México D.F. Miércoles 29 de octubre de 2003
Secreto a voces ayer en Palacio Nacional, durante la convocatoria a la convención hacendaria
Remota, la posibilidad de una reforma constitucional en materia eléctrica
Las adecuaciones fiscales sólo podrán concretarse hasta agosto de 2004, se comentó
JUAN MANUEL VENEGAS Y ALONSO URRUTIA
Más allá de los discursos y las promesas entre priístas, panistas, perredistas y el Presidente de la República para alcanzar ''acuerdos'', ayer en Palacio Nacional surgió información que apunta hacia el ''fracaso'' de la intentona foxista de reformar los artículos 27 y 28 constitucionales para abrir la industria eléctrica a la inversión privada.
Por lo que hace a la reforma hacendaria, lo único que quedó claro es que será hasta agosto del próximo año cuando podrá concretarse... siempre y cuando se cumplan los compromisos de la Convención Nacional Hacendaria, que este martes se convocó.
En el caso de la reforma eléctrica, funcionarios del gobierno federal aceptaron, incluso, que ya se trabaja en la elaboración de una nueva iniciativa que deja fuera el proyecto de enmienda al texto constitucional en la materia. Fuera del protocolo y de los mensajes oficiales de unos y de otros, del lado oficial se notó el desencanto, pues se esperaba ''algo más'' de la pasada reunión de la Comisión Política Permanente del PRI.
Y mientras esto se comentaba con las reservas del anonimato, ya que -según dijeron los consultados- en los próximos días seguirán insistiendo en la posibilidad de que los priístas ''flexibilicen'' su posición, todos en el presidium, desde el titular del Ejecutivo hasta los presidentes municipales, festejaban haber establecido las bases y definido los temas para un ''nuevo, equilibrado y más equitativo'' federalismo, en una negociación que empezará en serio hasta el próximo 5 de febrero, cuando se inicie la convención.
Los compromisos
Porque lo de este jueves en Palacio Nacional fue eso: la convocatoria a una negociación en la que los actores políticos se comprometieron a incluir temas como la redefinición y reasignación de competencias, atribuciones y responsabilidades entre los órganos de gobierno; presupuesto y gasto público; redistribución de potestades tributarias conforme al ''nuevo'' federalismo; fortalecimiento de las finanzas públicas federales, estatales y municipales; simplificación de la legislación fiscal; deuda pública y financiamiento; banca de desarrollo y sistema pensionario; modernización y simplificación de la administración hacendaria, y colaboración y coordinación intergubernamentales.
La sesión plenaria de inauguración de trabajos tendrá lugar los días 5, 6 y 7 de febrero de 2004; de acuerdo con lo que se prevé, los siguientes seis meses serán para la deliberación y el 31 de julio del próximo año ''se hará una declaración a la nación para dar a conocer el programa de nuevo federalismo y reforma hacendaria'', con base en las propuestas ''debidamente consensuadas'', incluyendo las relativas a reformas a la Constitución y a la legislación secundaria.
Así es que, de cumplirse con estos compromisos, la reforma fiscal y hacendaria que el gobierno del presidente Fox metió también a debate -y que ya ha provocado las primeras escaramuzas interpartidistas por la pretensión del sector priísta de Elba Esther Gordillo de gravar alimentos y fármacos-, deberá esperar por lo menos hasta agosto de 2004.
En su mensaje, el propio Fox hizo notar lo mucho que falta para concretarla: ''Sabemos que el proceso será complejo, (pues) su efectividad depende de la participación de múltiples actores, con perspectivas distintas, con intereses diversos''. A pesar de ello, confió en que ''con trabajo intenso y voluntad política habremos de poner siempre los intereses de la nación por sobre nuestras diferencias''.
La Comisión Política Permanente del Revolucionario Institucional rechazó el sábado pasado las reformas a los artículos 27 y 28, así como la privatización del sector eléctrico, no sólo mediante la venta de los activos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de Luz y Fuerza del Centro (LFC), sino también ''por la sofisticada vía de la segmentación y apertura de mercados libres que permita a particulares imponer condiciones ajenas al interés nacional''.
El órgano de decisión priísta se expresó únicamente a favor de ''modificar el marco jurídico vigente'' para terminar con la simulación de las empresas privadas que tienen plantas en el país, pero limitándolas en el porcentaje de generación de sus proyectos. El Estado debe mantener bajo su control la operación, transmisión y distribución de energía, señaló.
Consultados al respecto, algunos funcionarios del gobierno foxista indicaron que esa decisión ''frena'' los intentos para una reforma integral del sector. Se ve ''remota'' -aceptaron- la posibilidad de una reforma constitucional, como era la intención.
Lo que resultó de la reunión en el PRI ''no es suficiente, se queda corto'', comentaron. Lo que ''se requiere'' en materia de energía eléctrica, ''pasa necesariamente por la reforma constitucional'' y ante el rechazo del PRI (que tiene mayoría en el Congreso) para llevarla a cabo, ya se trabaja en la elaboración de una nueva propuesta más ''cercana'' a la alternativa priísta, expusieron.
No obstante, según dijeron, todavía ''tenemos algunos días'' para insistir en la reforma constitucional, pero en caso de no lograrse -como se prevé- en los primeros días de noviembre, el Ejecutivo podría presentar un nuevo proyecto de iniciativa, con la idea de avanzar en los puntos donde ya hay consenso, como es la regularización de las empresas que ya operan en el país en la construcción de plantas de generación de electricidad.
En Palacio Nacional, ayer, lo demás fue el festejo por haberse puesto de acuerdo en la convocatoria a la convención hacendaria. En ese tenor fueron los mensajes de los gobernadores, legisladores, alcaldes y, por supuesto, del Presidente.
Los temas, las bases y las reglas de la negociación que se inicia en febrero fueron firmados. Y se congratularon todos: ''Sólo el diálogo y el acuerdo explican que el día de hoy se establezcan las bases para celebrar la primera Convención Nacional Hacendaria. Nuestra responsabilidad ante el mandato ciudadano nos llama ahora a encontrar juntos los instrumentos fiscales que nos conduzcan a una sociedad más equitativa'', expuso Fox.
La convocatoria es una muestra de que ''con el diálogo se pueden solucionar los grandes problemas del país'', y con este ejemplo la convención ''derivará en una verdadera revolución administrativa'', confió el gobernador priísta de Chihuahua, Patricio Martínez. ''Estamos asumiendo una responsabilidad histórica'', alardeó el panista de Baja California, Eugenio Elorduy, mientras que el mandatario perredista de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, sostuvo que la convención será la oportunidad para ''cristalizar la reforma estructural que mayores beneficios llevará a los mexicanos''.
Siguieron el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar; Ana Rosa Payán, por la Conferencia Nacional de Municipios; Víctor Manuel Giorgana, por la Conferencia Mexicana de Congresos y Legisladores Estatales, y los presidentes de las cámaras de Senadores y de Diputados, Juan de Dios Castro y Enrique Jackson. Todos con la misma promesa: ''quieren'' y ''buscan'' los acuerdos.
Se oficializa la convocatoria para la Convención
Nacional Hacendaria
La esperanza en un federalismo "de carne y hueso" deviene
en concurso de adjetivos
ALONSO URRUTIA Y JUAN MANUEL VENEGAS
Hubo quien evocó la Convención de Aguascalientes,
otro que la definió como la puerta al siglo XXI, uno más
la consideró el paso hacia el "federalismo de carne y hueso". Así,
en un verdadero concurso de adjetivos, fue lanzada la convocatoria de la
Convención Nacional Hacendaria que, en resumidas cuentas, es otra
vez sólo el establecimiento de una agenda a discutir.
Nuevamente se eligió el Palacio Nacional para lanzar
uno más de los grandes propósitos sexenales. Esta vez con
el concurso de los 31 gobernadores del país, el jefe de Gobierno
del Distrito Federal, el Congreso de la Unión y la representante
de los miles de municipios, aunque en esta ocasión ya no caló
en el ambiente. Frío el entorno político -no acudieron los
líderes de PRI y PRD, Roberto Madrazo ni Leonel Godoy, respectivamente
-a pesar de las encendidas piezas de oratoria.
Con
la disputa atravesada en torno a la reforma eléctrica; con los nombramientos
del Instituto Federal Electoral que no acaban de salir, y con la redición
del debate sobre el impuesto al valor agregado a alimentos y medicinas,
se abrió una pausa para los discursos reivindicadores de la República
y lanzar la tan esperada convocatoria, un nuevo intento en aras de alcanzar
las llamadas reformas estructurales.
"Están maduras las condiciones", resumió
el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar: "están -completó-
a la espera de nuestra propia madurez."
Y es que más allá del protocolo discursivo
se impone el peso de la real politik. El presidente Vicente Fox
que ya no se explaya como lo hizo al anunciar la reforma integral de la
Constitución, el Acuerdo Político para el Desarrollo Nacional,
o el no tan distante Acuerdo Nacional para el Campo.
Al secretario de Gobernación, Santiago Creel, apenas
una noche antes le cancelaron su espacio en este foro para continuar en
su puja por repuntar en la carrera presidencial, una competencia cada vez
más cerrada con el secretario de Energía, Felipe Calderón,
según apuntan algunos.
No sólo pesó el cúmulo de discursos
previstos para la ocasión. Hubo más de fondo. En la visión
de los panistas era un exceso poner a Creel a reivindicar una política
de acuerdos, cuando el mayor peso de la negociación que en estos
momentos más interesa al gobierno recae en Calderón Hinojosa.
Además, como se acepta en el partido gobernante,
en este mismo debate es cada vez más notorio que ambos personajes
han tratado de imponer su propia agenda y tiempos en la negociación.
Con la reforma eléctrica como sombra, llegaron
los protagonistas a la Convención Nacional Hacendaria. Visible la
deferencia con que se trata a la principal aliada del foxismo, Elba Esther
Gordillo, coordinadora de los diputados priístas, quien llega acompañada
por el Estado Mayor Presidencial.
Apenas unos minutos antes, su correligionario y líder
de los senadores priístas, Enrique Jacskon, hablaba de los acuerdos
de su fracción en torno a la reforma eléctrica: "lo que está
acordado es que la iniciativa que presentó el presidente Fox en
agosto pasado no tiene el voto nuestro. Estamos buscando una alternativa".
Momentos después, ya en la oleada de discursos,
en los mutuos elogios y la exaltación de la corresponsabilidad,
el gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, no perdió
oportunidad para, con el pretexto de hacer un recuento de la historia de
la Convención Nacional Hacendaria, reivindicar su paternidad para
la Conferencia Nacional de Gobernadores.
Salazar Mendiguchía centró su participación
en los alcances de la convención y el esbozo del debate que apenas
está por venir:
"¿De qué se trata el nuevo federalismo?
¿Sólo de repartir mejor el dinero? Por supuesto que no. Se
trata de compartir responsabilidades en los ingresos y en los egresos de
diseñar una nueva estructura de la hacienda pública del país
y de sus partes federadas. Las urnas son el principio de la democracia,
no son la democracia. La democracia es comer tres veces al día .
Si para eso no alcanza, entonces la democracia no es útil para lo
más importante."
Cancelada su participación en el acto fundacional
de la Convención Nacional Hacendaria, Creel buscó su espacio
mediático en el Palacio de Covián para abordar ese tema y
otros más.
-Legisladores de oposición lo acusan de que debido
a sus afanes por buscar la Presidencia está dejando de lado el cabildeo
y esto ha obligado a otros secretarios de Estado a entrarle...
-Eso es totalmente irreal. Hoy, ni más ni menos,
he dedicado buena parte de las horas a estar trabajando con los gobernadores,
con los coordinadores de los grupos legislativos. Tuve encuentros con 15
gobernadores. Las labores las estoy haciendo de manera coordinada con los
distintos secretarios sobre los cuales van a versificar las reformas estructurales.
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