Presunto maíz transgénico

Demanda contra Greenpeace por bloqueo ferroviario

MATILDE PEREZ U.

Transportación Ferroviaria Mexicana interpuso una demanda contra Greenpeace México y su director, Alejandro Calvillo, por detener durante seis horas el tren que cruzaba el puente internacional de Laredo, entre Estados Unidos y México, y que arrastraba 99 vagones con maíz presumiblemente transgénico hacia Querétaro.

El domingo pasado activistas de la organización ecologista, junto con Calvillo, paralizaron el tren a la mitad de dicho puente. "El tren traía variedades convencionales de maíz amarillo mezcladas con dos variedades transgénicas del grano propiedad de Monsanto", aseguró Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace.

Las variedades transgénicas son la Bt MON 810 y la GA21, ésta resistente al herbicida conocido como faena. "Al país ingresa entre 25 y 35 por ciento de maíz genéticamente modificado que corresponde a variedades de Monsanto, la mayor responsable de la contaminación genética del maíz mexicano", indicó.

Recordó que en 1999 Greenpeace alertó sobre el ingreso de maíz transgénico y los riesgos de contaminación de las variedades locales, como el teocintle. Dichas variedades están en riesgo de desaparición, lo que pone en peligro la soberanía alimentaria, dijo.

Agregó que la industria importa los 12.6 millones de toneladas de maíz amarillo que requiere; aunque en el territorio nacional, según la estadística oficial, 3.2 millones de agricultores siembran 8.5 millones de hectáreas en las que se obtienen 18.2 millones de toneladas del grano.

Sin una ley de bioseguridad nacional, será más difícil controlar el ingreso de maíz transgénico, dijo. Consideró que el Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad, que entrará en vigor el 11 de septiembre, es una protección "mínima" ante el impacto de las importaciones de transgénicos.

Ese protocolo otorga a los países firmantes el derecho de aplicar el principio precautorio, incluyendo la prohibición o restricción sobre la importación y uso de transgénicos cuando existe desconocimiento científico o consenso referente a su seguridad.

Ante el incremento del riesgo, la organización insistió que el gobierno debe aplicar un plan de emergencia que incluya el cese inmediato de las importaciones de maíz transgénico y evalúe el alcance y magnitud de la contaminación del maíz mexicano. La Secretaría de Agricultura ya realizó esa investigación, particularmente en el sureste del país, sin embargo se ha negado a difundir los resultados, abundó.

Calvillo recordó que Monsanto está involucrada en escándalos de contaminación genética, anteriores a la del maíz mexicano. Por ejemplo en Canadá, con el caso de la canola. Sin embargo, la empresa estadunidense ha incrementado el control de la agricultura mundial, ya que en 2002 vendió 91 por ciento de las semillas transgénicas que se sembraron en el mundo, de ellas 71 por ciento fueron de variedades de cultivos tolerantes al faena.

Monsanto insiste en que con sus "semillas mágicas" ayudará a resolver el hambre mundial sin daño ambiental. "El hambre no se debe a falta de producción, sino a problemas de distribución y falta de acceso a los alimentos. La escasez la produce el comercio", dijo Calvillo.