México D.F. Lunes 11 de agosto de 2003
APRENDER A MORIR
Hernán González G.
El testamento vital
Para evitar una vida terminal inhumana
Encarnizamiento terapéutico
EXISTE UN DOCUMENTO legal en varios países, moral en el resto, incluido México, al que instituciones y legisladores no han dado suficiente importancia pero que sin embargo puede, literalmente, evitar una vida terminal inhumana en aras del "moderno" encarnizamiento terapéutico y del obsoleto concepto de que la vida "es sagrada", independientemente de su calidad y de las condiciones que entrañe para el sujeto.
SI BIEN CADA persona puede redactar este documento -opcional, no obligatorio- en sus propios términos, en todas las versiones básicamente se hace saber al médico, familia, abogado y ministro religioso la voluntad anticipada del paciente terminal acerca de los tratamientos que desea recibir, o no recibir, en caso de padecer una enfermedad irreversible que le impida expresarse a consecuencia de su deterioro físico y o mental.
EN TODO CASO el testamento vital entraña, por un lado, una declaración general de lo que quiere la persona respecto a la atención y asistencia final de su vida, y por el otro, un poder notarial o moral, según la actualización legislativa del país, por el que el enfermo permite que otra persona tome las decisiones médicas acordes con su voluntad expresa en el testamento, que se adjuntará al historial médico con copia certificada a los destinatarios mencionados.
UNA VERSION DEL testamento vital dice: "Si llegara el momento en que ya no esté en capacidad de tomar decisiones relativas a mi porvenir, deseo que esta declaración sea considerada como la expresión formal de mi voluntad y respetada bajo el mismo título de un testamento.
"YO..., CON IDENTIFICACIÓN oficial..., mayor de edad y con domicilio en..., en pleno uso de mis facultades mentales, deseo que se me permita morir y que por ningún motivo se me mantenga con vida por medios artificiales o tratamientos heroicos. La muerte es una realidad más de la vida, como lo son el nacimiento, el crecimiento, la madurez y la vejez.
"TEMO MENOS LA muerte que la indignidad del deterioro, el sufrimiento, el dolor y la dependencia, por lo que solicito que se me administren ampliamente los medicamentos adecuados en el momento de los padecimientos últimos o, según el avance de la enfermedad, dejen de administrárseme incluso si tienen que acelerar el instante de mi fallecimiento.
"HAGO ESTAS PETICIONES después de una madura reflexión. Si este documento no llegara a ser legalmente obligatorio, deseo que quienes tengan que cuidar de mí se sientan moralmente obligados a respetar estas disposiciones. Reconozco que les hacen asumir importantes compromisos. Precisamente para compartir éstos y eximirlos de toda culpabilidad y responsabilidad legal es que redacto y firmo esta declaración."
A CONTINUACIÓN VIENEN la firma del titular, el nombre, identificación oficial y firma de tres testigos, así como de dos representantes del titular encargados de vigilar el cumplimiento de esas instrucciones. El lugar y la fecha. [email protected]
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