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México D.F. Sábado 2 de agosto de 2003
Sólo así abarcaremos la diversidad
lingüística que nos estructura, advierte
El español, tan nuestro como los idiomas indígenas:
Montemayor
El escritor y Jorge Cocom Pech presentaron el libro
de Natalio Hernández Refrenda el narrador nahua su convicción
de que los mexicanos comenzarán a reconciliarse con sus raíces
ARTURO JIMENEZ
Un poco retrasados debido a la tarde lluviosa del jueves,
presentadores y público han ido llenando poco a poco la sala Manuel
M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde se presenta el libro El
despertar de nuestras lenguas (Queman tlachixque totlahtolhuan), del
escritor nahua Natalio Hernández.
Mientras
siguen llegando espectadores y algunos se quedan de pie, toca el turno
al escritor y lingüista Carlos Montemayor, presentador, junto con
el poeta maya Jorge Cocom Pech, de ese volumen de ensayos que habla sobre
el resurgimiento de las culturas y las lenguas indígenas de México.
''Si en verdad queremos construir un país, o reconocer
a nuestro país, como una nación que abarque y comprenda a
toda la diversidad étnica y lingüística que realmente
nos estructura y nos conforma, debemos sentir como nuestros a todos los
idiomas que aquí viven, entre ellos el que facilita la comunicación
entre tzeltales, tzotziles, nahuas, ñahñús, rarámuris
o mayas: el español."
Montemayor comienza su intervención con un planteamiento
hecho por Natalio Hernández hace apenas unos años, después
de un periplo por las ideas que partió hace tres décadas
de un radicalismo sin concesiones sobre las problemáticas indígenas
y arribó a planteamientos y propuestas constructivas: ''El español
también es lengua nuestra".
Para Montemayor, El despertar de nuestras lenguas (Queman
tlachixque totlahtolhuan), es una especie de "alto en el camino" y
a la vez "regreso y recuento" de la trayectoria de Hernández.
Un rebelde constructor
Hace 25, 30 o más años, dice Carlos Montemayor
-en broma, pero también para esbozar la evolución de un pensamiento-,
Natalio Hernández no era la persona ''serena, reflexiva y ponderada"
que ahora se observa, sino una especie de ''guerrillero, fedayín
o terrorista" que cuestionaba todo, incluidos los intelectuales no indígenas
que abordaban los problemas de los pueblos originarios de México.
''Eras intratable", recuerda Montemayor a Hernández
con la confianza de muchos años de amistad y de trabajo conjunto.
Y luego recuerda que desde esa posición el poeta y ensayista nahua
avanzó en la canalización de su rebeldía crítica
hacia proyectos de construcción en lo político, lo educativo,
lo cultural, lo literario y hasta lo burocrático. El objetivo, abrir
paso al reconocimiento de un ''México multicultural".
Este alto en el camino, agrega Montemayor, representa
una forma de hacer las paces con quienes no formaban parte de la nueva
generación de creadores e intelectuales indígenas.
''Escuchemos las voces de los hermanos no indígenas",
recuerda Montemayor que es la posición de los años recientes
de Hernández sobre quienes, desde otras trincheras intelectuales,
también buscan un país más justo.
Interacción enriquecedora
Jorge Cocom Pech, escritor maya y presidente de la asociación
civil Escritores en Lenguas Indígenas, también se refirió
al asunto de la relación de los intelectuales indígenas y
los no indígenas.
En esa interacción, recuerda, es que ''se ha obtenido
una rica experiencia que nos permite reflexionar cómo se escriben
nuestras lenguas, cómo las hablamos y cómo las podemos rescatar
y mantener".
Para Cocom, el libro de Hernández significa un
impulso a la reflexión sobre qué trabajos de recuperación
e investigación se necesitan para ''perpetuar nuestra cultura, nuestras
lenguas y sus formas literarias".
En su turno, Natalio Hernández reiteró sus
convicciones de que en este siglo XXI todos los mexicanos comenzarán
a reconciliarse con su raíz más antigua: las culturas y las
lenguas indígenas del país.
Al final leyó en náhuatl y en castellano
dos poemas, entre ellos el que aquí se reproduce.
Yancuic icuic Monteso Xocoyotzin |
Canto nuevo a Moctezuma Xocoyotzin |
Ximosehui tetahtzin
ximoyolsehui
xihcahua cuesoli
amo ximotequipacho;
nican tlachixtoque
moconehua
mopilhuan
motlacamecayo,
ipan Mexihco totlalnantzin
nican titlachixtoque.
Xihuicahuitl panoc
panoc xopanatl;
ehecatl quihuicac cuesoli
quisehui choquilistli
quipahti totlacayo
quitlalochti mahmahtli.
Yancuic tonati
tech tlahuiltihuala.
Ximosehui tetahtzin
ximoyoltlali
amo nempolihuis in altepetl
chamanis totlahtol.
Nochipa manis in ixtli,
in yolohtli,
in tlacamecayotl,
in xicnelhuayotl.
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Reposa venerable viejo
apacigua tu corazón
abandona la tristeza
ya no te aflijas;
aquí permanecemos:
tus hijos
tus príncipes
tu linaje,
en la nación mexicana
aquí permanecemos.
Han pasado los años
la tempestad ya pasó;
el viento recogió nuestra tristeza
secó nuestras lágrimas
restauró nuestras heridas
ahuyentó el miedo.
Un nuevo sol
ya nos alumbra.
Reposa venerable viejo
tranquiliza tu corazón;
permanecerá el pueblo
renacerá la palabra.
No perecerá el rostro,
el corazón,
el linaje,
la raíz antigua.
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Poema bilingüe en náhuatl y
español leído por Natalio Hernández durante la presentación
de su libro El despertar de nuestras lenguas (Queman tlachixque
totlahtolhuan), en el Palacio de Bellas Artes. ''Es un canto de reconciliación
con Moctezuma, pero también es una propuesta de reconciliación
con nosotros mismos, con nuestra historia", escribe el poeta y ensayista
nahua en ese libro. |
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