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México D.F. Martes 14 de octubre de 2003
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
El drama boliviano, advertencia para la realidad mexicana
Capitalizar y modernizar el sector energético,
paso hacia la apertura total
CON LA PROMESA -QUE NADIE le cree- de no privatizar
las empresas propiedad de la nación, el presidente Vicente Fox insiste
en "reformar" el sector energético, para "capitalizarlo y modernizarlo",
y de paso legalizar el acceso del capital privado a Petróleos Mexicanos
(Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
COMO PARTE DE LA estrategia de "convencimiento"
que aplica el inquilino de Los Pinos, el secretario de Energía,
Felipe Calderón, se reunió ayer con la cúpula priísta,
a la que ofreció "diseñar un traje a la medida" para lograr
la "capitalización y modernización" del sector eléctrico
nacional, indiscutible primer paso para alcanzar la apertura energética
total, en una actividad constitucionalmente reservada al Estado.
APARENTEMENTE LOS PRIISTAS, en voz de su dirigente,
Roberto Madrazo, habrían dicho que existe voluntad para analizar
la propuesta que les presentó el ex líder de la bancada panista
en la Cámara de Diputados y fugaz director de Banobras, aunque éste
reconoció que no hay tricolor concurrencia en lo que a modificaciones
constitucionales se refiere. Si el presidente Fox y su secretario de Energía
aseguran que su "reforma" no incluye privatización alguna, sino
"capitalización y modernización", habría que pensar
entonces que lo que ambos tienen en mente es un esquema como el que desde
1994 diseñó el gobierno de Bolivia -en ese entonces encabezado,
también, por Gonzalo Sánchez de Lozada- nación que
hoy se encuentra en pleno estallido social por la llamada "guerra del gas".
EN SU PRIMERA OPORTUNIDAD como presidente de Bolivia,
Sánchez de Lozada decretó la venta de 50 por ciento de las
acciones de las seis principales empresas del Estado al capital extranjero,
consorcios que aportaban una proporción significativa, sino es que
mayoritaria, del ingreso público y del producto interno bruto de
aquella nación. Este grupo de consorcios públicos representaban
alrededor de 90 por ciento de la participación estatal en la economía.
ASI, YACIMIENTOS Petrolíferos Fiscales Bolivianos
(YPFB), Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), Empresa Nacional
de Electricidad (ENDE), Empresa Nacional de Ferrocarriles (ENFE), Lloyd
Aéreo Boliviano (LAB) y la siderúrgica ENAF fueron "capitalizadas
y modernizadas" por el capital extranjero, sin que hubiera necesidad -Sánchez
de Lozada dixit- de "privatizarlas".
CON LA IDEA CLARA DE "redefinir el papel del gobierno
y del sector privado en la economía", siempre bajo la norma del
Banco Mundial, Sánchez de Lozada "decidió" que el Estado
se haría a un lado de la actividad productiva y se convertiría
en "normador y promotor" de la iniciativa privada.
EN MARZO DE 1994, este personaje educado en Estados
Unidos y que hoy tiene al borde de la guerra social a su país, no
sólo creó un ministerio ad hoc, sino que aprobó
la ley de capitalización, la cual permitió "transformar"
las empresas públicas, definió los "métodos" privatizadores
y jerarquizó las paraestatales a "capitalizar y modernizar". Este
esquema, aseguraba, no pretendía obtener ingresos "por una sola
vez", sino atraer inversión fresca y "compartir riesgos y beneficios"
con el capital extranjero.
POR MEDIO DE DICHA LEY, a partir de diciembre de
1996 el 50 por ciento de las acciones de YPFB quedó en manos de
empresas como Enron y el amigo del mundo Dick Cheney, Shell, Amoco,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales, originalmente propiedad del Estado
argentino y privatizada por Menem a favor del acaudalado empresario de
esa nación, Gregorio Pérez Companc. Sólo Enron y Amoco
aportaron cerca de la mitad de la "capitalización". Posteriormente
se "incorporaron" Repsol, Pacific LNG y British Petroleum, todas con un
contrato por 40 años, renovable, desde luego.
ANTES DE EMITIR SU LEY de capitalización,
Sánchez de Lozada aprobó otro mecanismo de "inversión"
en YPFB que denominó "contratos de riesgo compartido" (cualquier
similitud con los "contratos de servicios múltiples" que promueve
Raúl Muñoz Leos en Pemex no es coincidencia), mismos que
fueron "aceptados" por 15 consorcios trasnacionales dedicados a los negocios
energéticos, entre ellos -obvio es- Enron.
POR LO QUE TOCA A LA Empresa Nacional de Electricidad,
las trasnacionales estadunidenses Dominion Energy, Energy Initiatives y
Constellation Power fueron las que aceptaron el reto de "compartir riesgos
y beneficios" con el gobierno boliviano, mientras para el caso de la Empresa
Nacional de Ferrocarriles lo hizo el consorcio chileno Cruz Blanca; el
italiano ETI Telecom para el de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones
y el brasileño VASP para la línea aérea.
ESO FUE EN DICIEMBRE DE 1996, pero antes como ahora,
el discurso de Sánchez de Lozada garantizaba a los bolivianos empleo,
crecimiento, desarrollo, felicidad y futuro venturoso. Sin embargo, nada
de eso sucedió y hoy, en pleno estallido social, "las trasnacionales
del petróleo y sus intereses multimillonarios, acusan los movimientos
sociales, están detrás del débil gobierno de Sánchez
de Lozada en su intención de cerrar el Parlamento y sacar del camino
a las dirigencias políticas, sindicales y sociales de oposición,
lo que facilitaría el camino para la exportación de gas boliviano
hacia Estados Unidos y México a través de un puerto chileno...
El ministro de Gobierno, Yerko Kukoc, ha dicho que el Movimiento al Socialismo
(MAS) ha preparado un clima de convulsión social en torno a la venta
del gas natural, proyecto que dejaría millonarias ganancias a las
petroleras, pero prácticamente nada para el país", como señala
la excelente crónica de Stella Calloni, corresponsal de La Jornada
para América del Sur, publicada en la edición de ayer.
LA ACTITUD DE LAS trasnacionales, generosas empresas
dispuestas a "compartir riesgos y beneficios", como decía el mandatario
boliviano que hoy -repitiendo en el puesto- está a punto de caer,
no es para menos: Bolivia tiene más de 50 por ciento de las reservas
de gas de América Latina. Diversos estudios académicos y
empresariales revelan que sus reservas de gas superan los 53 trillones
de metros cúbicos.
Las rebanadas del pastel:
MEXICO TIENE PETROLEO, gas, electricidad, contratos
de servicios múltiples, trasnacionales que "comparten riesgos y
beneficios" y demás requisitos para asegurar un futuro venturoso,
como el prometido por Sánchez de Lozada... Sólo falta aprobar
la "reforma" foxista.
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