México D.F. Martes 14 de octubre de 2003
"La iniciativa llega muy tarde", dice Evo Morales;
la represión de ayer deja 14 muertos
Aislado, Sánchez de Lozada congela su proyecto
de exportación de gas
Movilizaciones hacia La Paz en demanda de la renuncia
del presidente; la capital, paralizada
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 13 de octubre. El presidente boliviano,
Gonzalo Sánchez de Lozada, se aislaba cada vez más, con la
salida de cuatro ministros y el distanciamiento de su vicepresidente, cuando
el gobierno se ve desbordado por una protesta social cuya represión
ha dejado más de 60 muertos, al menos 14 este día, en poco
más de tres semanas, mientras las marchas que piden la renuncia
del mandatario convergen hacia La Paz.
El alto mando de las Fuerzas Armadas bolivianas, según
se conoció aquí, sostuvo que actuará "con la mayor
firmeza" contra quienes se aparten de la "convivencia pacífica",
después que el mandatario hablara de un "gran proyecto subversivo
organizado y financiado desde el exterior para destruir la democracia boliviana".
Pero existen versiones de que no sólo hay una desbandada oficial,
sino que también está dividido el ejército.
El Goni, como también es conocido el mandatario,
advirtió que estaba listo para restablecer el orden y que no renunciaría
ante lo que llamó un "intento sedicioso de barrer a la democracia
y remplazarla por una dictadura sindical que pretende establecer el odio
y la lucha entre clases, regiones y etnias".
Los pedidos de renuncia al mandatario se intensificaron
luego que su orden de militarizar la ciudad de El Alto, vecina a La Paz
y una de las más pobres urbes de Bolivia, el país más
pobre de Sdramérica -pero segunda reserva de gas natural en la región,
detonante del conflicto- dejara 26 muertos.
Hospitales, al borde del colapso
Este
lunes, la represión dejó al menos 14 muertos y un centenar
de heridos, según datos de esta noche de la Asamblea de Derechos
Humanos. Los hospitales en La Paz y El Alto estaban al borde del colapso,
mientras miles de personas convergían hacia la capital, virtualmente
paralizada.
Los mineros, una de las fuerzas más importantes
de la Central Obrera Boliviana (COB), que también marcharon en La
Paz, expresaron a este periódico vía telefónica, a
través de sus dirigentes, "que el pueblo pide que se vaya el
Goni y que sus aliados se den cuenta de que no tiene más posibilidades
de continuar".
Por lo pronto, comenzó la desbandada oficialista:
el vicepresidente Carlos Mesa dijo no poder aceptar "que la respuesta sea
la muerte ante la presión popular", por lo que se alejaba de Sánchez
de Lozada, aunque no renunció. Luego dimitieron tres ministros de
la derechista Nueva Fueza Republicana (NFR), y les siguió el ministro
de Desarrollo Económico, Jorge Torres, del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria, aunque este último movimiento no se había
pronunciado.
El diputado Roberto Fernández, de NFR, también
pidió la renuncia de Sánchez de Lozada y en el mismo sentido
se pronunciaron otros sectores, entre ellos el jefe del derechista partido
Acción Democrática Nacionalista (ADN). La televisora del
Estado suspendió este lunes una emisión después de
la renuncia de siete periodistas en protesta por la presión del
gobierno para transmitir noticias manipuladas y falsas que justificaron
la represión en El Alto.
Varios analistas consultados por La Jornada coincidieron
en que a estas horas, Sánchez de Lozada sólo se mantiene
en el cargo por la "brutal represión, mientras todo el pueblo está
en las calles y la crisis amenaza con una cruenta guerra civil".
Desde Cochabamba, al comentar la decisión del presidente
de suspender el decreto de venta de gas -en una operación en la
que las petroleras se llevaban todas las ganancias, sin pagar impuestos-
el líder opositor Evo Morales, diputado indígena, del Movimento
al Socialismo (MAS), sostuvo que "llegó tarde su propuesta (además
es ambigua) y ya no es suficiente que renuncie, porque ahora se está
pidiendo un cambio de la ley de hidrocarburos, ya que tenemos que recuperar
los recursos.
"Ni Sánchez de Lozada ni sus ministros deben salir
del país. Hay que juzgarlo por genocidio, y las matanzas que desde
principios del año hasta ahora han dejado más de 100 muertos",
recordó el líder de los campesinos cocaleros del Chapare,
para quien es necesario "refundar Bolivia".
La lucha contra los intentos gubernamentales de vender
el gas natural a empresas estadunidenses, con el agravante de que se haría
a través de los puertos de Chile, país con el que Bolivia
perdió su salida al mar tras la guerra de 1879, llevó a la
protesta masiva que desde el pasado 15 de septiembre se extiende por el
país.
Dos fines de semana negros ha vivido Bolivia y
la muerte sigue sumando ante la indiferencia del mandatario, apoyado por
la embajada y las transnacionales de Estados Unidos."Hay que tomar el Palacio
y sacar a patadas al Goni" dijo hoy José Luis Paredes, alcalde
de El Alto, quien encabezó una marcha hacia La Paz. Y sonó
muy fuerte, ya que Paredes pertenece al MIR, que cogobierna con Sánchez
de Lozada. Esta alianza ha tenido un costo político altísimo
para el MIR y este día fue atacada la casa de su dirigente, el ex
presidente Jaime Paz Zamora, a quienes los rebeldes consideran "traidor".
Indignados por la treintena de muertes en el fin de semana
en la operación militar para calmar a la población de El
Alto, que el pasado 8 de octubre lanzó la huelga general en apoyo
a las movilizaciones y los bloqueos contra la venta del gas y por la renuncia
del presidente, los pobladores se encaminaron hacia La Paz.
Las multitudes llegaban a la sede del Ejecutivo, cuyos
habitantes también estaban en las calles. Pero la protesta se extendió
también a Cochabamba, Oruro, Santa Cruz (donde al menos hubo un
muerto), informaron los dirigentes de diversos sectores sociales que mantuvieron
comunicación con esta corresponsalía. Las salidas hacia o
desde La Paz eran casi imposibles, mientras en el aeropuerto capitalino
permanecían bloqueados un centenar de pasajeros.
En tanto, no sólo hay desbandada del gabinete.
En el ejército se vive una situación grave, ya que se confirmó
que el único soldado muerto en El Alto -Seinar García- fue
abatido por un oficial porque se negó a disparar contra la población
desarmada. Los vecinos de El Alto dijeron que el episodio ocurrió
en el barrio Villa Ingenio y que otros soldados que también se negaron
a actuar fueron golpeados por sus jefes.
En este sentido, se conocieron declaraciones de Evo Morales
en el sentido de que las fuerzas armadas estaban divididas, ya que un grupo
pedía el repliegue de tropas mientras otro exigía implantar
el estado de sitio para comenzar una caza de dirigentes populares.
"Ya nadie quiere el diálogo. Sólo se pide
la renuncia de un presidente que carga tantos muertos sobre sus espaldas
desde febrero pasado. La situación está fuera de control
y sigue insistiendo en hablar de sediciosos, a pesar de que ve la marea
del pueblo que se juega la vida por sus demandas. Hoy es el día
D y las dos perspectivas que se analizan es que el gobierno decida profundizar
las medidas de fuerza con más represión, lo que sería
terrible, o que renuncie", dijo el diputado Antonio Peredo, del MAS, cuyo
hijo fue herido por balines este mediodía. Evo Morales, a su vez,
se pronunció por la sucesión constitucional, es decir, que
el vicepresidente ocupe la primera magistratura.
María Condorcanqui, de las vendedoras de los mercados
de El Alto, dijo hoy a esta corresponsalía que todos han salido
a la calle "no para vender sino para protestar por los crímenes,
las muertes y la represión. Ahora sólo queremos que el
Goni se vaya, ya le ha hecho mucho mal al país, antes y ahora
(en su primera presidencia, entre 1993 y 1997, comenzó la gran ola
de privatizaciones).
La de El Alto, "fue una matanza más en el país,
similar a los días negros de febrero pasado (cuando hubo 30 muertos),
pero aquí se produjo una resistencia heroica. La gente caía
y se reagrupaba enfrentando tanques y balas con piedras, su única
arma", sostuvo a su vez un periodista radial. Rosa, dirigente indígena
de la región que prefirió no dar su apellido, relató
que entraron los tanques y camiones cargados de soldados, que disparaban
a todos lados. "No eran balas de goma, la gente moría en El Alto
y los hospitales ya no tienen cómo atender a los cientos de heridos,
porque hay muchos más de los que se reconocen y faltan medicamentos
y sangre. Algunos oficiales parecían provenir de Santa Cruz de la
Sierra y al disparar insultaban a la gente con cuestiones de racismo. Hemos
visto la tristeza en las caras de muchos soldados aimaras y de otras comunidades
que no quieren disparar (...) Denunciamos que algunos soldados han sido
golpeados y se dice que los torturan si no obedecen y que hay militares
chilenos del ejército de Pinochet dando órdenes aquí".
A estas horas, las manifestaciones se extienden, y en
la localidad de Huanuni la asamblea de mineros decidió ocupar las
instalaciones de la empresa del presidente.
A pesar de que tanto la Iglesia católica -que esta
noche pidió al presidente soluciones "no autoritarias"- como la
Asamblea Permanente de Derechos Humanos y la Confederacion de Trabajadores
de la Prensa han solicitado a Sánchez de Lozada el cese de la represión,
éste continuaba en su cargo aduciendo que todos los hechos son responsabilidad
de civiles y sediciosos. Llegó incluso a calificar de "secesionista"
a Evo Morales.
Sánchez de Lozada impuso a sangre y fuego el modelo
neoliberal en su gobierno anterior e inició en agosto de 2002 su
segundo mandato, avanzó con más de lo mismo, dejando otro
tendal de muertos. Aislado del pueblo y con una coalición gubernamental
rota, pero apoyado por Estados Unidos y las trasnacionales, puede elegir
una salida negociada, con un gobierno de transición, lo que parece
lejos al tenor de sus declaraciones, o llevar al país a una guerra.
Bush respalda al mandatario boliviano; sesión urgente en la OEA
El gobierno de George W. Bush apoyó este lunes al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada -conocido como el gringo por los bolivianos, ya que debido a su larga estancia en Estados Unidos habla el castellano con acento de ese país- y advirtió que "no tolerará" ningún intento para derrocar a su gobierno, en tanto que la Organización de Estados Americanos (OEA), además de convocar a sesión del Consejo Permamente esta noche en su sede de Washington, hizo un llamado a los bolivianos para que cese la violencia.
"El pueblo estadunidense y su gobierno apoyan al presidente democráticamente electo de Bolivia (...) y sus esfuerzos por construir un futuro más próspero y justo para todos los bolivianos", declaró el Departamento de Estado.
"La comunidad internacional y Estados Unidos no tolerarán ninguna interrupción del orden constitucional y no apoyarán ningún régimen que surja por medios antidemocráticos", agregó el vocero Richard Boucher.
Poco después, la consejera de Seguridad Nacional de Bush, Condoleezza Rice, dio un fuerte respaldo al mandatario neoliberal y empresario minero. "Tenemos que apoyar al gobierno constitucional de Bolivia", afirmó vía teleconferencia a la Asamblea General de la Sociedad Interamerciana de Prensa (SIP). En la misma reunión, el secretario general de la OEA, César Gaviria, dijo que el organismo rechaza cualquier intento de solución de fuerza o intento golpista, y trabajará "para que no haya soluciones de fuerza ni golpes de Estado" en Bolivia.
"Las fuerzas que se encuentran detrás de estos hechos, que ya han cobrado muchas vidas, deben saber que los 34 estados del hemisferio, cobijados en su Carta Democrática, condenan en forma unánime el uso de la violencia y de la fuerza para alterar el orden constitucional", añadió. Esa carta contempla la expulsión de un país donde haya ocurrido una ruptura del sistema democrático.
En Montevideo, el Foro de Consulta y Concertación Política del Mercado Común del Sur (Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y Chile y Bolivia como asociados), manifestó su confianza en que se supere la crisis boliviana, y señaló que "el respeto a la institucionaidad democrática es la única vía aceptada en la región para resolver estos problemas".
A su vez Brasil exhortó al diálogo "entre el gobierno constitucional de Bolivia y las fuerzas de oposición", además de lamentar las pérdidas de vidas. DPA Y AFP
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