizantes del predecesor de Arroyo, Joseph Estrada, quien fue sacado tras masivas protestas y se encuentra en prisión por cargos de corrupción, pudieron haber estado detrás de la sublevación.
|