México D.F. Lunes 28 de julio de 2003
Autoridades municipales y estatales minimizan
el fenómeno de la violencia de género
Desaparecen en Ciudad Juárez de cuatro a ocho
mujeres cada mes
La organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa
señala el ascenso de los delitos contra la población femenina
Los índices de agresión a ese sector, en constante aumento
desde 1993
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Ciudad Juarez, Chih. Durante la presentación
del Programa Integral de Seguridad Pública, el pasado 22 de julio,
el gobernador Patricio Martínez insistió en una frase que
ha sido el signo común de las autoridades panistas y priístas
frente a la sucesión de crímenes y delitos contra las mujeres:
"no es violencia de género, pues también hay hombres ejecutados".
Una expresión muy similar utilizó su antecesor, Francisco
Barrio, cuando se inició la ola de crímenes, en 1993, durante
su gobierno, y todavía el actual alcalde panista de esta ciudad
fronteriza, Jesús Alfredo Delgado, mencionó en una entrevista
publicada en la prensa local que "Juárez y sus problemas son mucho
más que los crímenes de mujeres".
En contraste con esta persistente minimización
de las autoridades estatales y municipales, los datos indican que en Ciudad
Juárez el ascenso de los delitos de género ha sido brutal.
Y no sólo se trata de los homicidios seriales o de los "situacionales",
como eufemísticamente menciona la procuraduría estatal para
hablar de los "crímenes regulares" contra mujeres, sino también
de las desapariciones, de las violaciones, de la violencia doméstica
y del acoso sexual en las maquiladoras, que conforman el verdadero panorama
de un constante patrón de discriminación basada en el género.
En
su más reciente informe, la organización Nuestras Hijas de
Regreso a Casa afirma que "a saber de las propias familias afectadas que
recurren a las diversas organizaciones en busca de apoyo, se conoce que
cada mes desaparecen de cuatro a ocho mujeres, de las cuales al menos una
de ellas jamás será encontrada".
"A esta fecha -indica en su reporte esta agrupación,
surgida en febrero de 2001, a raíz del asesinato de Lilia Alejandra
García Andrade- para las autoridades es necesario que transcurran
72 horas para iniciar la búsqueda de las mujeres reportadas como
desaparecidas, aun cuando se sabe que las mantienen secuestradas de tres
a cinco días, torturándolas hasta obtener su muerte".
Nuestras Hijas de Regreso a Casa, dirigida actualmente
por Marisela Ortiz, subraya que "la más nociva de las conductas
por parte de las instituciones y sus representantes ha sido negar la propia
existencia de los crímenes, culpar a las víctimas, incluyendo
a la mujer desaparecida y/o asesinada".
Los índices de violencia contra la mujer en Ciudad
Juárez no tienen comparación con otras metrópolis
fronterizas de características similares. Por ejemplo, la tasa de
homicidios de mujeres es casi el triple en relación con Tijuana;
mientras en esta localidad fronteriza la tasa es de 2.4 asesinatos por
cien mil habitantes, en Juárez es de 7.9 por 100 mil habitantes.
A escala nacional la tasa es de 3.1.
En comparación con los homicidios de varones, los
crímenes contra mujeres han crecido al doble y esto lo ratifican
las propias cifras oficiales. Entre 1985 y 1992 se registraron 37 asesinatos
contra mujeres, pero entre 1993 y 2001 la cifra ascendió a 269.
Este coeficiente de homicidios de mujeres se duplicó en relación
con el de varones. Si los crímenes contra hombres se incrementaron
en 300 por ciento entre 1993 y 2001, los cometidos contra mujeres fueron
600 por ciento más.
No es sólo contra cualquier mujer, sino contra
niñas y jóvenes, víctimas de la saña de la
violencia de género. Estudios de la Universidad Autónoma
de Ciudad Juárez y del Grupo Ocho de Marzo revelan que 61 por ciento
de los crímenes se ha cometido contra mujeres de 15 a 24 años;
de este porcentaje, 37 por ciento de las víctimas tiene entre 15
y 19 años.
En marzo y abril de este año una ola de protestas
se registró en la ciudad ante la violación y asesinato de
infantes, en especial niñas. En esos días se conoció
que una menor de 12 años fue secuestrada, atacada sexualmente y
estuvo a punto de morir estrangulada a manos de un sujeto solitario en
la colonia Tierra Nueva, donde fue abandonada. El atacante creyó
que estaba muerta, pero la niña sobrevivió. Menos de una
semana antes se registró la desaparición de una menor, Brenda
Delgado, de 5 años, que fue violada y apuñalada en los terrenos
del ferrocarril, en pleno centro de Ciudad Juárez.
Violencia intrafamiliar y laboral
Los crímenes contra mujeres tienen un poderoso
caldo de cultivo: la violencia intrafamiliar y la que se registra en el
interior de las 340 maquiladoras instaladas en Juárez, en las cuales
más de 60 por ciento de sus 220 mil empleados son trabajadoras que
no cuentan con lo mínimos de seguridad.
Por ejemplo, la Secretaría de Salud reportó
a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH)
que de 15 mil certificados de defunción en la región metropolitana
mil 935 se referían al fallecimiento de mujeres; en el 48 por ciento
de los casos se mencionaba como causa la violencia doméstica.
En su reporte de diciembre de 2002, la relatora de la
CIDH subraya que "los asesinatos referidos en los medios de difusión
van desde el caso de un padrastro que supuestamente golpeó a su
hijastra de dos años, hasta el caso de un hijo que mató a
puñaladas a su madre porque se rehusaba a pagar sus deudas".
El centro de crisis Casa Amiga, dirigida por Esther Chávez,
dedicado a brindar apoyo sicológico, medico y legal a las sobrevivientes
de violencia sexual y doméstica y a sus familiares, en su informe
de 2002 reporta que de mil 704 casos atendidos por primera vez, 973 fueron
por violencia doméstica, 55 por incesto -"el doble de lo registrado
en 2001", subrayó Esther Chávez-, 49 casos de violaciones
de adultas y 22 de violaciones de niñas.
En su informe, la CIDH indica que "las diferentes formas
de violencia suelen estar conectadas con ataques sexuales. Como ya se señaló,
un considerable número de las mujeres asesinadas, especialmente
las víctimas de los denominados 'asesinatos seriales', habían
sido violadas u objeto de otros tipos de abusos sexuales. Algunos de esos
cadáveres presentaban signos de tortura o en algunos casos de mutilaciones".
El papel de las maquiladoras en el clima de violencia
de género en Juárez está insuficientemente explorado.
Para Nuestras Hijas de Regresa a Casa "hasta hoy las acciones que las empresas
maquiladoras han asumido son ridículas: van desde la implementación
de clases de karate 'gratuitas', por cierto, la repartición de silbatos,
hasta la omisión total del problema".
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