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México D.F. Miércoles 22 de octubre de 2003
ANDANZAS
Colombia Moya
Sara, ¡la Bárbara!
PASADAS LAS 20:30 horas se abre el telón
del teatro de la Ciudad en el contexto del 31 Festival Internacional Cervantino
en la ciudad de México, y ahí esta, en el centro del escenario,
con los brazos desnudos retando al mundo. Pelo rubio clarísimo,
traje blanco vaporoso hasta el tobillo y sus zapaticos de tacón,
instrumento prodigioso que sabe hacer resonar con paroxismo, pues se ha
convertido, en Sara Baras y su Ballet Flamenco, en un lenguaje excitante
y tremendo para hablar de la heroína que encarna, Mariana Pineda,
sublimada en la obra inmortal de Federico García Lorca, el poeta
con alma de danza.
MAS MADURA, CON cuerpo y alma embarnecidos por
una disciplina infatigable, aquella Sara Baras que bailara por primera
vez en México en el teatro Metropólitan hace algunos años
y posteriormente interpretara una Carmen en el teatro Julio Castillo -si
mal no recuerdo-, hoy se perfila indiscutiblemente como la sucesora de
la gran estirpe de bailaoras y artistas que elevaron a rango supremo el
arte de la danza española; en ella parece palpitar el talento, la
presencia y la sensibilidad de una argentinita, Carmen Amaya o Lola Flores,
corregidas y aumentadas, pues Sara Baras, la Bárbara, es
un salto en el tiempo, un parteaguas y un puente hacia el futuro de una
danza, un estilo, que prácticamente lo reúne todo.
Trabajo tenaz y meticuloso
ELLA Y SU GENTE, músicos y bailarines formidables
todos, son la nueva estampa de la verdadera calidad, de un trabajo tenaz
y meticuloso, que lleva los cuerpos y su técnica a la perfección
de una danza muy personal en su estilo, que traduce claramente esa especie
de apogeo cultural y económico que se ha dado en España en
los últimos tiempos, enmarcado en un modernismo, que bien se empalma
con el temperamento y sensibilidad del alma latinoamericanas, sin sumarse,
por supuesto, a su desdichada posición representativa en las guerras
de oriente.
LA HEROINA DE García Lorca, "que lleva dos
armas en las manos, no para vencer, sino para morir, el amor y la libertad,
son dos puñales que se clavan constantemente en su corazón",
define la obra que nos narra la vida de Mariana Pineda, mujer excepcional
del siglo XIX, involucrada por sus ideas progresistas en la lucha de los
liberales contra el despotismo, la tiranía y la opresión.
Murió en la horca muy joven, en 1831, condenada por haber bordado
en una bandera española el lema "Ley libertad e igualdad".
Escenografía
en dos planos
CON UNA ESCENOGRAFIA en dos planos muy bien resuelta,
la obra se desplaza con personajes y bailarines; abajo, una sólida
verja a cuadros ora convento, cárcel, y en la parte superior, también
a lo largo del foro, se coloca una excelente orquesta para interpretar
la bellísima música original de Manolo Sanlúcar, quien
combinó con maestría las antiguas raíces mozarabes,
el flamenco y la rumba gitana, en la cual las evoluciones de los maestros
José Serrano, como don Pedro; Luis Ortega, como Pedrosa, y Miguel
Cañas, como don Fernando, personajes centrales en el drama lorquiano,
con sobriedad y apasionada entrega imprimieron impactante masculinidad
a la notabilísima habilidad en sus zapateados y evoluciones más
que virtuosas, pues cargaban con una interpretación dramática,
que hacía mucho más completo el espectáculo.
ASI, EL DRAMA de Mariana Pineda, llevado sabiamente
a la danza por Sara Baras, nunca decae y los planteamientos, aunque por
segundos bordean demasiada extensión, es decir, se sienten un poco
largos, ella sabe con oficio y buen ritmo dramático, contarnos la
historia y señalar bien los puntos dramáticos en dosis exactas.
Sara Baras además de ser una bailarina apasionada y excitante, posee
señorío y temple, belleza y gran conocimiento del espacio
escénico como coreógrafa.
LOS SOLISTAS Y EL conjunto de baile, que no pasa
de una docena, se mostraron con gran maestría y sentimiento, enroscando
sus brazos como serpientes en la sensual música de Manolo Sanlúcar
denotando en cuerpos y evoluciones la unidad y proyección que sólo
dan aquellos grupos muy trabajados y compenetrados en el reto de ser mejores.
UNA BELLA COMPAÑIA la de Sara Baras, grupo
espléndido que nos muestra otro tipo de gente en la difícil
y alucinante línea del arte. El éxito fue rotundo y nuestra
satisfacción mayor, pues una se siente feliz, agradecida y renovada
por haber visto como Dios manda esos impecables zapateados y la voluptuosa
síntesis plástica del tiempo entre oriente y occidente, algo
verdaderamente delicioso.
REPITE FUNCIONES EL viernes 31 de octubre y el
sábado primero de noviembre a las 21 horas, y el viernes 24 de octubre
a las 20:30. No se lo pierda.
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