México D.F. Miércoles 22 de octubre de 2003
Analizaron en Cancún 80 empresarios de EU las posibilidades del turismo a la isla
Ataque a la libertad de estadunidenses, las restricciones de viajar a Cuba: experto
La derogación de prohibiciones beneficiaría en lo material a cubanos, estima Philip Peters
GERARDO ARREOLA ENVIADO
Cancun, 21 de octubre. La oposición en Estados Unidos al bloqueo económico contra Cuba se ha concentrado en la pugna por eliminar las restricciones de viaje a la isla, porque atacan la libertad de los estadunidenses, estimó aquí un experto que sigue de cerca el caso.
"Lo que está en juego es la libertad de los estadunidenses, que son injustamente limitados", dijo a La Jornada Philip Peters, personaje clave en el esfuerzo legislativo para modificar la política oficial de Estados Unidos hacia Cuba.
Vicepresidente del Instituto Lexington, centro académico con sede en Washington, Peters es además asesor del Grupo de Trabajo sobre Cuba, bloque de 14 senadores y 50 representantes de ambos partidos que trabaja como punta de lanza en el Congreso para impulsar iniciativas que, desde distintos ángulos y en diversos grados de intensidad, favorecen la normalización de relaciones entre los dos países.
La pugna por la libertad de viaje "se vuelve atractiva para cualquier parte del espectro ideológico, es algo que une", señaló el investigador, quien trabajó en política latinoamericana en el Departamento de Estado durante los gobiernos de Ronald Reagan (1981-1989) y George Bush (1989-1993).
Peters participó aquí este fin de semana en la Conferencia de Viajes Cuba-Estados Unidos, en la que unos 80 empresarios estadunidenses y una veintena de funcionarios cubanos examinaron los escenarios del tu-rismo estadunidense hacia la isla, bajo la hipótesis de que pronto sean suprimidas las restricciones legales, en contra de la línea de más represión anunciada el pasado 10 de octubre por el presidente George W. Bush.
Unos 40 de los estadunidenses viajaron el domingo a La Habana, gastos que fueron cubiertos por el gobierno cubano, con lo cual evitaron violar la ley de su país.
La Cámara de Representantes aprobó el mes pasado, por cuarto año consecutivo, una moción que elimina indirectamente las restricciones a los viajes a Cuba.
El Senado aún tiene pendiente someterla a votación, pero este paso es incierto por los conflictos de procedimiento que tradicionalmente surgen en el Congreso al final del periodo legislativo.
Pero si el Senado aprobara la propuesta, todavía enfrenta la amenaza de veto de Bush, quien no ha ejercido ese privilegio en sus dos años de mandato.
"Para nosotros sería una gran victoria lograr que la enmienda se apruebe en am-bas cámaras, sobreviva y llegue al escritorio del presidente", dijo Peters. "Sería un logro muy importante, incluso si lo veta, porque tendría que regresar el proyecto al Congreso y crearía controversia."
El Grupo de Trabajo sobre Cuba se formó en 2000 en la Cámara y este año en el Senado. Junto con agrupaciones sociales, académicas y empresariales, forma un movimiento creciente contra la política de hostilidad hacia la isla.
"Es como estar golpeando una puerta", dijo Peters. "No se sabe cuál será el golpe que te la abra."
El impacto de las detenciones
El analista subrayó que la fuerza del movimiento en el Congreso se mantuvo después de la detención masiva de opositores en la isla, en marzo pasado, muchos de los cuales son interlocutores de los legisladores.
"Están muy preocupados por esas personas y se han quejado muchas veces con las autoridades cubanas", dijo Peters. "Siguen pidiendo la excarcelación de esos activistas, pero han llegado a la conclusión de que no se sirve al interés de Estados Unidos construyendo barreras."
Agregó: "Permitir los viajes a Cuba no es un regalo al gobierno cubano, no es una recompensa a la buena conducta, no indica una aprobación del gobierno cubano".
Es un paso, dijo, "que se daría porque otorga a los ciudadanos estadunidenses la libertad que merecen, nos daría mayor influencia en Cuba y también beneficia de inmediato en lo material a los cubanos".
Bush y Florida
Peters estimó que el discurso de Bush del 10 de octubre no tuvo relevancia de fondo, aunque mantuvo la retórica que interesa a la extrema derecha anticastrista de Florida.
"Ha habido muchos cambios en la comunidad cubano-estadunidense, pero hay un sector que quiere mantener el embargo, para usarlo como palanca de presión cuando haya un cambio en Cuba", señaló.
"Es una dinámica un poco extraña", afirmó el experto. "En 1992 se decía que la ley Torricelli iba a derrocar a Fidel Castro. No ha pasado nada. En 1996 la legislación Helms-Burton iba a castigar a los inversionistas que llegaban a Cuba, iba a acabar con el comunismo. Y nada ha pasado.
"Ahora quieren más sanciones y terminar con los acuerdos migratorios. Es un ciclo en el que siempre proponen más medidas para terminar con el comunismo en Cuba. Dicen que liberar los viajes va a ayudar financieramente a Cuba y es necesario el embargo para ejercer presión a favor de cambios. Ya no se maneja la tesis de que el embargo o las sanciones van a cambiar el sistema político. El problema es que mientras Fidel Castro esté en el poder, no hay política que les satisfaga."
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