México D.F. Sábado 11 de octubre de 2003
Continúa grave la pequeña Alín
Ayer era el día en que estaba previsto el nacimiento
de Alín. No ocurrió así, porque a Brenda -su mamá-
se le rompió la fuente y fue sometida a una cirugía
de urgencia en el Hospital Primero de Octubre del ISSSTE. Aun cuando apenas
había cumplido 33 semanas de gestación, la bebé registró
una valoración (Apgar) al momento de nacer de ocho. Había
buenas expectativas de que superaría sus deficiencias orgánicas.
Edgar, de 26 años, papá de Alín,
recuerda que en los primeros días la pequeña abrió
los ojos, la alimentaron con leche materna e inclusive en un par de ocasiones
le retiraron el oxígeno. Todo iba bien, pero a los 15 días
apareció la bacteria seudomona aeruginosa en la Unidad de
Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN). Los bebés que se encontraban
en ese lugar empezaron a morir. Once en total, de los cuales en ocho se
comprobó la presencia de la bacteria.
El
área fue desalojada y sólo se quedó Alín, quien
desde entonces está sedada y conectada a varios aparatos que monitorean
su salud. Los médicos confirmaron que ella también estaba
infectada. Su estómago se inflamó y ya no fue posible darle
de comer ni retirarle el oxígeno.
Hasta ayer, a 50 días de su nacimiento, su estado
de salud fue reportado como extremadamente grave, luego de que el jueves
presentó un paro respiratorio y los resultados de los recientes
análisis clínicos indican que la bacteria sigue en la sangre
de la menor.
Según los informes que los médicos dan a
los papás de la niña, ésta recibe 10 medicinas diferentes
vía parenteral, entre los cuales hay antibióticos potentes
para combatir a la bacteria, pero cuya acción ha repercutido en
daños a órganos vitales como el hígado.
Desde que Alín nació el matrimonio Vázquez
González prácticamente vive en el Primero de Octubre, aunque
sólo les permiten estar con su hija dos veces al día durante
media hora, a las 11 y a las 17 horas.
"Yo la veo muy débil. Ahí la tienen dormidita
para que no se mueva", comenta Edgar, quien responsabiliza de la situación
en que se encuentra Alín a los médicos y también a
la falta de recursos económicos y materiales con que opera el Primero
de Octubre.
El reporte clínico indica que Alín apenas
pesa 1.3 kilogramos. Ha perdido medio kilo en este periodo, lo cual, aunado
a la anomalía congénita en el corazón y a una sepsis
neonatal temprana, la mantiene en una condición de extrema vulnerabilidad.
"Si sale mi hija -dice Edgar- ya no voy a hacer ningún
escándalo por todo esto. Que me la den y ya. Por desgracia yo no
tengo la solución y nada más le pido a Dios que todo esto
termine pronto, porque ya no la quiero ver sufrir. Está muy chiquita."
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