.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

M U N D O
..

México D.F. Jueves 21 de agosto de 2003

Oscar González*

Nuevo ataque a la ONU

La violencia avanza. Un hombre comprometido como pocos en la lucha por la paz, Sergio Vieira de Mello, ha muerto en Irak, país "humillado" -para usar sus palabras-, devastado por la rapiña y sometido a los tratos más crueles e inhumanos por la ocupación neoimperial. La muerte empareja a todos, es verdad. Pero hay muertes que cuentan más por la manera en que ocurren, por su significado y por su trascendencia, por su ejemplaridad. Es-ta es una de ellas.

El diplomático brasileño que durante más de tres décadas realizó difíciles misiones en Líbano, Bangladesh, Chipre, Kosovo y Timor, fue asiduo visitante de los campamentos de refugiados guatemaltecos en México en los años 80, cuando trabajaba para el ACNUR. Allí pudimos co-nocer su calidad humana y sus indudables dotes diplomáticas, pero sobre todo el sentido de sus convicciones, clara e inequívocamente orientadas a procurar justicia des-de "abajo" y para los de "abajo". En los úl-timos meses, además de haber sido nombrado alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, había sido enviado por Kofi Annan al no tan "pequeño infierno" de Irak.

Sobre las acciones más recientes en el entorno de Sergio Vieira retengamos al menos dos datos: hace unos días había declarado que "los iraquíes quieren que su país les sea devuelto" y que "Estados Unidos debería abandonarlo en breve plazo". Al mismo tiempo, en el seno de la Subcomisión de Derechos Humanos en Ginebra acaba de adoptarse por unanimidad un informe y recomendaciones para delimitar la competencia de los tribunales militares, cuando los del ejército estadunidense se aprestan a actuar en Guantánamo. ƑSerá un exceso de malicia pensar que luego de asestar un primer y terrible golpe a la ONU, al fracasar en el Consejo de Seguridad en su intento de obtener el aval de la comunidad internacional para su aventura bélica y quebrantar abiertamente el orden jurídico internacional, Estados Unidos pueda haber asestado otro ahora al precario organismo, buscando justificar nuevas y previsibles acciones de endurecimiento en Irak, en Medio Oriente y en otras partes del mundo?

El miedo y la ira, una vez desbordados por sobre fronteras, instituciones y "santuarios", puede arrastrarnos hoy a una di-námica de confrontación a escala planetaria que con relativa facilidad y rapidez podría derivar en genocidios deliberados, "estratégicos" o "preventivos", que arrasen comunidades enteras, etnias y culturas "enemigas" en magnitudes sin precedente. Si la violencia bélica a toda costa desatada por Estados Unidos en Irak en el contexto de su estrategia de seguridad preventiva alcanzó a la ONU, Ƒqué podría evitar que la misma se extienda en cualquier "oscuro rincón" del planeta a objetivos no militares que puedan ser percibidos como baluartes enemigos? En esa misma lógica, si nada detuvo no sólo a George W. Bush, el Pentágono, las "corporaciones" y sus aliados, Gran Bretaña y España, sino también a sus medios cómplices y a sus adormecidas sociedades -igualmente conservadoras y culpables-, Ƒpor qué y ante qué habría de detenerse ahora?

Frente a acciones de terrorismo y de contraterrorismo tan duras como las que estamos presenciando se hace cada vez más imperativo que toda voz que tenga autoridad moral y legitimidad política, así sea en la escala más modesta, se manifieste ya para denunciar, desnudar y aislar a quienes, no obstante que pretenden ampararse en la impunidad del poder y la fuerza, son identificados como los primeros, mayores y más evidentes responsables de la espiral de violencia que está en curso y que podría llevarnos a extremos de catástrofe nunca antes vista. Hay que decirlo: no aprobamos los métodos de lucha de Osama Bin Laden ni los de Saddam Hussein, pero menos nos convencen los de Bush, los de Tony Blair y los de José María Aznar, por ser mucho más peligrosos para la paz mundial y por entrañar las más graves consecuencias para toda la humanidad.

Ante una guerra "global" contra el terrorismo, que recurre a los métodos que dice combatir de manera más bárbara y atentatoria que la empleada por sus enemigos contra los valores de la civilización que dice defender, no queda más que la resistencia "global" y el trabajo paciente y constante para crear condiciones que conduzcan a nuevos cambios revolucionarios, que ya despuntan por todas partes.

Quienes lo conocimos podemos estar seguros que Sergio Vieira de Mello vivió y trabajó -con las limitaciones propias de su difícil profesión, al fin política- para restituir los equilibrios mínimos de justicia que los excesos del privilegio y el poder están cancelando para la inmensa mayoría de los desheredados de la Tierra. Confiamos en que su muerte sea ejemplar.

* Ex embajador y director de la Academia Mexicana de Derechos Humanos

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email