El brasileño recibirá el galardón, dotado con 100 mil dólares, en la FIL de Guadalajara

El Rulfo, a Rubem Fonseca, autor comprometido con desheredados

El escritor ha contribuido en forma decisiva a la renovación de la prosa narrativa, señala el jurado

Sus personajes, "extraídos de la realidad más sórdida, aunque tratados con compasión y humor"

MONICA MATEOS-VEGA ENVIADA

Guadalajara, Jal., 4 de agosto. El escritor brasileño Rubem Fonseca (Juiz de Fora, 1925) fue elegido por votación unánime para recibir el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, en su versión 13. Se trata del reconocimiento a una obra "con muchos valores políticos, de un autor comprometido con las clases desheredadas, con las personas que no han tenido acceso ni a la economía de mercado ni a las decisiones políticas", consideró el narrador Emmanuel Carballo, miembro del jurado que también estuvo integrado por Edmond Cros, de Francia; Jean Franco, de Estados Unidos; Luz Mary Giraldo, de Colombia; Bella Josef, de Brasil; José Miguel Oviedo, de Perú y Vicente Quirarte, de México.

Según el acta resolutiva del galardón, se consideró que Fonseca "ha contribuido decisivamente a la renovación de la prosa narrativa, pues introduce un modo de contar que aprovecha y relabora formas provenientes de la literatura popular, como la novela negra, pero también las de la novela política, la social, la existencial y la erótica.

"Su mundo está poblado por personajes extraídos de la realidad más sórdida, aunque tratados con compasión y humor. Sus cuentos y novelas permiten lecturas en diferentes registros que pueden ser disfrutados por lectores de múltiples tipos de experiencias. En su estilo, predominantemente directo, subyace una poética muy personal y rigurosa que permite expresar la condición del mundo contemporáneo."

Feliz y honrado

El galardón, que consiste en 100 mil dólares, será entregado al autor de La cofradía de los Espadas (Cal y Arena, 2000) el próximo 29 de noviembre, al comenzar la Feria Internacional del Libro (FIL) que se realiza en esta ciudad.

Durante la rueda de prensa realizada en la sede de la FIL para anunciar el nombre del ganador del premio se realizó un enlace telefónico con el escritor brasileño, quien reside en Río de Janeiro.

Fonseca, visiblemente emocionado, dijo sentirse "feliz y honrado por recibir el premio que lleva uno de los más importantes nombres de la literatura universal. Siempre he sido admirador de la obra de ese gran escritor; tengo un cariño muy especial por México".

En charla con La Jornada, Carballo reiteró que este año se quiso premiar a un "escritor para jóvenes, que posee un lenguaje crudo, de absolutas afirmaciones sobre el Estado, no benefactor, sino opresor del pueblo; de un estilo desacarnado, con finales abiertos que permiten al lector, hilando fino, llegar a grandes gracias o a grandes catástrofes. Fonseca no es un escritor que esté contento dentro de su cuerpo, ni dentro de su país, quiere cambiarse a sí mismo, quiere cambiar a Brasil y, como todos, quiere que el mundo donde vivimos sea más justo y agradable".

No obstante, agregó el ensayista, "no se trata de un escritor social, aunque ataca a la gran burguesía y tiene un libro especialmente importante, que se llama Agosto, y habla sobre Getulio Vargas, el Lázaro Cárdenas brasileño, que fue no sólo un presidente populista, sino renovador.

"Fonseca da una serie de datos que si se es buen lector y se une y ata la información, se obtiene una novela, no de tesis, pero sí comprometida con las causas populares y contra la oligarquía nacional y extranjera. Fonseca quiere a los pobres, a los desvalidos, a los que no tienen techo, comida, medicina o escuela, en comparación con otros novelistas a los que no les importa el mundo de fuera, sino el mundo interior.

"Lo hermoso de este premio es que estamos hablando de una persona a la que le preocupa la sociedad. Sería interesante preguntarle a (Luiz Inacio) Lula (da Silva), el presidente brasileño, que, ante este premio, cuál es su política frente a la literatura, porque no lo ha dicho."

Carballo reveló que la candidatura de Fonseca no estaba entre las propuestas que en esta ocasión competían formalmente por el premio, sino que fue una opción derivada del debate entre los miembros del jurado.

"Pero Fonseca era un nombre que sonaba fuerte desde el año pasado; incluso estuvo a punto de ganarle a Cintio Vitier. Un año después se le ha hecho justicia al autor de Historias de amor (Cal y Arena, 1999)."

A la conferencia de prensa también asistieron Trinidad Padilla, rector general de la Universidad de Guadalajara; Raúl Zorrilla, director de publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en representación de la presidenta de este organismo, Sari Bermúdez; Sofía González, secretaria de Cultura de Jalisco; Raúl Padilla, presidente de la FIL; Nubia Macías, directora general de la feria, y Dulce María Zúñiga, directora de la Asociación del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.

Vicente Quirarte rubricó el encuentro con la lectura de un fragmento del libro de narraciones de Fonseca Pasado negro: "El escritor debe ser esencialmente un subversivo, y su lenguaje no puede ser ni el lenguaje mistificatorio del político (y del educador), ni el represivo del gobernante. Nuestro lenguaje debe ser el del no conformismo, el de la no falsedad, el de la no opresión. No queremos poner orden en el caos, como suponen algunos teóricos. Ni siquiera hacer el caos comprensible. Dudamos de todo siempre, incluso de la lógica. El escritor tiene que ser escéptico".

Desde su primer libro, Los prisioneros, publicado en 1963, Fonseca creó su mundo narrativo, fincado en todo tipo de delitos, personajes crueles, irónicos, ingenuos, víctimas "y la sensación de que la gente va por la vida sin preocuparse demasiado por la justicia, ya que su administración es una soberana tomadura de pelo. La corrupción, el asesinato, la traición, la violencia sin razón, la prostitución, la pornografía, la podredumbre de la sociedad en todas sus capas", apunta el escritor Elmer Mendoza.

Fonseca se recibió de abogado en 1948 y se especializó en derecho penal. Fue periodista y crítico de cine. Además de novelas y cuentos, es autor de dos guiones de películas. Su libro más reciente en español se titula Y de este mundo prostituto y vano sólo quise un cigarro entre mi mano (Norma, Bogotá, 2001).