México D.F. Sábado 25 de octubre de 2003
Anacondas en el Bronx
La afición de los neoyorquinos por las mascotas amenaza con volver selva urbana algunas zonas de la ciudad
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 24 de octubre. Primero tigres, un león, lagartos, y ahora serpientes venenosas y boas. No es un safari africano, ni un viaje al zoológico; es todo lo que se ha encontrado en departamentos en el centro de una metrópoli que se conoce como Nueva York. Parece que eso de vivir en una selva urbana no es broma.
Ayer, en un departamento de vivienda popular del Bronx las autoridades descubrieron 12 víboras, entre ellas dos gabones con veneno mortal, una anaconda y varias especies de boas. Algunas fueron enviadas al zoológico del Bronx y otras a un refugio de animales.
El 4 de octubre, hace poco más de dos semanas, las autoridades municipales hallaron y rescataron un tigre de 200 libras de peso y un lagarto de metro y medio de largo que vivían en un departamento en Harlem. Hace poco, se vendió ilegalmente un leoncito en las calles de Nueva York.
"Lo próximo será que habrá elefantes viviendo en los departamentos", dijo al Daily News Jesús Rodríguez, que vive en el mismo edificio en que se encontraron las víboras.
Hay animales que son menos silvestres y forman parte integral del panorama urbano en ciudades como ésta. Se calcula que hay 530 mil perros en Nueva York, que sigue siendo una ciudad donde uno debe mantenerse vigilante a cada paso para evitar las pruebas de la existencia de esta población.
El New York Times realizó una investigación con base en 20 por ciento de los perros registrados formalmente, los que tienen licencia. Sobre estos datos se sabe que el tipo de perro más común es de raza mixta, seguido por labrador, pastor alemán, shihtzú, pitbull, chihuahua, terrier de yorkshire, cocker spaniel, rottweiler y maltés.
Los nombres más comunes entre los registrados son, en orden: Max, Lucky, Princess, Rocky, Buddy, Lady, Shadow, Daisy, Coco y Ginger. También se manifestó que los barrios más pobres y menos seguros tenían concentraciones más altas de perros más bravos y agresivos, como pitbulls y rottweiler -y no pasa mucho tiempo sin que se reporte otro incidente de ataques de esa raza de perros, es decir, algunos se vuelven en sus antecesores salvajes.
En las zonas de lujo, prevalecen los perros miniaturas, como shihtzú. Hasta ahora no hay informes de ataques o heridas provocadas por un chihuahua.
También se detectó que los latinos son quienes tienen más perros -17 por ciento-, seguidos por blancos y negros. Los inmigrantes recién llegados suelen no ser dueños de canes.
No hay estadísticas parecidas en esta selva urbana sobre cuántos lagartos, víboras venenosas y tigres hay más allá de los zoológicos, ni tampoco sobre cuántos hombres y mujeres salvajes habitan Nueva York.
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