México D.F. Lunes 13 de octubre de 2003
El caso se ha convertido en ejemplo de la violencia
de género, afirma la cineasta
Red de complicidades impide frenar crímenes
en Juárez: Lourdes Portillo
Considera que la delincuencia organizada está
detrás de los asesinatos contra mujeres
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Ciudad Juarez, Chih. A dos años de que culminara
la producción del documental Señorita extraviada y
después de presentarse en más de 20 países y obtener
diversos reconocimientos por la calidad y profundidad de su trabajo, en
el que denuncia los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez,
Chihuahua, la cineasta Lourdes Portillo advierte que la situación
de los homicidios en esta frontera "es tremenda, porque no termina y sigue
adelante". Considera que lo planteado en los testimonios de la obra sigue
vigente: "no sabemos quién es exactamente el o los asesinos, pero
definitivamente sabemos que existe una red de complicidad y que hay muchísimo
dinero de por medio".
Interrogada sobre el papel de las autoridades locales
y federales, Portillo subraya que existe "un poco de arrogancia ante la
presión internacional", surgida por la denuncia y crítica
por la falta de solución. "Ellos siguen pensando que aquí
nadie se debe meter", expresa.
Entrevistada en Ciudad Juárez poco después
de participar en las reuniones de familiares de las víctimas y representantes
de organizaciones ciudadanas con legisladores estadunidenses, Portillo
señala que "lo único que le agregaría ahora a la película
es la reflexión de que hasta el día de hoy los crímenes
siguen impunes". Recientemente el documental fue presentado por Canal 22,
emisora que le compró los derechos por dos años. El éxito
de la primera transmisión, el jueves 25 de septiembre, originó
que se repitiera el domingo 28 de septiembre.
Para la cineasta, autora también del primer documental
sobre las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina, realizado en 1986, Señorita
extraviada ha sido muy bien recibido en otras partes del planeta, "porque
Ciudad Juárez se ha vuelto un ejemplo de la violencia de género
que ocurre en todo el mundo", y cita los casos de Tailandia y Brasil.
Portillo,
originaria de Chihuahua, radica desde hace más de 40 años
en Estados Unidos. Reconoce que una de sus ventajas fue que conocía
el ambiente local y que tenía una visión del país
desde el exterior. "Desde el principio sabía que debía darle
voz a los familiares de las víctimas. No fue difícil encontrarlos.
Antes nadie los escuchaba, pero (conmigo) estaban dispuestos a hablar y
denunciar la situación", dijo.
"Pienso más bien como cineasta: la importancia
que tiene el cine para denunciar cosas que son inhumanas, que no deben
ocurrir en el mundo, por eso decidí hacer un documental sobre los
asesinatos. El cine sirve para eso, no sólo para tener dinero",
subrayó.
-¿Cómo surgió el proyecto?
-Yo ni siquiera soy periodista. Soy cineasta, artista.
Soy del norte de México y leía sobre estos asesinatos y veía
que los números se incrementaban mes tras mes. Dije: tengo cierta
habilidad, cierto talento para hacer algo. Tengo que usarlo para el bienestar
de estas muchachas. Me tocaba mucho, porque leía que habían
niñas de 12 y 14 años y parecía que nadie estaba haciendo
nada.
-¿Qué tan difícil fue? Porque el
documental hace una reflexión a fondo sobre los crímenes.
¿Sufriste hostigamiento?
-No, nada que ver. En ese entonces llegaban periodistas
de todo el mundo que entrevistaban más bien a las autoridades, no
mucho a los afectados. Para mí no fue muy difícil llegar
con los familiares de las víctimas. Estaban dispuestos a hablar.
En ningún momento recibí amenaza alguna. Sin embargo, sabía
que no había que fiarse mucho de la voz de las autoridades. Lo más
significativo es que, como soy mexicana, sabía de alguna manera
lo que estaba pasando. Los reporteros del exterior tenían otra visión
de las cosas, porque siempre suponen que el gobierno está diciendo
la verdad. Yo tenía la ventaja de que desconfiaba, y si quería
que el documental tuviera impacto era necesario no basarlo en la voz de
las autoridades, sino en la de los familiares de las víctimas.
-¿Cómo te ayudó el hecho de estar
alejada del ambiente de Ciudad Juárez?
-Para mí ha sido una ventaja no haber vivido en
México desde hace mucho tiempo. Tienes más objetividad, no
te sientes tan temerosa ni tan comprometida. Tenía la ventaja de
quien está afuera pero también conoce lo que sucede en su
ciudad de origen.
-Uno de los testimonios más impactantes del documental
es el de Mari, una muchacha que denuncia una violación en las oficinas
de la policía municipal. ¿Qué pasó con ella?
-Aquí estuvo. Vino a entrevistarse con legisladores
de Estados Unidos. La tenían aterrorizada. Fui y la recogí.
La traje para acá, para que hablara con los legisladores.
Portillo recuerda que el nombre de Mari le fue proporcionado
por una organización de derechos humanos de Ciudad Juárez.
"Me la encontré en un rastreo en el desierto. Y así, de sopetón,
comenzó a decir todo lo que le había pasado. Fue espeluznante."
-Con la abogada de El Egipcio, Irene Blanco, que
en el documental denuncia la red de crimen organizado, ¿qué
tan difícil fue acceder a su testimonio?
-Hubo simpatía mutua, encontramos mucha confianza.
Para mí fue muy fácil hablar con Irene. Ella estaba en un
momento muy desesperante, porque recién habían tratado de
matar a su hijo. Quería denunciar lo que estaba pasando. Ella lo
dijo en la película y dio nombres, pero finalmente uno tiene que
editar y esa parte no apareció.
-En Señorita extraviada no lo dices explícitamente,
pero entre líneas se habla de crimen organizado. ¿Sigues
pensando que ese es el principal problema en Ciudad Juárez?
-Creo que sí. Pienso que lo que se plantea en la
película sigue vigente. No sabemos precisamente quiénes son
los que están haciendo esto, pero sabemos que definitivamente hay
una red de complicidad y hay mucho dinero de por medio.
-¿Le agregarías algo a la película?
-Lo único que le añadiría es que
hasta hoy día los asesinatos siguen impunes, que también
ha habido una protesta muy importante de la comunidad internacional. Sí
denunciaría que continúan.
-¿Hay mejores condiciones que hace dos años
para entender a las autoridades locales?
-Yo creo que hay mucha presión y les está
doliendo un poco. Hay cierta arrogancia. Dicen aquí que nadie se
debe meter.
|