México D.F. Lunes 11 de agosto de 2003
La pesadilla por homicidios y desapariciones
se extiende a Chihuahua; 9 casos en 2003
Critica AI la ineptitud oficial en torno a las asesinadas
en Juárez
La titular del organismo se reúne con parientes
de víctimas, que denuncian acoso de funcionarios
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Ciudad Juarez, Chih., 10 de agosto. La pesadilla
por los asesinatos y las desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez
se ha extendido a la capital estatal, Chihuahua.
En el contexto del informe del encuentro entre Irene Khan,
presidenta de Amnistía Internacional (AI), y los familiares de las
víctimas se documentaron nueve casos tan sólo en 2003 en
Chihuahua, que se suman a la larga lista de crímenes en la ciudad
fronteriza.
El reporte de AI, adelantado a los familiares, contabiliza
370 asesinatos de mujeres, de los cuales 137 son considerados producto
de la violencia sexual. Es la cifra más alta que ha dado un organismo
internacional hasta ahora.
"Admiramos la fortaleza y el valor que han tenido para
pedir justicia. Compartimos su tristeza, su pesar, su enojo", dijo Khan
durante unacto en memoria de las víctimas, en el cual se depositó
una ofrenda floral en el terreno conocido como lote algodonero, donde fueron
encontrados en noviembre de 2001 los cuerpos de ocho jóvenes, sin
que hasta ahora quede plenamente clara la identidad de las víctimas.
Asimismo, se desconoce a los responsables.
"Por el bienestar de ustedes, esperamos que las autoridades
investiguen y podamos saber la verdad", subrayó la dirigente de
AI, y confió en que el caso de los homicidios de mujeres en Juárez
será considerado por la organización -de 1.8 millones de
integrantes- como el más emblemático de violencia sexual
e impunidad en todo el mundo.
"Estas historias las llevaremos alrededor del mundo. Es
un escándalo que esta situación se siga presentando", subrayó
Khan.
Otras instancias
La visita de AI a Ciudad Juárez se realiza en medio
de la puesta en marcha del Plan Integral de Seguridad Pública -en
el que intervienen cinco dependencias federales- y del descubrimiento de
otros tres cuerpos de asesinadas en el valle de Juárez, el pasado
23 de julio, al día siguiente de que comenzara a operar dicho plan.
AI también está presente una semana después
de la visita de especialistas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para
los Derechos Humanos, que se entrevistaron con familiares de las víctimas
y de quienes son considerados chivos expiatorios o culpables fabricados.
Precisamente uno de los presuntos chivos expiatorios
más importantes, el egipcio Abdel Latif Sharif Sharif, fue acusado
de 25 crímenes seriales por la fiscalía especial del caso
exactamente un día antes de la llegada de AI a Ciudad Juárez.
Los casos de Diana Jazmín y Neyra Azucena
Entre los testimonios escuchados por Irene Khan durante
la reunión a puerta cerrada con dirigentes y familiares de las víctimas
en el hotel Fiesta Inn, estuvo el de Hilda Medrano Beltrán, madre
de la joven Diana Jazmín García Medrano, desaparecida el
pasado 27 de mayo en Chihuahua y cuyo cuerpo no ha sido hallado.
Visiblemente
conmovida en la ceremonia en el lote algodonero, Hilda Medrano recordó
que desde la desaparición de su hija las autoridades lo único
que han hecho es amedrentar a la propia familia. Primero acusaron al novio
de Diana Jazmín de ser el responsable, pero resultó que ella
"ni siquiera tenía novio".
Después le dijeron a Alejandra, hermana menor de
Diana Jazmín, que debía pasar por el polígrafo, porque
era una de las sospechosas, ya que fue la última que habló
con la desaparecida.
Diana Jazmín desapareció cuando se dirigía
a la escuela de cómputo B&T en la capital estatal. En este contexto,
más de una decena de casos en Juárez y Chihuahua están
relacionados con escuelas de cómputo que no han sido investigadas.
"He perdido la confianza en las autoridades", dice Hilda
Medrano. Tiene como trasfondo las ocho cruces sembradas en el lote algodonero
y el calor sofocante de esta ciudad en el desierto. "Más que hostilidad,
lo que siento es burla de los agentes. Temo cada vez que me llaman por
teléfono a la casa, porque sólo quieren intimidarnos y acusar
a nuestra propia familia", relata.
Este caso se suma a una lista en la que aparecen también
los nombres de las jóvenes Claudia Yudith Urías, Paloma Angélica
Escobar, Neyra Azucena Cervantes y Erika Noemí Carrillo Rodríguez,
todas de Chihuahua, desaparecidas o halladas muertas en las últimas
semanas. Sus familiares se presentaron ante AI con carteles con fotos de
cada una de las jóvenes y demandas de justicia.
Otro caso expuesto ante AI fue el de Neyra Azucena Cervantes,
desaparecida el 13 de mayo de 2003 y cuyos supuestos restos fueron presentados
a la familia el 15 de julio pasado, pero no corresponden con la identidad
de la joven. La osamenta fue encontrada en un sitio conocido como Los cuernos
de la luna. Las autoridades han inculpado al primo de la víctima,
David Meza, y al padrastro, Jesús Argueta.
En una carta, Patricia Cervantes, madre de Neyra, expone
que ni el cabello ni la dentadura de los restos corresponden con los de
su hija, mientras, afirma, autoridades de la Procuraduría de Justicia
del Estado y el sacerdote Antonio Ramírez, conocido como padre
Toño, la han presionado para que acepte que es el cuerpo de
la joven.
En la parte medular de su testimonio, Patricia Cervantes
afirma: "Desde la desaparición de mi hija, la procuraduría
me ha engañado, como a las otras madres. Hasta 15 días después
de que presenté la denuncia empezaron a buscarla. Me dijeron que
Neyra estaba viva y no quería regresar. Ignoraron la información
que les proporcioné. Allanaron mi domicilio, sin orden judicial.
Hostigan y presionan a familiares y amigos. Privaron de la libertad ilegalmente
a Jesús Argueta, mi esposo, y a David Meza, mi sobrino. Los torturaron
física y sicológicamente. Inventaron una historia ridícula
e inculparon a mi sobrino de la muerte de Neyra.
"Estos meses han sido un infierno. Al dolor por desconocer
la suerte de mi hija se ha sumado el maltrato y abuso de autoridad de la
procuraduría, la prisión de un inocente, el chantaje, la
difamación y ahora el hostigamiento de un ministro de la Iglesia
católica y del especialista contratado por la procuraduría
del estado. A las personas y organizaciones que nos apoyan, las descalifican.
Ya basta."
"¡Ni una más!"
La ofrenda de flores colocada sobre las ocho cruces en
el lote algodonero por Irene Khan anuncian, a decir de observadores, una
nueva ola de repercusiones internacionales por los crímenes en Juárez,
y ahora también en Chihuahua.
Las madres de las víctimas cantan la plegaria y
el himno de batalla: "Rumbo a Juárez llegarán/ lucharán,
lucharán y la justicia llegará/ ellas gritan: ¡Ni una
más! ¡Ni una más!"
La frase "ni una más" se ha transformado en un
grito de rabia, en un lamento y en una denuncia ante la impunidad. Hoy
AI confirmó que, según sus cifras, son 370 las mujeres asesinadas
en una década.
"Esta es una falta total del sistema de justicia. Queremos
agre-
gar nuestra voz para poner fin a esto", subrayó
Irene Khan ante las madres de las víctimas que han escuchado en
los últimos tres años a cuatro instancias distintas de Naciones
Unidas y a más de cinco redes civiles internacionales y de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos unirse a su demanda de justicia. Y todo
sigue igual o peor.
Autoridades mexicanas no usan la ley para proteger,
sino para mantenerse al margen
Antes de viajar a Ciudad Juárez, Khan criticó
que la Procuraduría General de la República (PGR) haya dejado
pasar más de 10 años para involucrarse en el caso, y señaló
que dicha tardanza muestra que se ha visto la ley como mecanismo para mantenerse
al margen, en lugar de usarla para proteger.
Si bien es positivo que la PGR haya declarado que atraerá
el asunto, ahora lo importante es saber qué hará para resolverlo,
agregó, y consideró que los homicidios en la ciudad fronteriza
son muestra de la peor forma de violencia que se puede ejercer contra la
mujer.
Pidió a las autoridades condenar los hechos como
una expresión de la violencia contra la mujer, que acabe la impunidad
-derivada, entre otros motivos, por una inadecuada investigación-
y se proteja al género femenino.
Respecto a las familias de las víctimas, Khan expresó
que Amnistía busca que se les apoye y no se les amenace, como ha
ocurrido. Diez años de matanza y más de 400 asesinadas es
demasiado, refirió, y destacó que no hay certeza sobre el
número de homicidios, pues, subrayó, ni las autoridades conocen
las cifras exactas.
Sobre las causas de los asesinatos, agregó, hay
varias hipótesis, algunas ligadas al narcotráfico o al tráfico
de órganos. No obstante, abundó, lo que "tratamos de hacer
es recalcar que es responsabilidad de las autoridades estatales averiguar
y de las federales asegurarse de que los estados realicen su labor".
Los asesinatos se dan en un contexto de globalización,
de un cambio en el desarrollo económico que ha llevado a esa solución
violenta, por lo que Amnistía busca dar al caso una exposición
internacional que ayude a su solución.
Como parte de su agenda en el país, Khan dará
a conocer este lunes el informe México: muertes intolerables.
Diez años de desapariciones y asesinatos en Ciudad Juárez
y Chihuahua.
También se reunirá con el presidente Vicente
Fox, el fiscal especial Ignacio Carrillo Prieto, integrantes de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos, Rafael Macedo de la Concha -titular de la
PGR-, Santiago Creel -secretario de Gobernación-, varios embajadores
y autoridades del gobierno de Chihuahua.
Del 16 al 24 de agosto participará en la reunión
del consejo internacional de Amnistía, que se realizará en
Cocoyoc, Morelos. Se prevé la asistencia al encuentro de 500 delegados
de la organización de todas partes del mundo.
En tanto, Susan Lee, directora del Programa Regional para
América de AI, informó que este organismo ha acompañado
el proceso de implementación del acuerdo que el gobierno de México
firmó con Naciones Unidas para la promoción y defensa de
las derechos humanos.
Se prevé que a finales del presente año
se presente el diagnóstico de la situación de los derechos
humanos en el país, y se espera que en dicho documento se haga referencia
a las raíces de las violaciones a las garantías individuales
(como la tortura).
Ahora, señaló, es un momento clave para
que el gobierno asuma todo el proceso que se ha venido haciendo y lo transforme
en un programa nacional de derechos humanos. Vamos a poner énfasis
en que las autoridades deben mostrar liderazgo, asumir los resultados y
combatir las raíces de la violación a esos derechos, dijo.
CON INFORMACION DE GEORGINA SALDIERNA
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