México D.F. Sábado 18 de octubre de 2003
El alcalde de Berlín es un socialdemócrata
muy popular en Alemania
Pugna Wowereit por la tolerancia y el respeto a las
preferencias sexuales
La fuerza política del funcionario radica en
su contacto directo con la ciudadanía
Visita la ciudad de México para intensificar
relaciones entre las dos urbes
ALIA LIRA HARTMANN CORRESPONSAL
Berlin. La visita a México que durante esta
semana realiza Klaus Wowereit, alcalde de la capital de Alemania, con el
propósito de intensificar las relaciones entre dos grandes capitales,
la ciudad de México y Berlín, amerita conocer un poco más
de cerca a una figura que se ha convertido en uno de los políticos
más populares de este país europeo.
De su viaje a México, en conversación con
La Jornada, a raíz de la inauguración de la exposición
Aztecas en Berlín el pasado junio, Wowereit manifestó:
''México me resulta un país fascinante que ya he visitado
de manera privada en dos ocasiones, lleno de contrastes, con una riqueza
cultural que seguiremos mostrando en Berlín a pesar de nuestras
dificultades económicas; los intercambios culturales que hemos realizado
y mi visita oficial a México intensificarán nuestras relaciones".
Elegido alcalde de Berlín en junio de 2001, luego
de un escándalo por corrupción que propició la dimisión
de su predecesor, que pertenecía a la Unión Democrática
Cristiana, y llevaba 10 años en el cargo, Wowereit, abogado y militante
del Partido Socialdemócrata, de ser un perfecto desconocido saltó
a la fama cuando el mismo día de ser abanderado por su partido para
contender por la alcaldía, declaró sin pelos en la lengua:
''Señoras y señores, soy un personaje de
la vida pública y sé exactamente que mi vida privada será
ahora de cualquier manera un asunto público, y para no provocar
irritaciones, señoras y señores, les digo de una vez y para
quien no lo sepa, que soy homosexual y está bien que así
lo sea."
En aquel entonces esa revelación fue un golpe adelantado
para impedir ser blanco de una campaña electoral sucia, medida preventiva
de índole política; así como más tarde declaró
que su oción sexual era parte de una postura personal ante la cual
no tenía por qué justificarse. La frase en alemán,
ich bin Schwul, und das ist gut so, se ha convertido en bandera
de la comunidad homosexual en Alemania y se puede ver impresa en una gran
variedad de objetos que van desde camisetas hasta tarjetas postales, que
se pueden comprar en cualquier esquina.
Emblema de la tolerancia
Wowereit,
a quien llaman Wowi (se pronuncia bobi) no sólo es popular
en Berlín, sino que su carisma y simpatía lo han llevado
a ser, junto con Joschka Fischer, el ministro verde de Relaciones Exteriores,
una de las figuras políticas más populares a escala nacional.
El alcalde de la capital alemana es una especie de ajonjolí
de todos los moles, pues con frecuencia se le ve pasear por calles o mercados
de Berlín; su fuerza radica precisamente en su contacto directo
con los ciudadanos, un funcionario, como él mismo se ha definido,
que se puede tocar. ''Me gusta estar entre las personas, puedo estar solo
pero no por mucho tiempo".
En más de una ocasión ha encabezado el desfile
del Christopher Street Day en Berlín, es fiestero y trasnochador;
''puedo ser el último en irme de la fiesta, pero eso sí,
al otro día estoy puntual en mi trabajo", como buen alemán.
Wowi, quien recientemente cumplió 50 años,
rompe esquemas no sólo por ser un alcalde gay; es socialdemócrata
y también católico, gusta de jugar golf y es amante de la
buena vida, la buena comida y los viajes.
Berlín busca ofrecer una imagen de modernidad y
un alcalde gay es una especie de emblema de la tolerancia que esta capital
busca representar, así como reflejar cierto refinamiento que los
berlineses no poseen, pero que da una idea de ciudad cosmopolita.
Respecto de su preferencia sexual, Wowereit manifiesta
tener ya una piel dura y no sentirse afectado cuando alguien, en algunos
recorridos por la ciudad, profiere alguna ofensa en su contra.
''Hemos ganado terreno, pero aún hay mucho por
hacer; hay muchas personas que por su condición sexual siguen siendo
discriminadas en sus puestos de trabajo, y se enfrentan a situaciones que
evitan precisamente para no sentirse discriminados. Hay quienes siguen
teniendo miedo y eso sí me afecta, no lo que me digan a mí,
sino por aquellos que aún son vulnerables y cuando son ofendidos
nos damos cuenta de lo lejos que estamos todavía de ser una verdadera
sociedad abierta", expresó en un programa radiofónico berlinés.
Interés por conocer otras culturas
De cualquier manera, Berlín puede considerarse
una ciudad tolerante, con una oferta cultural y comercial para público
gay envidiable para otras urbes. Siegessäule, (el nombre de
la Columna de la Libertad berlinesa) publicación mensual de cerca
de 100 páginas para público homosexual y lésbico que
se edita en esta urbe, que de manera gratuita puede adquirirse en lugares
públicos, da cuenta de más de un centenar de actos culturales
para todos los públicos. Wowi desearía hablar todas
las lenguas del mundo para entender mejor todas las culturas y comprender
a todas las personas.
En sus viajes dice lamentar no poder entrar en contacto
directo con las personas sino mediante traductores. Wowi, con su
ejemplar de La Jornada debajo del brazo, paseando por la ciudad
de México, parece dispuesto a entrarle al español.
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