El artista mexicano dejó los pinceles e incursionó desde hace un lustro en la escultura

Cecilio Balthazar, arqueólogo imaginario

Ecléctica, su reciente muestra; refiere su trabajo al rostro, la cabeza y el autorretrato

MERRY MAC MASTERS

Desde niño, el artista plástico Cecilio Balthazar (ciudad de México, 1945) tuvo fascinación por las "cabecitas" de barro, que incluso llegó a recolectar de sitios arqueológicos. No es de extrañarse, entonces, que su producción artística ha girado en torno al rostro humano, la cabeza y el autorretrato.

Como artista formado en la tradición, Cecilio ya había hecho pintura y grabado, pero le faltaba la escultura. Desde hace un lustro dejó de lado los pinceles y se puso a trabajar la piedra, la madera, el yeso -desde la antigua tradición de modelarlo-, las resinas artificiales y el barro cocido. El artista acaba de realizar una primera exposición de un centenar de esculturas con el título de Ecléctica. Escultura en pequeño formato, en el Museo Exconvento de Tepoztlán, Morelos.

Los rostros y cabezas de Cecilio vienen a constituir una especie de "arqueología imaginaria", como si hubiera hecho "el desentierro de la cultura equis". De hecho, son sujetos a confundirse con piezas auténticas del pasado. "A veces el público nos pregunta de qué época de la historia son", afirma. Son imaginarios, pero casi siempre con referencias a la historia del arte, y en especial con la escultura "esculpida durante los períodos llamados Arcaicos o Proto/Clásicos de las altas culturas antiguas, tanto en Mesopotamia, Egipto, Grecia, los Estrucos o parte del Clásico Mesoamericanos", escribe Manuel Lavaniegos en un texto alusivo a la exposición. Cecilio tiene particular interés en revisar dichas formalidades.

Partícipe de muestras como Videográfica (1988), en el Museo Tamayo, y El clasicismo en México (1990), en el desaparecido Centro Cultural de Arte Contemporáneo, de momento el artista ha dejado de lado la pintura, aunque su "sueño" sería desarrollar esta última manifestación y hacer escultura a la vez: ''Tengo muchas ganas de volver a pintar, pero también tengo curiosidad por todo lo que implica para mí la escultura, ya que es una experiencia totalmente nueva".