México D.F. Sábado 2 de agosto de 2003
Busca socavar "acciones contrarias" a la política exterior de Bush y multinacionales
Emprenden en EU campaña mundial contra ONG "liberales" y "progresistas"
En la mira, Amnistía Internacional, Oxfam, CARE y Amigos de la Tierra Internacional
HERMANN BELLINGHAUSEN
Para contrarrestar la influencia mundial de algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales "contrarias a la política exterior de Estados Unidos y a las empresas multinacionales", expertos cercanos al gobierno de George W. Bush lanzaron una campaña mundial de vigilancia de las actividades que realizan estas agrupaciones.
El Instituto Estadunidense de la Empresa (AEI, por sus siglas en inglés) anunció recientemente, junto con la derechista Sociedad Federalista de Estudios sobre Leyes y Políticas Públicas, el lanzamiento de un nuevo sitio en Internet, en el que expondrá información sobre estos organismos civiles (habitualmente desvinculados de los gobiernos, como su nombre indica). "NGOwatch" vigilará con especial atención a aquellas organizaciones con agenda "progresista" y "liberal" que promueven la "gobernancia global" y otros conceptos respaldados también por la Organización de Naciones Unidas y algunas agencias multilaterales.
Las agencias de información alternativas Ecoceanos News e IPS han reseñado los planes del gobierno estadunidense para combatir a las ONG, pues presuntamente representan un "programa de izquierda global y antinacional".
AEI expresó su preocupación por lo que considera una "ingenuidad" del gobierno de Bush y de varias empresas, al proveer financiamiento para las ONG. "En muchos casos, ingenuos reformadores del sector privado, así como firmas y funcionarios de gobierno, las reciben como si nada", afirmó John Entine, del mencionado instituto empresarial.
Al presentar su sitio, AEI dio una conferencia con el título Las ONG: el creciente poder de unos pocos elegidos, en la que retrató a estas organizaciones como "una gran amenaza" para al gobierno de Bush, el capitalismo de libre mercado y la política exterior de Washington. La conferencia fue coauspiciada por el también derechista Instituto de Asuntos Públicos, de Australia. "Las ONG crearon sus propias reglas y ahora quieren que los gobiernos y las empresas se sometan. Dirigentes empresariales y políticos son obligados a responder a la maquinaria mediática de las ONG, y los recursos de los contribuyentes e inversionistas son usados para fines que ellos nunca avalaron", señalaron los organizadores de la conferencia.
"El extraordinario crecimiento de las ONG en estados liberales tiene el potencial de socavar la soberanía de las democracias constitucionales", añadieron.
En la conferencia participaron unos 40 funcionarios de política exterior, autoridades judiciales y figuras prominentes, como el ex jefe de los asesores políticos del Pentágono, Richard Perle, y Lynne Cheney, esposa del vicepresidente Dick Cheney. Esto sugiere que Washington prepara una verdadera embestida contra las ONG.
El mensaje fue que algunas ONG, como Amnistía Internacional, CARE, Oxfam y Amigos de la Tierra Internacional "han realizado un valioso trabajo en la promoción de los derechos humanos, el desarrollo y la protección del ambiente, pero sus políticas, en particular la internacional, podrían socavar los intereses de Estados Unidos y los principios de la libre empresa".
Las ONG internacionales persiguen "una nueva y penetrante forma de conflicto" contra las corporaciones multinacionales o "biz-war" (del inglés bussiness, negocios, y war, guerra), sostuvo el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad George Washington, Jarol Manheim. Las ONG trabajan con inversiones institucionales como fondos de pensión sindicales y eclesiásticas en el movimiento denominado "de inversión social", que patrocina políticas empresariales respetuosas del ambiente y de los derechos humanos en asambleas de accionistas. Esos esfuerzos, dijo Manheim, deben ser considerados "parte de una campaña antiempresa mayor", que también incluye boicots y otras medidas para influir sobre el comportamiento de las compañías.
Por otra parte, señala este analista más bushiano que Bush, las empresas participan en proyectos conjuntos con ONG, apelan a asesores de tales organismos e incluso contratan a sus empleados "para protegerse contra la publicidad negativa". Esa posición fue compartida por Entine, de AEI, para quien el movimiento de inversión social es "un lobo disfrazado de cordero". Las ONG "contrarias al libre mercado extienden su alcance hasta las juntas de las corporaciones", dijo.
Por su parte, el profesor de Asuntos de Gobierno Jeremy Rabkin, de la Universidad Cornell, cuestionó a las empresas que procuran mantener buenas relaciones con las ONG. "Su programa es de izquierda. Es global y antinacional". Para Rabkin, la propia noción de organización no gubernamental es un "concepto estalinista".
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