Revelaciones de El libro negro de las marcas

En trasnacionales se asesina, acosa sexualmente y se explota a niños

ISRAEL RODRIGUEZ

Tras una imagen limpia, en las grandes compañías trasnacionales como Adidas, Bayer, Levi's, McDonald's, Nestlé, Samsung, Shell, Knoll y Wal Mart, entre otras, se cometen acoso sexual, asesinatos, tráfico de armas, experimentación ilegal con seres humanos, explotación del trabajo infantil y depredación del ambiente, revelan los periodistas e investigadores Klaus Werner y Hans Weiss.

Klaus Werner, uno de los autores de El libro negro de las marcas, el lado oscuro de las empresas globales, en entrevista con La Jornada, aseguró que todos los regímenes, como el estadunidense, encabezado por George W. Bush, el más neoliberal del mundo, así como los europeos, tanto de izquierda como el de Alemania como de derecha como el de Austria, son iguales, al proteger los intereses de las grandes empresas trasnacionales y no los de los pueblos.

El coautor de origen austriaco, colaborador de organizaciones no gubernamentales como Attac, Greenpace y Amnistía Internacional, consideró que las grandes trasnacionales que ocupan el podio como "las más malvadas" son Bayer, TotalFinaElf y McDonald's.

Klaus Werner, quien se encuentra en México tras haber asistido a la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Cancún, consideró que los consumidores deben hacer llegar sus quejas a las trasnacionales para convertirse en un comprador atento e incluso activo, para que cada vez más gente combine su placer con la exigencia de estándares de vida digna en el otro extremo de la cadena de la producción.

En tanto, que por el otro lado se debe exigir a los gobiernos de los países donde se elaboran los productos que adopten políticas que salvaguarden los derechos humanos, el trato digno y erradiquen la explotación laboral e infantil.

Bayer, multinacional alemana, dijo, expone a los pacientes a ensayos clínicos no éticos, a sabiendas de los graves daños de salud que pueden provocarles. Además pone en circulación peligrosas sustancias tóxicas y lucha para que no haya medicamentos baratos contra el sida en los países más pobres del mundo. Bayer es uno de los pilares que financian el comercio de materias primas dentro de un Congo azotado por la guerra civil.

En el caso de la multinacional de estaciones de servicio TotalFinaElf, desarrolla su actividad prácticamente en todos los lugares donde convergen la violación de derechos humanos y la extracción de petróleo: en Myanmar, en Sudán, en Angola y en Nigeria.

Y McDonald's no sólo es criticada por las consecuencias que ocasiona su consumo industrial de carnes en el medio ambiente y en la ganadería: los juguetes con los cuales la empresas de hamburguesas atrae a los niños europeos a sus restaurantes fueron fabricados gracias a la explotación de niños chinos.

Werner, periodista independiente y ex vocero del Instituto Austriaco de Ecología y coautor del libro Buen provecho. Beber y comer con la conciencia tranquila, recordó cómo comenzó esta investigación: "Había muchos rumores desde el inicio de la década de los 90. Por ejemplo, que Nestlé ha violado las reglas de la Organización Mundial de la Salud, promoviendo que las mujeres dejen de alimentar a sus niños con leche materna. También que McDonald's destruyó la selva en Brasil para que las vacas crezcan allí y posteriormente sean utilizadas para la elaboración de las hamburguesas que se venden en Estados Unidos".

También descubrió, agregó, que las empresas Adidas o Nike, que fabrican zapatos deportivos, lo hacían con la explotación de mano de obra infantil "y yo quería saber si esos rumores eran verdad. Investigué en todas las grandes marcas cómo son los estándares de producción para hacer una lista para los consumidores sobre cuáles son las que violan los derechos humanos y qué pueden hacer los consumidores ante esto".

Sin embargo, "comprobé que los boicoteos no tienen mucho sentido, dado que las empresas de la competencia no son mejores. Además, estas medidas hacen peligrar los puestos de trabajo. A lo que se debe aspirar no es a que la empresa retire la producción de las plantas proveedoras, sino a que se mejoren las condiciones laborales".

Las marcas viven de su imagen. Nike y Adidas no producen ni un zapato, sino que son empresas jurídicamente independientes, pero dependientes económicamente de las que se encargan de la elaboración de sus productos.

"Descubrí que mientras un zapato de estas marcas cuesta alrededor de 100 dólares, la empresa local donde se maquila (sureste asiático o América Latina) gana unos 12 dólares y de esto cada trabajadora recibe unos 40 centavos, lo que significa una gran explotación de la mano de obra."

El volumen, publicado por Random House Mondadori bajo el sello editorial Sudamericana, afirma en su prólogo: "Lo que los investigadores hacen es poner bajo la lupa 50 marcas seleccionadas, famosas en todo el planeta, porque si en el mundo hay 12 millones de niños que se desploman para fabricar artículos de exportación baratos, sin duda hay alguien que está sacando provecho de ello. Y porque cuando se dice que los consorcios trasnacionales promueven la explotación, la venta de armas, la destrucción ambiental y los maltratos a los animales, es necesario que a esas trasnacionales se les ponga nombre y apellido".

En el caso de Adidas, empresa que elabora calzado, ropa y artículos deportivos y tiene imputaciones de explotación, trabajo infantil, acoso sexual y otras irregularidades en empresas proveedoras.

También en los talleres proveedores ubicados en Indonesia, los trabajadores (entre ellos jóvenes de menos de 15 años) eran obligados a realizar horas extras. Las sanciones por incumplimiento incluían despidos, reclusiones, recortes en los salarios, limpieza de baños y el humillante castigo de estar parado frente a la fábrica.

De acuerdo con informes de la Organización de Ayuda a los Trabajadores de Indonesia (PMK), ha habido reiterados casos de acoso sexual en Adidas. Además el salario se halla por debajo del mínimo establecido por ley, y la empresa pone trabas a la actividad sindical independiente.