México D.F. Martes 28 de octubre de 2003
Aportan un valor agregado de 600 mil mdd al
año, según el investigador Hinojosa Ojeda
Mexicanos en EU generan una economía mayor a
la nacional
En términos económicos es un resultado
más importante que la liberalización comercial
La contribución total de los inmigrantes a ese
país es de 1.1 billones de dólares anuales
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 27 de octubre. La comunidad
de origen mexicano en Estados Unidos representa una economía mayor
que la de México, y el valor agregado sólo de los inmigrantes
nacidos en el país es mayor que lo generado por la liberalización
comercial entre ambos países; pero, a pesar de estas dimensiones,
este factor no ha sido tomado en cuenta por los gobiernos de México
y Estados Unidos en sus estrategias de integración económica,
señala el doctor Raúl Hinojosa Ojeda, del Centro sobre Integración
de América del Norte, de la Universidad de California en Los Angeles.
El valor agregado que generan los 22 millones de ciudadanos
e inmigrantes de origen mexicano en Estados Unidos, la llamada ''diáspora''
o comunidad trasnacional mexicana, es de unos 600 mil millones de dólares,
más que el producto interno bruto (PIB) de la economía mexicana.
''Esta economía trasnacional, la de los inmigrantes
y los hijos de inmigrantes mexicanos, ofrece una oportunidad que pocos
están evaluando; no hay políticas públicas en un renglón
que es mucho más importante, en términos económicos,
que la liberalización comercial'', afirmó Hinojosa Ojeda
en entrevista con La Jornada en Nueva York, antes de viajar a México.
''El
enfoque de las políticas de integración económica
ha sido el comercio, cuando debería de ser el desarrollo de un sistema
financiero que capture esta economía de la comunidad mexicana trasnacional'',
subrayó. ''¿Por qué se tiene una Secretaría
de Turismo para un sector que genera 8 mil millones de dólares al
año, y no una instancia a nivel de gabinete para un sector que contribuye,
sólo en remesas, casi con el doble, y que se encargue de una economía
-la de los de origen mexicano en Estados Unidos- del mismo o mayor tamaño
que la economía de México?'', se preguntó. La comunidad
mexicana trasnacional, agregó, representa una oportunidad para el
desarrollo binacional que pocos han abordado y para la cual se requieren
políticas públicas nuevas.
La investigación de Hinojosa Ojeda, cuyos resultados
se presentarán este martes en un seminario del Banco Interamericano
de Desarrollo en la ciudad de México, concluye que el valor agregado
de los inmigrantes a la economía estadunidense es un factor que
no se incorpora al gran debate sobre la integración de América
del Norte, pero que es mayor que la riqueza generada por la liberalización
del comercio y la inversión.
A escala mundial el valor agregado de inmigrantes es de
2.1 billones de dólares, cifra que representaría a la tercera
economía más grande del mundo. La mitad de esto, señala,
se genera en América del Norte.
La aportación de los inmigrantes de distintos países
que viven en Estados Unidos es de 1.1 billones de dólares anuales,
y entre ellos, los de origen latinoamericano contribuyen con 320 mil millones
del total.
La investigación de Hinojosa señala que
una ''liberalización'' de la migración tendría un
impacto económico positivo mayor en términos de ingreso,
en comparación con los efectos de la liberalización comercial.
Si se toma en cuenta sólo el factor de las remesas, durante los
últimos 20 años han tenido una tasa de crecimiento mayor
que el comercio internacional, tanto a nivel global como entre México
y Estados Unidos.
Además, el enfoque sobre la aportación de
los inmigrantes se centra casi exclusivamente en las remesas, pero su contribución
económica medida como valor agregado es mucho mayor. Los migrantes
del mundo, señaló, envían unos 60 mil millones de
dólares en remesas cada año, y de ese total, 15 mil millones
llegan a México. ''Pero esto es sólo una fracción
de lo que su presencia económica genera... Calculamos que los aproximadamente
20 millones de personas de origen mexicano (tanto residentes legales como
indocumentados) en Estados Unidos aportan 600 mil millones de dólares
en valor agregado, una cifra mayor al PIB total de México'', comentó.
Un trasnacionalismo ignorado
''El impacto pleno del trasnacionalismo, definido como
globalización vía migración y remesas, no ha sido
apropiadamente entendido o medido por investigadores y diseñadores
de políticas'', señala Hinojosa Ojeda, del Centro sobre Integración
de América del Norte de la Universidad de California en Los Angeles,
en su informe Migración trasnacional, remesas y desarrollo en
América del Norte. Pero las remesas, señala, sólo
constituyen el flujo de dinero (calcula que 90 por ciento se traslada en
efectivo) y son una fracción de la contribución a la economía
que se mide como valor agregado (utilidades, sueldos, etcétera).
De hecho, si las remesas son el único factor considerado
en el diseño de políticas económicas, son un factor
finalmente destructivo, ya que perpetúa la dependencia de México
con Estados Unidos, mientras las comunidades latinas en Estados Unidos
se mantienen estancadas por recibir los sueldos más bajos y por
la falta de recursos para el desarrollo.
Por lo tanto, insiste Hinojosa, el reto es empezar a desarrollar
políticas que podrían multiplicar los efectos positivos de
esta riqueza generada por inmigrantes para ambos lados de la frontera en
América del Norte. La ''liberalización'' de la migración
y el diseño de políticas para ofrecer una intermediación
financiera y canales más efectivos para la inversión de remesas
multiplicarían los beneficios, tanto para las zonas de migrantes
en México como para las comunidades latinas que los reciben en Estados
Unidos.
La legalización de los mexicanos indocumentados,
según el modelo de Hinojosa, tendría entre otras repercusiones
en Estados Unidos un incremento en los salarios reales de familias migrantes
de entre 15 a 20 por ciento; incrementaría el costo de la mano de
obra migrante, ya que habría plenos derechos laborales y eso limitaría
la explotación de indocumentados, con lo cual se reduciría
la demanda de inmigrantes; los gastos de capital humano por familias migrantes
aumentarían 100 por ciento, elevando la productividad de estos trabajadores.
En México, tecnologías para agilizar y abaratar
el envío de remesas y políticas para un mejor uso de estos
fondos en el desarrollo regional tendrían un efecto multiplicador
positivo.
Este análisis concluye que la legalización
y las políticas económicas que incorporen tanto las remesas
como el ''PIB de la diáspora'' de los inmigrantes tendría
efectos sumamente positivos tanto para comunidades en Estados Unidos como
en México.
Lo que falta, al parecer, es que los políticos
entiendan esto, que los economistas incorporen la migración en sus
análisis de integración económica, y que se encuentre
la voluntad política para actuar sobre el gran ausente en el debate
sobre la liberalización: los seres humanos.
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