México D.F. Lunes 13 de octubre de 2003
Recibe el Premio Internacional Alfonso Reyes
en la Feria del Libro de Monterrey
La grandeza de Shakespeare y Cervantes, inigualable:
Bloom
Sostiene que ambos escritores son los más importantes
del mundo occidental desde la época de Dante La función
de la crítica literaria, apreciar, pero con precisión y amor,
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ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA
Monterrey, NL, 12 de octubre. Harold Bloom es un
buscador. Su trabajo constante es encontrar y apreciar obras que resistan
a las modas y al paso del tiempo. Sus guías son Cervantes y Shakespeare,
a quienes llama los autores más importantes de occidente. De ellos,
de sus similitudes y diferencias, habló en su discurso de aceptación
del Premio Internacional Alfonso Reyes el sábado por la noche.
''Cervantes
y Shakespeare, que murieron casi simultáneamente, son los autores
esenciales occidentales, por lo menos desde Dante, y ningún escritor
los ha podido igualar: ni Tolstoi, ni Goethe, ni Dickens, ni Joyce, ni
Proust. Su contexto, el de ambos, no puede contenerlos. Son universales",
subrayó en su discurso el crítico literario, el segundo estadunidense
que recibe el premio que lleva el nombre del escritor y ensayista mexicano.
Su ponencia fue escrita, en principio, como introducción
a una nueva traducción de Don Quijote de la Mancha, que saldrá
a la venta en los próximos meses en Estados Unidos. ''Tiene su antecedente
en un libro cuyo capítulo dedicado a Cervantes hablo de Shakespeare,
y en el dedicado a Shakespeare hablo de Cervantes. Me parece bastante natural
que se discutan juntos, porque evidentemente son los principales escritores
del mundo occidental desde la época de Dante", explicó en
una conferencia de prensa previa, en la que el autor de El canon occidental
habló también del peligro que representan los medios
audiovisuales para la literatura, de su amistad con Octavio Paz -cuya obra
considera clásica del siglo XX-, de las cualidades de un crítico
literario, de su impopularidad en los círculos literarios en países
angloparlantes, y de los propios cambios que ha sufrido su concepción
de la crítica literaria.
''Mi punto de vista de la crítica literaria ha
cambiado desde que era joven. Alguna vez pensé que el análisis
era el trabajo principal del crítico, pero hora creo que estamos
en un mundo muy diferente y la función de un crítico literario
es distinguir de entre las obras duraderas y las efímeras o momentáneas,
pero también preservar las grandes obras que se han escrito en el
pasado, y quizá más que eso, enseñarle a la gente
cómo apreciarlas. La función más profunda de la crítica
literaria es apreciar, pero hacerlo con precisión y con amor.''
''El crítico no es un porrista''
Bloom se aparta de las modas literarias y lamenta que
la crítica haya caído en lo que calificó de porrismo
interminable.
''Me encuentro inmerso en grandes batallas en universidades
y escuelas angloparlantes. Tengo 73 años y me he comprometido a
nunca dejar de dar clases en Yale para dar testimonio de lo que deben ser
los estándares de la crítica. Algo pernicioso ha estado sucediéndole
a la crítica literaria, tanto en los medios como en la universidades
y escuelas del mundo angloparlante: la politización del trabajo
y la existencia de lo que llamo porristas interminables. Cuando digo que
hay que apreciar las obras no me refiero a echarles porras.''
He descubierto, continuó, ''que no soy popular
entre los de la profesión y los que enseñan inglés
en todos los países angloparlantes, incluyendo Estados Unidos",
pero eso se compensa cuando visita ferias de libros, tanto en su país
como en el extranjero, cuando personas a las que no conoce lo consideran
su mentor. ''Me sorprende ser el único crítico literario
del mundo occidental que ha sido traducido a todos los idiomas posibles.''
De su relación con Octavio Paz, a quien conoció
a principios de los setenta, recordó y lamentó el desacuerdo
que tuvieron. Paz estaba emocionado por los cambios que representaban los
movimientos estudiantiles de los años anteriores. ''Le dije: 'este
no es un nuevo mundo que viene', en los países de habla inglesa
es el final de los estudios humanísticos como los habíamos
conocido, y recuerdo que me dijo que había leído mis primeros
libros sobre Shelley y los poetas románticos, y encontró
que lo que yo decía era muy difícil de entender. Me dijo:
'me sorprendes y me molestas'.
''Mi respuesta fue que el efecto de eso no pasaría
en el mundo hispano, el mundo japonés o Europa, sino en los países
angloparlantes sería algo destructivo de la cultura literaria. El
dijo que yo era demasiado pesimista, pero no estaba en el negocio de ser
un poeta visionario como Paz. Y no era por ser pesimista, pero pienso que
lo que le ha pasado a los estudios humanísticos en el mundo angloparlante
ha cumplido mi profecía, desagradable, pero al fin y al cabo profecía".
Así lanza una nueva advertencia: los medios audiovisuales,
en especial la Internet, reducen la habilidad lectora en los niños
y lamenta la existencia de lo que se denomina poesía del lenguaje
en Estados Unidos. ''Es una cosa absurda que no conduce a nada: las novelas
visuales como tantos cómics me parecen sumamente cansadas; los libros
de fantasía me parecen muy cansados.
''No puedo profetizar, pero si vivo lo suficiente espero
ver el surgimiento de nuevas formas literarias que de hecho funcionen,
pero ahora hay muy poca evidencia de que eso pueda pasar. Uno, como crítico
literario, trata de encontrar y apreciar nuevas obras que resistan la prueba
del tiempo.''
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