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México D.F. Lunes 4 de agosto de 2003
Iván Restrepo
Mariposa monarca, Ƒotro programa fallido?
El 28 de noviembre de 2001 hubo en el Llano de las Papas, en los límites de los estados de México y Michoacán, una ceremonia presidida por el presidente de la República, el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y los gobernadores de las entidades citadas. El objetivo: anunciar diversas medidas que garanticen los recursos naturales y la calidad de vida de los pobladores de la región donde cada año llegan a invernar millones de ejemplares de la mariposa monarca.
Entre las medidas dadas a conocer hace ya casi dos años figuraba un "sellamiento" policial para evitar la acción de los talamontes y así detener la destrucción de miles de hectáreas boscosas. Para sumar a los campesinos al esfuerzo de conservación de los recursos naturales, el presidente Fox anunció la creación de un fideicomiso que concedería apoyos económicos a más de 12 mil ejidatarios y comuneros de los 37 municipios a los que arriba la monarca, y otros 115 millones para obras de infraestructura hidráulica, caminos, reforestación y hasta proyectos de ecoturismo. De esa manera, dijo Fox, "ya no habrá justificación para que se corte un solo árbol que sirva de refugio a la mariposa".
En la misma ceremonia, el procurador federal de Protección al Ambiente, José Campillo, dio cuenta de diversos "golpes" asestados al mercado negro de la madera. El más significativo: la detención de Amado Estrada, El señor de los bosques, líder de la banda Macho de Agua, y uno de los responsables de la destrucción de recursos forestales en la región.
Los anuncios anteriores, que recibieron amplia difusión, fueron recibidos con beneplácito por la opinión pública nacional e internacional, pues en apenas 20 años se perdieron casi 15 mil hectáreas de bosques debido a la tala clandestina y la pobreza de la población rural que habita en la reserva de la mariposa y su área de amortiguamiento. Sin embargo, algo está fallando, pues ahora se denuncia que la región mencionada es ingobernable, ya que los talamontes siguen haciendo de las suyas, y existen por lo menos mil personas dedicadas a derribar árboles y a extraer la madera, que luego se vende a negocios suficientemente conocidos por los lugareños y las autoridades. Se cita como centro de operaciones de compraventa de la madera a los municipios de Ocampo, Angangueo, Ciudad Hidalgo y Zitácuaro. Para ello existen bandas armadas que protegen a los talamontes, los cuales parecen contar con el apoyo de funcionarios de diversas instancias oficiales y con el de quienes comercian la madera extraída.
Precisamente la presidenta municipal de Zitácuaro, Lourdes Jiménez, y el diputado electo por ese distrito, Pascual Zigala, sostienen que los taladores se comportan como los narcos para actuar, y que para llevar a cabo sus acciones disponen de equipos sofisticados para talar, transportar y evitar la acción de las autoridades. Recientemente, señala Jiménez, asesinaron a un campesino y balearon una patrulla de seguridad pública cuando se dirigía a clausurar un aserradero clandestino.
Esta denuncia ocurre cuando el gobierno michoacano publicita diversas acciones para reforestar miles de hectáreas y lo mismo hacen las autoridades del estado de México, en ambos casos en colaboración con la Comisión Nacional Forestal. Lo que urge aclarar ahora es por qué está fallando la estrategia de "sellamiento" para evitar la destrucción de los bosques de oyamel y pino, el destino de los apoyos directos a los campesinos y el avance de las obras de infraestructura que beneficiarían a una región con graves carencias. Si el poder de las mafias que se benefician con la destrucción del bosque es tal que sobrepasa la capacidad del Estado, no hay duda de que la presencia de la mariposa monarca será cada año menor. Pero además, que la destrucción de recursos terminará por agudizar la pobreza rural, ya de por sí crítica, y causará serios desajustes ambientales. Sin su capa verde de protección, no se tendrá más la producción de agua en una extensa área de Michoacán y el estado de México y vendrán otros efectos nocivos, como la erosión del suelo, el azolve de ríos y arroyos y un cambio climático que en nada favorece al país. Se trata de asuntos de seguridad nacional, además de que el agua y el bosque encierran rica diversidad biológica. Su presente y su futuro no puede quedar en manos de unos cuantos delincuentes. Como en otros muchos casos el gobierno no puede ahora decirnos simplemente: "ƑY yo por qué?"
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