Llama Felipe Calderón a aprobar la propuesta oficial

El futuro del país, en juego con la reforma energética

MIRIAM POSADA GARCIA

Con la discusión sobre la reforma energética no se pone en juego la verdad o superioridad de algún modelo de desarrollo ni el prestigio de un partido, de un gobierno o incluso del Presidente, sino la viabilidad y el futuro de México, advirtió el nuevo secretario de Energía, Felipe Calderón, al hacer un llamado a los actores del sector y al Legislativo para aprobar esa iniciativa.

Aseguró que la reforma energética es un medio para lograr los fines más preciados de la vida nacional, y por eso no se debe convertir en un dogma ideológico o político de ningún signo.

La cúpula empresarial, en tanto, consideró que la llegada de Calderón a Energía habla de la urgencia de asumir acuerdos políticos y lograr la aprobación de la reforma del sector.

Acompañado del titular de Gobernación, Santiago Creel, y de Ernesto Martens, secretario saliente, Calderón destacó que ningún país es viable sin un abasto de energía de calidad a precios competitivos. "Ese es el fondo de la reforma energética sobre la que hay consenso entre las diversas fuerzas políticas, pero también debe cumplirse con las premisas básicas de la soberanía nacional y la rectoría del Estado, así como el respeto a los derechos legítimos de los trabajadores."

Reiteró que no se privatizará Petróleos Mexicanos (Pemex) ni la Comisión Federal de Electricidad (CFE); sin embargo, dijo, estas empresas tienen comprometida su viabilidad económica y eso pone en riesgo el futuro del país, "por ello no se debe aplazar la decisión de fortalecerlas, capitalizarlas y modernizarlas".

Los más de 500 mil millones de pesos que se requieren para los próximos 10 años deben ser provistos por el esfuerzo de la sociedad entera sin comprometer soberanía ni modificar la propiedad estatal de la industria eléctrica.

En tanto, el coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia, Eduardo Sojo, señaló por la mañana que el mandatario Vicente Fox llamó a su equipo a trabajar con unidad y confió en que no habrá nuevos desencuentros en el gabinetazo.

La salida de Martens fue tan sorpresiva como el anuncio de que Calderón lo sustituiría. Ambos tienen algo en común. Durante tres años, cada uno desde su trinchera tuvieron el encargo de sacar adelante la reforma energética, en especial la eléctrica. Pero no pudieron.

Martens se fue porque ya estaba cansado de la inmovilidad, del no avance en el sector, del bloqueo a la iniciativa desde el Congreso, según dijo a sus colaboradores, para quienes su jefe "dejó todo preparado para que la reforma energética se apruebe". Empero, los más entusiastas promotores de esas propuestas y del cambio de régimen fiscal para Pemex y la CFE han sido sus directores, Raúl Muñoz Leos y Alfredo Elías Ayub, respectivamente.

El primero impulsó los controversiales contratos de servicios múltiples, la entrada de capital privado a la exploración de gas natural no asociado, mientras que el segundo enfrentó la controversia sobre la participación de cogeneradores en la venta de energía, y ha mantenido el ritmo de relación con inversionistas nacionales y extranjeros para la construcción de plantas de generación bajo esquemas autorizados; Martens, en tanto, se mantenía alejado de la escena.

El cansancio pudo más, explicó a sus colaboradores luego de que se hiciera el anuncio. El ya había solicitado su salida al Presidente, dijo, no se trataba de diferencias o pleitos con algún otro miembro del gabinete, sino de la convicción de que ya no tenía nada que hacer en el sector.

Fox le pidió tiempo para buscar a un sustituto. Y el relevo llegó. Sin experiencia en el sector energético, con una corta estancia en Banobras, donde a los pocos días de nombrado fue beneficiado con un crédito millonario que luego canceló ante la crítica, pero, a decir de muchos, con un valioso activo: su experiencia política para cabildear, concertar y sacar adelante las reformas del sector.