Con perdón de Doré escandaliza a ''funcionarios de bragueta persignada'', dice

Presunto intento de censura contra una exposición del caricaturista Rius

El estilo panista es el mismo que utiliza la Iglesia, considera el creador de Los agachados

ANGEL VARGAS ENVIADO

Guanajuato, Gto., 17 de octubre. Para enfrentar a ''los funcionarios de bragueta persignada" que hay en Guanajuato, Eduardo del Río, Rius, se vale de una estrategia futbolera: ''La mejor defensa es el ataque". Eso explica por qué el reconocido caricaturista michoacano mantiene en pie la convicción de un presunto y extraño intento de censura contra su exposición Con perdón de Doré (y de la Biblia), que fue inaugurada la tarde de este viernes con retraso de dos días.

Entrevistado, el director general del Festival Internacional Cervantino (FIC), Ramiro Osorio, categórico negó cualquier acción en contra de la obra del creador de Los agachados, y explicó que la muestra no pudo abrirse el día fijado porque no se había terminado su montaje, pues ''la gente de Rius no entregó a tiempo el material", lo cual fue desmentido por el dibujante.

Con perdón de Doré (y de la Biblia), que incluye grabados con temas bíblicos realizados por el francés Gustave Doré, intervenidos por Rius con imágenes y elementos humorísticos, debió ser abierta el miércoles en el Museo Iconográfico del Quijote durante el recorrido tradicional de funcionarios federales y estatales para dar inicio a las actividades de artes plásticas del FIC, paseo conocido entre la prensa acreditada como la visita de las siete casas.

Según Rius todo iba bien el miércoles previo al protocolo oficial, encabezado por el gobernador de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks; la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sari Bermúdez, y el edil de esta ciudad, Arnulfo Vázquez Nieto, entre otras autoridades.

Pero unas horas antes, afirma, se le avisó que su exposición no podría ser inaugurada por esa comitiva. El argumento fue el mismo que sostiene el director del FIC: la muestra estaba inconclusa.

Ante ese hecho, Rius prefiere ser malicioso y considerar que algunos funcionarios, ''seguramente menores", optaron por evitar que se escandalizaran sus jefes con la muestra y pretextaron que todavía se trabajaba en el montaje. La Jornada pudo constatar in situ cómo hasta este mediodía el caricaturista y personal del FIC detallaban algunos aspectos de la exposición.

Muchos se confunden de siglo

Rius niega que la muestra sea una provocación o una travesura si se considera el conservadurismo de algunos sectores guanajuatenses, y señala que aceptó presentarla en esta capital con la condición de que no se tratara de alterar el contenido.

''Es una exposición integrada con trabajos diferentes a los que habitualmente hago: no son caricaturas, sino un trabajo que deseo sea más artístico.

''Son collages que tienen como base grabados del genial Gustavo Doré, a los cuales agregué otros elementos para cambiar la intención de la obra original. La mayoría son una sátira de la Biblia, y como estamos en un estado panista -donde nacieron los cristeros-, lo que les molesta un poco es que haya un humor hacia cosas religiosas, porque no es siquiera un pitorreo ni una burla", indica el creador.

''Ellos (los organizadores) conocen el trabajo, porque se hizo un libro (de título homónimo a la muestra), entonces no entiendo por qué de última hora dicen que no les gusta. Es una exposición inocente, pero esta gente quiere que las mayorías vivan todavía bajo sus deseos y su concepción del mundo; quieren evitar que alguien cometa un pecado al ver un trabajo que habla así sobre la Biblia.

''Son situaciones humorísticas, pero como aluden a la Biblia, algunos funcionarios de bragueta persignada las vieron como algo escandalizante. Hasta el momento no me han dicho nada. El estilo panista es el mismo que utiliza la Iglesia, no dicen las cosas de frente y ponen pretextos. No me atrevería a señalar quién trata de ejercer la censura. Sospecho que son funcionarios menores que no quieren que el gobernador se escandalice."

Rius cree que todavía muchos están confundidos de siglo y se imaginan en el XVIII o XIX. ''Ya no es posible que se trate de controlar la manera de pensar, el pensamiento de las personas".