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México D.F. Miércoles 10 de septiembre de 2003
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
La geopolítica, sobre el comercio
El príncipe saudita Abdalá, en Rusia; Sharon, en India, y la deriva de la OMC en Cancún
SON TIEMPOS DE la geopolítica, no del comercio, que pasó a un plano secundario. El 11 de septiembre y su montaje hollywoodense de la "guerra contra el terrorismo global" marcan el diapasón planetario con sus dos subsecuentes acciones armadas en Afganistán e Irak por medio de la "guerra preventiva unilateral y permanente", bajo la coartada de la captura del petróleo y el gas a escala mundial por la gasocracia texana y la petrocracia anglosajona. Los ultrarreduccionistas del modelo mercantilista caduco, quienes, equivocados de siglo y lugar, asisten a la desfasada junta ministerial de la OMC en Cancún, han sido rebasados por las coordenadas geopolíticas del nuevo mundo en gestación, cuya reconfiguración puede durar entre 10 y 30 años, como afirma James Woolsey (en su peculiar taxonomía, la "cuarta guerra mundial"), anterior director de la CIA y actual vicepresidente de la consultoría Booz Allen, conectado umbilicalmente al grupo neoconservador (los straussianos, para los lectores de Bajo la Lupa).
DEJANDO ATRAS LA grotesca aberración de los subsidios, visibles e invisibles, de los países pudientes en detrimento de los desposeídos, Ƒcon tanta guerra en el planeta, incluyendo la "guerra mercantil" obscena del G-7, extensivo al G-10 (que en realidad son "once"; los neoliberales ni siquiera saben contar a dos dígitos), en contra del resto de los países, nuestros insensatos huéspedes en Cancún todavía se atreven a perorar sobre "libre comercio", que ni es "libre" ni es "comercio", sino una imposición agregada del sistema unipolar desfalleciente?
EL ALDEANO EQUIPO foxiano, con ínfulas globales, en tres años consecutivos va al encuentro de su tercer fracaso "global" en Cancún, después de los cataclismos tanto del "disenso de Monterrey" -donde los mercaderes Castañeda Gutman y George Soros, asidos al alucinante "reporte Zedillo", apoyado por el ghanés colonizado Kofi Annan, intentaron perpetuar la deuda e(x)terna de los globalizados, es decir, de por lo menos 166 del total de 191 miembros de la ONU- como del APEC (Mecanismo de Cooperación Económica Asia-Pacífico), que posee los gérmenes de su propia desintegración, cuando el eje anglosajón Estados Unidos-Gran Bretaña-Australia abrió el "segundo frente" contra el terrorismo global en el sureste asiático.
LA CONDUCTA LIBRECAMBISTA de Fox, un presidente crepuscular que tiró la toalla con tres años de antelación, parece la de un cadáver sonámbulo: llega derrotado tanto en el campo de la "globalización financiera" -donde se quedó sin bancos, cuando el juego anglosajón es "financiero"- como en la "globalización mercantil" -debido al ingreso de China a la OMC, que sacó del juego al México salinista-zedillista-foxiano, lo cual no previeron los "caballos de Troya" del modelo sicótico globalizador: el ITAM y el CIDE-. A los de la UNAM no nos pueden reclamar nada porque no nos subimos al Titanic financiero, ni creímos en el modelo, ni nos hicieron caso.
SIN CONTAR OTROS pesados contenciosos que han hecho de la OMC un vulgar instrumento depredador al servicio de la plutocracia globalizadora y necrófila, el equipo bushiano vuelve a humillar a Fox (como sucedió previamente al "disenso de Monterrey", cuando Baby Bush decretó el subsidio antilibrecambista al acero) al concurrir con 10 años anticipados en el presupuesto saturado de subsidios agrícolas que no solamente dañan a México sino que han hecho de la OMC un hazmerreír, y con un TLCAN cargado asimétricamente allende el río Bravo, gracias al "talento" negociador trapero de los cordobistas Serra Puche, Herminio Blanco y Luis de la Calle Pardo (predecesores genéticos de Derbez y Canales), quienes, si se les aplicase el acta patriótica de sus amos (a quienes realmente sirven, más que al "México del águila mochada"), serían llevados al paredón por alta traición. Resulta más cómodo ahora ser "estadunidense" aquende, que allende, el Bravo.
DETRAS DE TODO el operativo del equipo Bush en Medio Oriente y Asia Central, en los linderos del mar Caspio, se encuentra también el estímulo anticíclico a la economía: el espectacular repunte del PIB al último trimestre (revisado) se debió al gasto militar en Irak. Desde 1951, Estados Unidos no había tenido un incremento en un descomunal 46 por ciento del gasto militar, que representa en la actualidad 3.6 por ciento de su PIB (en el paroxismo de la guerra fría alcanzó 7 por ciento; así que nos encontramos a la mitad del camino). Bien vale la pena invertir 87 mil millones de dólares al año (que el cómplice Congreso acatará), como acaba Baby Bush de solicitar para la "reconstrucción de Irak", con el objetivo de estimular la economía estadunidense con un crecimiento de alrededor de 400 mil millones de dólares al año; sin contar la expropiación, por la vía de la privatización y su concomitante desregulación, del petróleo y el gas de Irak, que a valor presente (habiendo descontado los costos de su extracción) se cotizarían en más de 15 billones de dólares (más de una vez y media el PIB de Estados Unidos).
A BABY BUSH -y a Blair, otro cadáver sonámbulo; no se diga a los "ofertistas fiscales" Berlusconi y Aznar- les vale un comino la "reconstrucción de Irak", adonde han llevado el caos que no soñó Gilgamesh, el héroe mítico de Mesopotamia, ni en sus peores pesadillas. Se trata de la "reconstrucción de la economía de Estados Unidos" por medio de la rapiña de Irak. Desde el punto de vista económico, los citados cuatro invasores de Irak son antes que nada "ofertistas fiscales". Los países desposeídos subsidian a los pudientes por doquier y en todos los ámbitos. No es ocioso esto del "ofertismo fiscal" (supply-side economics) y la infame "curva de Laffer" (como la denomina con justa razón el solvente economista Stephen Roach): un subsidio a los pudientes para que ganen más, al pagar menos impuestos, y a expensas de los contribuyentes cautivos (sin duda la nueva esclavitud posmoderna con disfraz fiscalista), que forma parte nodal de la panoplia conceptual de los neoconservadores (los straussianos), de quien es uno de sus progenitores Irving Kristol (padre de William, editor de la tóxica revista The Weekly Standard). En el libro Neoconservadurismo: la autobiografía de una idea, Daddy Kristol aduce que el "ofertismo fiscal" forma parte del pensamiento económico de la secta de la que se conoce más la parte geopolítica de "guerra preventiva unilateral y permanente" propalada por Paul Dundes Wolfowitz y Richard Perle. Tiene lógica: el "ofertismo fiscal" epitomiza en la economía lo que la "guerra preventiva unilateral y permanente" subsume en la geopolítica, es decir, el dominio total mundial de neoesclavos fiscalizados (en el doble sentido: hacendario y totalitario) de parte de la plutocracia neoimperial anglosajona. No fue gratuito que Tony Blair hubiese formulado al "ofertismo fiscal" como su herramienta económica dentro de su ignominiosa "tercera vía" diseñada para cándidos quintomundistas, antes de que la enterrara por su flagrante superchería.
YA QUE HABLAMOS de los straussianos, qué mejor que referirnos a la reciente estancia en India de su ídolo viviente, el general Ariel Sharon, quien realiza una visita de alcances geoestratégicos con una comitiva de 150 miembros que concluye el 11 de septiembre, como fondo metafórico. No es poca cosa. India es el primer sitio de las exportaciones militares (que no tienen nada que ver con las "reglas de origen" de la hilarante OMC) de Israel, que ahora podrá vender su sistema de radares Falcon de alerta temprana, mientras los ejércitos de India y Estados Unidos efectúan prácticas militares conjuntas en la colindancia de Jammu-Cachemira. La prensa anglosajona se ha extasiado con la conformación virtual del nuevo eje Estados Unidos-India-Israel, bajo el común denominador de la islamofobia, que, en caso de concretarse, será un duro revés a las previas aspiraciones del triángulo estratégico de Rusia, India y China, todos con armas nucleares. El riesgo que toma India es mayúsculo: 120 millones de islámicos en su seno de mil millones de habitantes, además del sensible contencioso frente a Pakistán por la independencia de Cachemira. Pero más que con el mundo islámico -interno y externo- de India, en realidad el riesgo que corre es con China y Rusia. Las nuevas pretensiones hegemónicas de India se centran en el océano Indico, la cuenca del presente y el futuro (por encima del balcanizado APEC, que solamente le importa a Derbez y a Fox) donde, con Estados Unidos e Israel a su lado -si es que perdura el eje tripartita islamófobo en ciernes-, no pasará mucho tiempo sin que se escenifique un choque frontal con China, que también aspira a la hegemonía en el mismo sitio.
CINCO DIAS ANTES de la relevante visita del general Sharon a India, el "príncipe heredero" Abdalá, de la casa real saudita, realizó una visita -calificada de "extraordinaria" por Pravda- a Moscú. Tampoco es poca cosa. Ahora sí que retumba en su centro la Tierra: Vladimir Putin, quien juega exquisitamente al tablero de ajedrez mundial, ha mostrado su interés en ingresar (antes que a la anacrónica OMC) a la Organización de la Conferencia Islámica de 57 países y mil 500 millones de feligreses, que preside en la actualidad Irán. šDinamita pura! ƑLo que desprecia el eje Estados Unidos-Israel-India lo recogerán Rusia y China? ƑCuáles serán los alcances del espectacular acercamiento entre Riad y Moscú, respectivamente la primera superpotencia gasera y la primera superpotencia petrolera del planeta? La respuesta estará en Delhi, con su severa carencia energética y su profunda dependencia militar de Rusia, en relación a su grado de involucramiento con Tel Aviv y Washington. ƑCómo se ajustarán Turquía e Irán? Son tiempos de la geopolítica, no del mercantilismo.
FINALMENTE, LA desfalleciente Liga Arabe, a contrasentido histórico, acaba de cometer un error que puede ser suicida, al haber invitado formalmente al nuevo canciller iraquí, impuesto por las fuerzas de la biocupación anglosajona, el kurdo Hoshyar Zebari, a su reunión en El Cairo. Nadie está incitando a la "guerra permanente" contra Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel -y menos Bajo la Lupa, que es pacifista por antonomasia-. Pero la fortaleza de la Liga Arabe subyace en su inequívoca adhesión a las leyes internacionales, mientras no exista un sucedáneo creíble; no en cohonestar la invasión anglosajona, que luego va a perseguir a todos sus miembros. Sería aconsejable que los 22 integrantes de la Liga Arabe tomasen unos cursillos de geopolítica en Pekín y Pyongyang, para luego graduarse en París, Berlín y Moscú, ya no se diga en Kuala Lumpur (para citar a un exitoso país islámico), que perciben perfectamente tanto la superpotencia militar como las vulnerabilidades diplomáticas de Washington. En Irak se juega el destino de la humanidad; ni siquiera el del mundo árabe, totalmente superado por el 11 de septiembre. No todo se vende ni todo se compra y no pocas veces la supervivencia de las naciones radica en saber diferenciar lo trivial de lo trascendental. El mercantilismo en geopolítica puede resultar fatal, a fortiori su inversa. Esto no lo entienden tampoco los ultrarreduccionistas de Cancún. Por eso en la historia de la humanidad siempre han existido vencedores y vencidos.
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