Fotografía, tallado en madera, grabados y escultura se exhiben en la Alianza Francesa

Exponen jóvenes de los talleres del Faro de Oriente en Polanco

"Es un hecho simbólico de conquista de la ciudad, o por lo menos de sentido de dignidad"

"Se necesita el doble de presupuesto para crecer", señala Benjamín González, su director

ARTURO CRUZ BARCENAS

La Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Oriente se encuentra en "una etapa en la que el Faro saldrá del Faro; la obra producida por los jóvenes en los talleres ha comenzado a tener impacto en la vida social y académica del Distrito Federal. Tenemos una exposición en la Alianza Francesa de Polanco, curada por el artista plástico Gerard Sauri. El vino a la fábrica y se percató de que se está realizando arte moderno; convocó a los alumnos y ahora se tienen montadas fotografías, piezas de talla en madera y escultura, además de grabados", expresó el director del espacio, Benjamín González.

En entrevista, expuso que el hecho es importante porque los jóvenes de Iztapalapa no tenían antecedentes de carácter artístico. "Es la primera vez que 200 jóvenes, entre los que llegaron más sus amigos, seguramente atraviesan la ciudad y ahora llegaron a Polanco no para acomodar o lavar carros, sino a montar su obra. Es un hecho simbólico de conquista de la ciudad, o por lo menos un sentido de dignidad, de reivindicación del espacio, de la persona."

Con sus herramientas, dijo, "los chavos comienzan a contar las historias que viven en esta zona -el oriente- de la ciudad. También tenemos una obra de teatro que se llama A fortiori, cuyo guión y actuación es los muchachos. Es una historia violentísima. Se trata de todas las formas en que se puede morir en la urbe; es una alegoría de cómo ven su realidad. Se ve desde una violación hasta un viejo abandonado, afixiado por los pelos de su propio gato".

Hay instituciones que se han acercado al Faro, "porque es una terminal en la realidad social del país; es una forma de entrar a muchas maneras de pensar, a una diversidad que está reflejada en la zona y sus personas. Desde el pasado 28 de junio, cuando cumplimos tres años de labores, decidimos influir en la estética de la ciudad. Sobre la lateral de Zaragoza descubrimos unas paredes enormes que habían sido intervenidas por chavos que hacían grafiti, placas o bombas -explosión de colores en un entorno-, y les dijimos que no compartimos que las pintas sean una forma criminal de convivencia. Cuando rayan las ventanas del Metro nos dicen que están enojados, que no tienen empleo o problemas.

"Les hemos manifestado que sus formas de expresión no son pobres, pero que deben exigirse más. Alrededor del Faro hay un mural realizado por 150 jóvenes grafiteros, que para nosotros es una experiencia a la que le hemos llamado ensamble. Hay otras bardas y las vamos a intervenir", aseguró González, para quien el tema de los espacios públicos debe ponerse a debate.

Distensión social

Las tres fiestas de aniversario del Faro han sido reuniones multitudinarias y culturales, agregó. "La función de este espacio es de distensión social. A lo largo de tres años no hemos tenido ningún atentado a nuestras instalaciones -lo rodean colonias populares, algunas consideradas de alta criminalidad- ni ningún robo. Bandas completas han venido a conciertos y han declarado al Faro territorio neutro, sin disputas. Hay respeto. En el primer concierto masivo, con Maldita Vecindad, un tipo nos dejó una pistola en el guardarropa.

"Además es un espacio en el que los chavos pueden venir a mirar otras formas de vida de la ciudad. Aquí se han presentado unos 20 artistas extranjeros que han impactado, como Elio Rola, grabador brasileño, o Giovanni Salmeri, australiana, o Los Jubilados de Cuba. El público que viene es diferente del que va a La Esmeralda o al teatro Julio Castillo. Hay artistas que hacen residencia y producen instalaciones con los muchachos", expresó González.

Señaló que el Faro tiene "gran influencia de la visión de la izquierda en la cultura. Creo que, no obstante, ha superado tal visión y la ha enriquecido. La izquierda está muy metida en la idea de la reconstrucción, en el rescate de las culturas populares, pero en el Faro no nos reducimos a eso. Tampoco somos los promotores del Jarabe tapatío ni de las danzas prehispánicas ni de la gráfica mexicana, sino que también nos interesa el arte moderno, el conceptual, la instalación, el performance, que son formas más radicales de expresión".

-ƑQué han hecho mal?

-Creemos que el Faro puede dar mucho más en términos de espacio, de su propuesta. No hemos sabido acercarnos a las fundaciones privadas ni involucrar a mucha gente de dinero, que tiene en estos proyectos sociales un aliciente importante. Hemos trabajado básicamente con el área gubernamental. Hace falta estrecharnos con las ONG, por ejemplo.

"Tenemos alumnos que llevan tres años aquí y ya tomaron todos los talleres, quieren seguir, pero el Faro no tiene aún una oferta para ellos. Algunos se fueron y presentaron su examen para La Esmeralda. Pensamos realizar residencias artísticas permanentes, con un maestro invitado."

-En un artículo publicado en La Jornada, Néstor Bravo habla del fin del Faro, por el cambio del proyecto original...

-šClaro que ha cambiado la idea original! Se hace alusión, por parte de tres talleristas que salieron del Faro, al documento marco, que hicimos tres personas: el poeta Eduardo Vázquez, Alejandro Aura y yo. Era un documento de batalla: decía que el Faro sería un lugar de encuentro. Suena maravilloso; es una aspiración. šQué bueno que el Faro no es lo que pensamos, sino mucho más!

"El día que se cobre por los servicios dejará de ser lo que pensamos, al igual si muere como espacio cultural, creativo."

Un poco de incomprensión

-ƑTe molestaron tales comentarios?

-šNo! La crítica es el mejor consejo de un amigo. Debe darse el debate público. Nosotros hicimos de un basurero un espacio de discusión artística. Qué bueno que intelectuales se preocupen por el Faro, pero les pido que lo valoren por los resultados. Si el Faro estuviera en peligro por la negligencia de sus autoridades, estaríamos hablando de algo que nosotros lamentaríamos.

"Fue una discusión con tres talleristas, repito, pero el Faro ha tenido momentos con poco presupuesto y ha corrido el riesgo de que su perfil baje, que se convierta en una cosa menor, lo cual ha generado el enojo de algunas personas. Ha habido algo de incomprensión sobre lo que hemos hecho. Deberíamos tener más presupuesto para crecer."

-ƑEl Faro puede morir por falta de presupuesto?

-Si tenemos la incomprensión de las autoridades, de manera permanente, creo que sí. El presupuesto de este año ascendió a 2 millones 500 mil pesos. Necesitamos el doble. Rehabilitar el Faro costó 17 millones; hacer lo mismo con el Futurama está costando 53 millones. Hemos contado con los recursos para mantener el proyecto, pero podría crecer más. La falta de dinero ha generado desgastes anímicos. Uno entiende porque soy promotor cultural, pero los artistas son más sensibles a ese asunto.

"El proyecto debe continuar, con sus inercias y divisiones. Las críticas son bienvenidas y siempre estaremos abiertos a ellas. Nuestro sueño era hacer de éste un lugar de la polémica, porque la cultura lo es, y es subversión, debate, y pasa por las ideas. Sería lamentable que las personas inteligentes no opinaran sobre el Faro."