Ofrecerá asesoría jurídica, médica y talleres diversos

Funcionará programa para mujeres en espacio comunitario del Centro

JOSEFINA QUINTERO

A partir del próximo 26 de septiembre el centro comunitario Abelardo Rodríguez, en la delegación Cuauhtémoc, otorgará asesoría jurídica, atención sicológica y consulta médica a mujeres.

El programa, en el que participan el Instituto de la Mujer, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y las autoridades delegacionales, incluye en su universo de atención a las sexoservidoras. Además el centro comunitario, ubicado en la calle República de Venezuela 72, ofrecerá actividades como talleres de artes plásticas, literatura, música, teatro, alfarería y cultura de belleza.

Personal de la CDHDF dará pláticas, cursos y organizará debates sobre los derechos de ese sector, y la Secretaría de Desarrollo Económico impartirá seminarios sobre micro, pequeña y mediana empresa para quienes deseen acceder al programa de microcréditos del Gobierno del Distrito Federal.

El jefe delegacional, José Alfonso Suárez del Real, manifestó que se trata de un servicio que se ofrece a las mujeres trabajadoras del Centro Histórico, incluidas "las trabajadoras sexuales, quienes recibirán los servicios porque con ellas se hizo el compromiso". El funcionario comentó que la fecha de inauguración se determinó porque el 26 de septiembre se cumplen seis años de la firma del primer convenio que establecieron vecinos de La Merced con las trabajadoras sexuales. En 1997 los habitantes de la zona presentaron varias quejas por la presencia de las sexoservidoras, para solicitar que las retiraran de las calles San Pablo, Circunvalación y Mixcalco, por el "mal ejemplo para sus hijos".

Durante la negociación entre los habitantes de La Merced y las trabajadoras sexuales se acordó establecer horarios para esa actividad y la forma en que debían vestir para no generar problemas y mantener una buena relación con la comunidad. Así, con la asesoría de las autoridades de la delegación Cuauhtémoc, los vecinos de La Merced y las trabajadoras sexuales firmaron un convenio que permitía a éstas realizar su actividad "sin que la comunidad se sintiera ofendida" y desde entonces son identificadas como "sexoservidoras toleradas".