Hasta 20% de la prostitución en esos países la ejercen menores de edad, dice experta

Alrededor de 280 mil niños padecen explotación sexual en América del Norte

Desarrollan algún trabajo 3.5 millones de mexicanos entre 12 y 17 años, revela estudio

CAROLINA GOMEZ MENA

En los países de América del Norte -Canadá, Estados Unidos y México- son víctimas de la explotación sexual comercial infantil (ESCI) alrededor de 280 mil menores, la mayor parte de ellos de edades que oscilan entre los 12 y 18 años, revela el estudio La infancia como mercancía, el cual advierte que el fenómeno ha crecido durante los últimos años y presenta, pese a las diferencias culturales y económicas, características similares en las tres naciones mencionadas.

La investigación, realizada entre 1999 y 2002 por las universidades de Pensilvania y Montreal y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social (Ciesas) detalla que en Canadá son alrededor de 10 mil los infantes víctimas de la ESCI, en México unos 20 mil y en Estados Unidos se calcula que 250 mil son los niños en riesgo.

En entrevista con este diario, Elena Azaola, investigadora del Ciesas, y una de las coautoras de la obra que será presentada hoy, detalló que entre "10 y 20 por ciento" de la prostitución en estos países, es ejercida por menores de edad, y agregó que la investigación arrojó que, "pese a lo que se cree, la mayor parte de los niños y niñas que son explotados en Estados Unidos no provienen ni de México ni de otros países Latinoamericanos".

El estudio "no encontró evidencias que soporten ese supuesto, en cambio sí halló que 80 por ciento de los niños explotados en Estados Unidos son de ese país, en tanto la quinta parte restante corresponde a menores de diferentes regiones y nacionalidades que han sido trasladados con promesas de trabajo, distintas de la prestación de servicios sexuales, lo cual (precisa) no quiere decir que no haya niños trasladados de manera ilegal desde México y otros países para ser explotados".

Detectan niños de siete años

Azaola, quien en 2000 publicó el libro Infancia robada, trabajo que elaboró en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, precisó que en los países incluidos en la nueva investigación existen "todos las formas de ESCI", es decir la prostitución de menores, pornografía infantil, turismo sexual y tráfico de niños con fines sexuales, y que se han detectado niños, de incluso siete años en estas situaciones.

Para la antropóloga social y sicoanalista, en México las principales zonas en las que se da el fenómeno, siguen siendo las urbanas, las fronterizas y los centros turísticos y agregó que debido a que hay amplia difusión de los riesgos de la ESCI, no sólo se ha logrado una mayor sensibilización, sino también que los explotadores estén desarrollando mejores tácticas para ocultar sus actividades.

Al destacar que la policía cibernética, dependiente de la Policía Federal Preventiva ha sido efectiva en la detección de sitios web de pornografía infantil, Azaola consideró que las instancias gubernamentales de atención a la infancia deben "crear programas especializados para atender a estos menores, establecer centros de tratamiento y hacerse presentes donde se sabe, los niños, están siendo explotados".

En el estudio también se destaca que en el país alrededor 3.5 millones de niños de entre 12 y 17 años desempeñan algún trabajo, y que 45 por ciento de ellos se concentra en 14 ciudades del país, entre ellas el Distrito Federal, Guadalajara, Acapulco, Cancún Tijuana, Ciudad Juárez y Tapachula, las que cuentan con los mayores índices de ESCI. El resto de los niños trabajadores urbanos se distribuyen entre otras 86 ciudades del país.

En el apartado de recomendaciones, la investigación sugiere "abordar el fenómeno a escala regional. Fortalecer y estrechar los lazos entre los tres países a fin de hacer frente al problema de manera más eficaz y articulada".

En lo que se refiere a México indica que pese a que han "proliferado" los congresos y conferencias sobre el tema, esto no ha redundado en que haya mayor prevención y erradicación del fenómeno, "debido a las trabas administrativas, a las campañas interrumpidas o con mensajes contradictorios o ambiguos, a la falta de coordinación y constancia, y a la puesta en marcha de operativos de carácter punitivo hacia las víctimas en zonas rojas o centros nocturnos".

Menciona que, pese al impulso dado a la cooperación gobierno-organizaciones no gubernamentales, es necesario profundizar en ella, "ya que en algunas ocasiones se han llegado a detectar claras políticas de rivalidad, a veces incluso contra los propios intereses de los niños".

Apunta que no se ha incorporado información sobre el tema en los programas de las escuelas públicas y critica la actitud de algunos medios informativos. "Cremos que muchos medios de comunicación (ciertas cadenas de televisión) tratan estos temas con excesivo y antiético interés en los índices de audiencia, por lo que abordan superficialmente estas noticias."