México D.F. Jueves 21 de agosto de 2003
La Jornada puso al descubierto el negocio alterno del ex titular de la Conadic
Exhibido por tráfico de influencias, Belsasso renuncia al gabinete de Fox
Silencio en Los Pinos ante la eventual responsabilidad penal del médico, ligado a Marta Sahagún
JUAN MANUEL VENEGAS
Descubierto por La Jornada en el tráfico de influencias y en la venta de diversos servicios y permisos del Estado mexicano, Guido Belsasso "renunció" al cargo que ostentaba como comisionado del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), informó anoche la Presidencia de la República.
Belsasso se integró al grupo gobernante de la mano de Marta Sahagún de Fox. Su mérito: ser esposo de Sari Bermúdez, quien durante la campaña foxista actuó como personera de la ahora esposa del Presidente preparándole, inclusive, el libro Marta, la fuerza del espíritu.
Y aunque el reportero Jaime Avilés hizo públicas diversas pruebas en este diario (La Jornada, 18 de agosto) del tráfico de influencias en el que estaba incurriendo el funcionario que alardeaba de "estar conectado políticamente con el primer nivel" y utilizaba el nombre del presidente Vicente Fox Quesada para realizar sus negocios, en Los Pinos se dio una salida inexplicable al asunto: no hubo destitución; sí, en cambio, la "presentación de una renuncia" que el mandatario aceptó. Nada más.
En el comunicado que emitió la oficina de Comunicación Social de Fox no se dice ni aclara nada sobre la actuación de Belsasso en un cargo público que ostentó durante casi tres años. De su "renuncia" sólo se pudo saber que ayer estuvo en Los Pinos el secretario de Salud, Julio Frenk Mora, quien sin querer ofrecer explicación pública alguna sobre los negocios del responsable del combate a las adicciones, habría ido a la residencia oficial a advertir que el caso de Belsasso era insostenible.
La posición oficial
Sobre el silencio de Julio Frenk, hay que precisar que el lunes pasado, cuando el reportero Avilés habló con el director de Comunicación Social de la Secretaría de Salud, Gustavo Lomelín, buscando la posición oficial respecto a lo que ese mismo día había publicado de Belsasso, lo único que encontró fueron evasivas.
No hay ninguna posición oficial, dijo Lomelín. Y tratando de justificar los negocios del comisionado señaló: "se trata de un asunto entre particulares".
Como si el periodista no llevara ya varias semanas metido en el caso, Lomelín buscó mediar, tardíamente: "ƑPor qué no hablas con Belsasso? También tiene derecho a decir su verdad. Y si hablas con Belsasso, šyo te pongo a Frenk!"
Pero ni el secretario ni el comisionado hablaron con el reportero. Sí en cambio fueron a Los Pinos a preparar la "renuncia" del siquiatra que, aprovechando sus "contactos desde el Presidente de la República para abajo", ofrecía diversos servicios a inversionistas privados, nacionales y extranjeros.
El autor de la columna Desfiladero que cada semana se publica en este diario, inició su investigación a partir de una denuncia que recibió semanas atrás.
Descubrió primero que en el portal www.ipglaw.com la firma Belsasso y Asociados ofrecía, entre otros servicios, Normas Oficiales Mexicanas (NOM), "programas de exportación (Secofi)" y "permisos de Salud (Ssa)", así como "programas de apoyo promocional por Bancomext". En la página electrónica se proporcionaba también a los interesados el teléfono 55 96 38 52 del consultorio de Belsasso en Lomas de Chapultepec y el correo [email protected] perteneciente a la Secretaría de Salud, desde donde eran renviados a la empresa que administra Bruno Belsasso Minvielle, hijo del comisionado "renunciante".
Para entrar en contacto con la influyente familia, Avilés creó una cuenta en Internet y un personaje: el empresario italiano "Francesco Mosca", interesado en los servicios de los Belsasso para invertir 12 millones de dólares en "el desarrollo turístico en playa Chemuyil, de la Riviera Maya".
Las redes de "Mosca" en México
Puesta la millonaria cantidad de dólares ante los ojos de Belsasso, éste no dudó en mantener la comunicación -vía Internet- con el "millonario italiano", quien tuvo a bien "enviar" a su "sobrino, el señor Calandri", para concretar la operación financiera en las playas de Quintana Roo, según los mails registrados entre "Mosca" y el comisionado los días 10 y 11 de agosto pasados. Y concretaron la cita en el lobby del hotel Four Seasons de la capital mexicana para el martes 12 de agosto a la una de la tarde. "Tomarían café" y hablarían de negocios.
El "sobrino de Mosca" no era sino el periodista italiano Massimo Calandri -corresponsal en México de La Repubblica-, invitado por Avilés al "juego" en el que ya habían hecho caer a los Belsasso, que llegaron muy puntuales a la cita en el lujoso hotel.
El comisionado foxista contra las adicciones no dudó en presentarse como tal; Calandri, en una pequeña grabadora, registró buena parte de la conversación. Se escucha al "poderoso" funcionario gubernamental no arredrarse frente al sobrino del "millonario italiano":
"Quiero decirle quiénes somos -su hijo estaba al lado-. Yo soy funcionario del gobierno del presidente Fox; soy miembro de su gabinete. Soy sotto (sub) secretario de Salute. Mi responsabilidad es todo el tema de las drogas, la parte médica, que es prevención y todo lo de salud mental. En la Secretaría de Salud hay tres subsecretarios, yo soy uno de ellos. Entonces, en función de eso tengo todas las relaciones, todos los contactos con el gobernador de Quintana Roo, a quien conozco muy bien y con otros funcionarios allá en el estado", presumió el siquiatra.
Ofreció más datos de su influencia: "yo soy médico... tengo un consultorio médico, tengo una clínica. Mi área es básicamente eso, pero estoy conectado políticamente con el primer nivel, con el Presidente de la República para abajo, Ƒno? Bruno es mi hijo mayor, él es licenciado en administración de empresas y tiene su propio negocio, que es una exposalud. El, cada año, organiza una gran exposición en el sector salud..."
La conversación continuó. Guido Belsasso ofreció "hablar con el gobernador... abrir puertas"; su hijo Bruno tasó "una cuota por toda la operación..."
El pasado lunes 18 Avilés publicó todo en La Jornada. Con detalles y pruebas puso al descubierto el tráfico de influencias que practicó Guido Belsasso.
Las primeras reacciones fueron en el Senado de la República, donde la legisladora panista Luisa María Calderón Hinojosa "condenó" el proceder del subsecretario de Salud y calificó de "lamentable" que el funcionario haya utilizado su "posición de poder" para hacer mercadeo con los servicios del Estado mexicano.
De parte del gobierno de Fox, no obstante, siguió el silencio. Sólo anoche se informó que el mandatario "aceptaba la renuncia" de Belsasso.
El periodista Joaquín López Dóriga, en el Noticiero de Televisa, destacó el trabajo de Avilés, advirtiendo que en él quedó evidenciado "el primer caso" de tráfico de influencias en el llamado gobierno del cambio.
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