México D.F. Lunes 22 de septiembre de 2003
Se reunirá con Fox al margen de la reunión oficial
Viaja Néstor Kirchner a Nueva York a la asamblea general de la ONU
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 21 de septiembre. Una serie de temas delicados quedan aquí en la agenda del presidente Néstor Kirchner, quien viaja este lunes a Nueva York para asistir a las sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU); asuntos que precisamente están ligados a la relación con Estados Unidos.
Kirchner se reunirá en Nueva York con otros jefes de Estado después de haber cerrado, recientemente, un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que logró evitar algunas medidas como el ajuste de tarifas, lo que para los fundamentalistas de mercado terminó siendo un acuerdo blando.
Argentina prevé una meta de crecimiento de 4 por ciento para 2004 y un superávit fiscal de 3 por ciento del producto interno bruto, sin establecer un cronograma de aumento de tarifas, según el texto del acuerdo difundido por el gobierno este domingo en Internet. Para deteminar el superávit en los próximos años se evaluarán "los niveles de crecimiento, el aumento del empleo y los objetivos de equidad social", señaló a su vez el diario Clarín.
Ahora, las miradas se dirigen a Dubai, donde el ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, presentará mañana el cronograma para renegociar la deuda de cerca de 100 mil millones de dólares con acreedores privados, declarada en cesación de pagos en diciembre de 2001. Esta también sera una propuesta que "tendrá en cuenta la evolución del crecimiento, la pobreza y el empleo", según Lavagna.
Por su lado, Kirchner -quien viajará acompañado por el canciller Rafael Bielsa; el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y su vocero Miguel Núñez- mantendrá al margen de la asamblea de la ONU varias reuniones, entre ellas una con su par mexicano, Vicente Fox, y otra con el economista estadunidense Joseph Stiglitz, un crítico del FMI.
El gobierno argentino da mucha importancia a los acuerdos bilaterales que pueda firmar con México, según señaló en una reciente charla con La Jornada el secretario de Asuntos Latinaomericanos de la cancillería argentina, el embajador Eduardo Sguiglia. El funcionario, quien estuvo exiliado en México, es parte de la visible renovación de una cancillería que mira mucho más hacia América Latina, luego de la década de "relaciones carnales" con Estados Unidos, como las definió entonces el gobierno de Carlos Menem.
Justamente, Kirchner viaja cuando continúa aquí un fuerte debate por las presiones de Estados Unidos para que Argentina conceda "inmunidad diplomática" a sus soldados, que dirigirán aquí las maniobras aéreas Aguila III, con la participación de seis países latinoamericanos, además del anfitrión.
Propuestas en principio para octubre, las maniobras se pospusieron, ya que el gobierno de Bush insiste en el tema de la inmunidad total, mientras aquí el gobierno habla de una inmunidad temporal o administrativa, es decir, mientras dure el ejercicio castrense y únicamente en el contexto de éste.
Además, sigue en el aire el tema planteado en la pasada cumbre de presidentes en Cuzco, Perú, de conformar una fuerza interamericana bajo comando estadunidense para intervenir en Colombia.
En junio pasado, el general James Hill, jefe del comando sur estadunidense, estuvo en Buenos Aires en un ejercicio acerca de "misiones de paz". Sin embargo, trascendió que la discusión rondó también en torno a la llamada Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay), donde según Estados Unidos e Israel existen células terroristas islámicas dormidas.
Esta zona, donde viven asentadas especialmente en la parte paraguaya desde hace décadas familias árabes dedicadas al comercio, es estratégica para Estados Unidos, por ser una de las mayores reservas de agua dulce y estar cerca de la estratégica Amazonia.
Otro tema urticante es la presencia de marines estadunidenses en las islas del delta de la provincia de Entre Ríos, y aunque los gobiernos lo han negado, trascendió que existe un acuerdo desde los años 90, cuando gobernaba Menem, para realizar maniobras ahí.
Las presiones del gobierno de Bush para la inmunidad a los soldados estadunidenses pone en aprietos a Kirchner, quien además de ponerse al frente en el tema de acabar con la impunidad para los crímenes de lesa humanidad de la pasada dictadura, anunció desde un primer momento una política de no alineamiento automático con Estados Unidos.
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