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México D.F. Lunes 11 de agosto de 2003
La Alameda de Santa María la Ribera,
el primero de seis escenarios
Las fuentes como altares sagrados, en la serie de performance
de Niña Yhared 1814
JAIME WHALEY
En el agua -elemento que, según explica, le atrae
desde sus más remotos sueños infantiles-, la artista plástica
Niña Yhared 1814 hizo lo suyo: un performance.
Una
de las cuatro fuentes que refrescan el ámbito de la espléndida
Alameda de la colonia Santa María la Ribera fue el escenario para
el performance que, aunque no atrajo a gran cantidad de paseantes
-quizás por la hora, apenas la una de la tarde-, sí resultó
vistoso y de novedad para un espacio público.
"Fue un performance ritual, que utilizó
el elemento mágico que para mí es el agua", señaló
Niña, joven que cultiva a la vez otros géneros escénicos,
como el baile, y la escritura de cuentos, actividades que lo mismo incorpora
a sus desempeños.
Magia y fantasía
La oportunidad que tuvo Niña de utilizar una fuente
en el sombreado espacio del principal parque de la añosa colonia
se da por un apoyo de la Secretaría de Cultura del gobierno capitalino
al proyecto presentado por la artista, quien pretende crear conciencia
entre los espectadores de la importancia de las fuentes como sitios, casi
altares sagrados, donde hay magia y fantasía, expresa con su proyecto
Performance para las fuentes de la ciudad de México.
Niña y unas ninfas, que para el caso fueron Ereni
Amante y María Teresa Carlos, jugaron, rindieron pleitesía
a lo acuático, a lo que Niña dijo que son tres niveles de
realidad: lo cotidiano, lo chamánico y lo fantástico. Explicó
que con la escenografía, en la que también participó
la actriz Francoise de Plancke, vecina del rumbo, se creó una burbuja
de un tipo de comunicación simbólica con los espectadores.
Unas llamativas pelotas azules de plástico, unos
vitroleros, cubetas y otros recipientes de vidrio fueron parte del montaje
que tendrá varias presentaciones a lo largo de dos meses como parte
del programa Arte por Todas Partes. El siguiente será el 16 de agosto
en la Casa Frissac, de la delegación de Tlalpan, y Niña promete
que irá en evolución, pues se incorporarán nuevas
rutinas, si así vale llamarles, ya que considera éste es
un ciclo para una experimentación constante.
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