México D.F. Lunes 11 de agosto de 2003
ENTREVISTA /ROSARIO
ROBLES BERLANGA, EX DIRIGENTE NACIONAL DEL PRD
Pretendieron debilitarme al reconstruir el PRD
ERA MEJOR ENFRENTAR LA CRISIS AHORITA QUE AL ACERCARSE
EL 2006
BLANCHE PETRICH Y MIGUEL ANGEL VELAZQUEZ
Como dijo Mao Tse-tung, cita la ahora ex presidenta del
Partido de la Revolución Democrática (PRD) Rosario Robles,
"para ganar Hunan hay que abandonar Hunan". Reconoce que frente a la urgencia
de reconstruir a fondo al partido, frente al inevitable paso de dar cauce
a la limpieza de las controvertidas elecciones internas de 2002, quedó
atrapada en una estrategia que pretendía debilitarla.
"Y dije no, en camisa de fuerza no. Esa es una gran lucha
que hay que dar, la reconstrucción del PRD. ¡Qué paradójico!
Para eso llegué a la conclusión de que la mejor forma de
expresar esta idea era renunciando a la presidencia. Pensé que era
mejor enfrentar ahorita la crisis que cuando ya tengamos encima la elección
de 2006. Estamos a tres años, es un momento muy oportuno. No podemos
volver a meter la basura debajo de la alfombra."
-¿Hay autocrítica en el balance de su gestión?
-Mucha. Pero no estoy en el balance de mi gestión.
Ese no es el tema. El tema es cómo aprovechar esta coyuntura. Yo
digo: compañeros, no simulemos, no me perdonen la vida en aras de
aceptar que me impongan condiciones que no estoy dispuesta a vivir. Lo
importante es que el PRD tiene que replantear cuáles son las causas
que tiene que enarbolar para que la gente vuelva a creer en él.
Por eso tenemos que despojarnos de actitudes burocráticas, entender
que la lucha no es por parcelas de poder.
-¿Cuál es la simulación que está
en juego?
-Se
quiso poner en cuestión el manejo de los recursos financieros durante
la campaña, se pretendió que el balance político se
convirtiera en un balance financiero. Antes de que se presentara el informe
real, objetivo, sobre la cuestión financiera, se quiso dar una idea
distorsionada. Por un lado se habla de cerrar filas y por otro se desata
una campaña de filtración que habla de una deuda multimillonaria
que no existe, para que yo llegue debilitada al Consejo. Justo en el momento
en que yo necesito mucha fuerza, que es lo que se requiere para regresarles
el poder a los militantes. A estas alturas de la vida no estoy dispuesta
a aguantar un rumor más que ponga en entredicho mi honorabilidad.
-¿No era mejor esperar a que se diera oficialmente
el informe financiero?
-No, porque ya estaba el rumor en los medios de comunicación,
presentado de una manera que yo no puedo permitir. Esas decisiones yo no
las tomé sola.
Robles acude a la entrevista con La Jornada con
menos sonrisas que las que acostumbra. Cuenta que el domingo de la semana
pasada se fue a nadar a la piscina que frecuenta. Y en el agua -"fíjate
qué vaciado, en el rélax"- tomó la decisión
de renunciar. No la comentó con la secretaria de Finanzas, Maru
López Brun, que la acompañaba en ese momento, ni con sus
amigos más cercanos, para que no la convencieran de lo contrario.
"Toda la semana lo estuve pensando mucho. Me salí
de todo, no fui a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional
en Tlaxcala, nada. Estaba madurando mi decisión."
-Hay miembros del CEN que sienten que como órgano
colegiado debían haber sabido, como que los dejó colgados
de la brocha.
-Yo hubiera querido que muchos no se fueran a la campaña
y no me dejaran colgada de la brocha en el trabajo sistemático,
recorriendo conmigo los 50 mil kilómetros. Y ni siquiera ganaron
sus candidaturas.
La líder perredista intenta ser institucional,
no personalizar la crisis que la llevó al momento más difícil
de su carrera, pero es evidente que es un esfuerzo cuesta arriba.
Basura bajo la alfombra
-En su discurso de renuncia señala que no se pudo
avanzar en la limpieza del partido por una maraña de intereses burocráticos.
¿No está usted en esa maquinaria?
-En el Consejo Nacional se presentó el informe,
una mayoría votó para que éste no tuviera aplicación.
Tres veces me levanté a defenderlo, porque era la oportunidad del
PRD de demostrarle a la sociedad de que era diferente. Fui derrotada en
ese consejo nacional y se canceló la posibilidad de limpiar la elección
interna. Yo formé la comisión, propuse que la encabezara
Samuel del Villar, porque era una garantía de éxito. La apoyé
con todo.
-Ese asunto de la limpieza electoral es un ciclo que no
cerró.
-Pero ya no es responsabilidad mía. Algunos de
los que más cuestionaron que no se diera esa limpieza no estuvieron
en ese consejo con su voto y con su voz para apoyarme en que el informe
tuviera viabilidad: Adolfo Gilly, Raúl Alvarez Garín, Cuauhtémoc
Cárdenas.
-¿Quién o quienes impidieron que se votara
en favor del informe de Del Villar?
-Los interesados en preservar espacios que no están
legitimados en las urnas. Todos saben quiénes son.
-¿No sería el momento de identificarlos?
-No, hay que ir a las cuestiones de fondo. No es un problema
de personas.
-¿No es un problema de fondo el que las corrientes
sigan tomando e imponiendo decisiones por encima de la institucionalidad?
-Esa forma de organización está agotada.
-¿Logró sus propósitos como presidenta
del PRD?
-Tenía varios propósitos, volver a relacionar
al PRD con las causas populares, reposicionar al partido electoralmente
y reorganizarlo de manera que los militantes tuvieran la capacidad de elegir.
En la primera apoyamos las causas campesinas, lo que nos costó una
artera campaña; a los foros sindicales; trabajamos una ley alternativa
a la ley Abascal; en la lucha de las mujeres, no se diga. Quedó
mucho camino por andar.
-No se logró un acercamiento con la lucha de los
zapatistas.
-Eso es obvio. Pero nosotros insistimos en que no los
vemos como adversarios, que estamos en la misma trinchera que ellos.
-¿Y las otras corrientes? Las de los chuchos,
la de Amalia García, la de René Bejarano, los rosarios?
-Yo no tengo corriente, es un invento. Lo demás
sigue siendo el gran tema: hay que reorganizar al partido, definir el proyecto
que le da contenido, cuál es su proyecto de gobierno. Para qué
queremos ganar la Presidencia de la República.
"Por eso era importante que después de la elección
diéramos cauce al informe de la comisión de transparencia.
No fuimos capaces de entender que ese era el mensaje más poderoso
que podíamos darle a la ciudadanía. No lo entendieron. El
Consejo Nacional tenía la decisión en sus manos. Ahí
teníamos ganada la mitad de la campaña. Y perdimos la gran
oportunidad. Fuimos responsables unos y otros. Se combinaron intereses
de todo tipo. Michoacán votó en contra del informe de Samuel
del Villar porque el informe anulaba la elección en esa entidad.
Paradójicamente se juntaron intereses de las corrientes con grupos
locales que me habían apoyado a mí, pero que cuando ya tienen
el informe enfrente ya fue otra cosa. La pelea la di y la perdí."
-¿No hay, hoy más que nunca, el riesgo de
un cisma? Hay dos posibles candidaturas visibles, vitales, Cuauhtémoc
Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
-Esta es una gran oportunidad para que todos nos veamos
en el espejo. Hay que reglamentar todo, reorganizar desde abajo, darle
a los militantes una carta de derechos.
-¿Qué pasó con las grandes alianzas
con las que empezó su gestión como presidenta del partido,
López Obrador y Cárdenas?
-Andrés Manuel nunca me apoyó. El ingeniero,
desde el principio.
-¿A quien apoyaría para 2006?
-No estamos en ese proceso de definición. De todas
maneras, en 2005 yo tenía que dejar la presidencia. No iba a estar
al frente cuando designaran candidato. Ahora mismo no estoy pensando por
quién me voy a inclinar. Sí reconozco mi lealtad hacia el
ingeniero, porque de Cárdenas siempre he recibido respeto y apoyo,
la gran oportunidad de haber sido jefa de Gobierno y presidenta del partido.
-¿Sigue vigente esa alianza?
-Platicamos mucho. El tiene valoraciones críticas
sobre cosas que yo hice, pero eso es normal, eso no rompe una alianza.
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