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México D.F. Lunes 4 de agosto de 2003
TOROS
Exigir un reglamento a su gusto, arbitraria medida del empresario de la México
La fiesta brava, fiel reflejo del deterioro de valores en el país, afirma El Glison
Las agrupaciones taurinas deciden hoy si se someten o suman esfuerzos para salir adelante
LEONARDO PAEZ
En todas las épocas y en todos los países donde está inmersa, la fiesta de toros refleja los valores que prevalecen en ese periodo y en esa nación, por lo que la acumulación de negligencias, simulaciones, impunidades y anarquía que ostenta la empresa de la Plaza México desde hace años es reflejo de lo que acontece a escala nacional, afirma el torero saltillense Jorge de Jesús Gleason.
El Glison, quien el pasado jueves 31 de julio demandó al empresario Rafael Herrerías "por amenazas de muerte, daño físico y veto para ejercer mi profesión de matador de toros", en la 31 agencia del Ministerio Público, con la averiguación previa BJ1T2/1809/03-07, reconoce que esta decisión la inspiró la querella que contra el empresario interpuso el apoderado español Enrique Martín Arranz por haber falsificado su firma.
La denuncia, aclara el también ingeniero agrónomo, obedece además al preocupante silencio de la mayoría de los toreros y subalternos ante tantas arbitrariedades; es levantar la voz y adoptar la actitud libre que debe caracterizar a los toreros, hoy sometida con base en chantajes, sobornos, amenazas o recompensas. Basta recordar la última seudoasamblea de la Asociación de Matadores, en la que Miguel Espinosa Armillita advirtió que si el próximo representante de la misma no era Luis Corona, empleado de Herrerías, el cheque por 400 mil pesos como modesta utilidad por la corrida de la Oreja de Oro "no tendría fondos". Por ello, el actual representante de los toreros es Corona, no por otra razón, afirma.
-ƑPor qué las autoridades han caído en el juego del empresario?
-Por falta de decisión y de sensibilidad políticas, y por negarse a reconocer que la propuesta de reglamento taurino enviada por Herrerías al Gobierno del Distrito Federal es apoyada por incondicionales de aquél, como Corona y Beny Carmona, representantes de matadores y subalternos, respectivamente. Con excepción de los ganaderos, la de hoy será una reunión de esclavos de la que difícilmente podrán surgir rasgos de dignidad y buen juicio. Antes de ponerse a revisar el reglamento vigente, las autoridades deberían ponerle una fecha límite al empresario para dar novilladas, y si no, revocar la licencia de funcionamiento de la plaza. Pero, repito, faltan decisión y visión políticas de la fiesta de toros.
-ƑA qué atribuir esta debilidad de las autoridades?
-Dan la impresión -responde el autor de la contrastante columna taurina Desde adentro, del diario deportivo Esto- de no querer entrar en conflicto con los poderosos que están detrás de Herrerías, y a que no han podido percibir que los toros son un legado histórico-cultural que pertenece al pueblo de México y no al empresario en turno. Con esa actitud, la autoridad le hace el juego y apoya en sus delirios autorregulatorios a un sujeto sin solvencia moral ni profesional, pero respaldado por gente tan poderosa económica y políticamente como insensible, irresponsable y terca. Son los abanderados del inmovilismo, del no hacer olas, aunque el barco se hunda, a tres años del comienzo del "cambio".
-ƑSe puede hacer algo?
-Denunciar y movilizarnos como sociedad civil; lograr un gran consenso entre el público aficionado, peñas, estudiantes y profesionistas por medio del Frente Nacional Taurino (http://groups.msn.com/frentenacionaltaurino). Asimismo, unirse todos aquellos comunicadores de los estados y de la capital que abierta y sistemáticamente nos hemos opuesto a los criterios taurinos de tan nefasto empresario, inclusive periodistas que más que en favor de la fiesta estén por defender la legalidad en nuestro país.
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