.. |
México D.F. Lunes 8 de diciembre de 2003
TOROS
Herrerías logró un déficit de
500 mil pesos, pero culpa al gobierno capitalino
Resultó un fracaso económico la magna
corrida organizada en favor del Teletón
Orejas a Ortega Cano y El Zotoluco Armillita
y Bojóirquez fueron abucheados
LUMBRERA CHICO
Para dar la magna corrida del Teletón, Rafael Herrerías
gastó un millón 755 mil pesos -un millón por abrir
la plaza, 555 mil (o 50 mil dólares) por traer a Ortega Cano y 200
mil por los toros de Fernando de la Mora- y recaudó en taquillas
aproximadamente un millón 250 mil pesos, al registrar una entrada
de 18 mil espectadores, que pagaron en promedio 70 pesos por boleto. Así,
la feria anual de la caridad pública, promovida por los concesionarios
de la televisión privada, comenzó con una aportación
deficitaria de menos 500 mil pesos, que dará espacio a una nueva
maniobra publicitaria del cacique de Mixcoac.
¿Cómo
justificará el amo de la fiesta brava en México su nula contribución
a la máxima colecta en pro de los discapacitados? ¿Meterá
la mano en su propio bolsillo para disfrazar de éxito lo que a todas
luces resultó un fracaso? ¿Pedirá un nuevo crédito
a la familia de Miguel Alemán para hacer otra caravana con sombrero
ajeno? Lo simpático del asunto es que ayer, minutos antes de comenzar
el festejo, la televisión por cable sostuvo que el desastre era
culpa, única y nada más, de la Comisión Taurina del
Distrito Federal, que según el cronista Giraldés "no tuvo
corazón para autorizar la actuación de Enrique Ponce en beneficio
de los niños de México".
Había tanto dramatismo en esas dolidas palabras,
que el teleauditorio sintió ganas de llorar... pero de risa. Era
el acto final del sainete que a media semana puso en escena el suspendido
torero valenciano, al declarar que "nunca regresaré a México
si Carlos Mendoza no me pide perdón o presenta su renuncia" a la
citada Comisión Taurina. Asesorado por Herrerías (su cómplice
en el fraude cometido contra el público el pasado 5 de febrero),
Ponce trató de hacer creer que quien le impide jugar a los toros
en el ruedo de la Monumental Plaza Muerta hasta el próximo 22 de
abril es Mendoza, y no un decreto de la delegación Benito Juárez,
emitido a raíz de una denuncia de Mendoza, lo que es muy distinto.
Ponce y Herrerías, asimismo, olvidaron que la Comisión
Taurina ya no tiene el asunto en sus manos, porque la suspensión
del castigo contra el delincuente ibérico está en manos de
un tribunal del fuero federal, que no resolverá sino a finales del
mes de enero. Pero todo este cuento, ideado para acusar en última
instancia al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por
el fracaso de la corrida del Teletón, pasó por alto que,
en el terreno de los hechos, Herrerías fue incapaz de armar un cartel
atractivo que llenara el embudo de Insurgentes.
Así, al sexto festejo de la temporada de la miseria
trajo a dos toreros de medio pelo, absolutamente acabados, como José
Ortega Cano y Miguel Espinosa Armillita Chico; a un rejoneador mediocre,
como Fermín Bohórquez, y a la pálida estrella de la
tauromaquia nacional que es Eulalio López El Zotoluco. ¿Qué
esperaba Herrerías con ese elenco? Pues lo que obtuvo: menos de
media entrada y una tarde aburridísima, a la que aportaron su debilidad
y mansedumbre cinco de los ocho novillos de De la Mora, que más
bien parecían aspirantes a los premios del Teletón, de tan
lisiados que se veían.
Uno de ellos, el abridor Río de Luz, saltó
a la arena con un dedo roto y fue descordado por un rejón de Bohórquez.
Lindo Sueño y Unidos Por Ti, los dos de Ardillita,
eran mansos perdidos, igual que Amor Por Ti, segundo de El Zotoluco.
Mejor clase mostraron Realidades -al que López cortó
una oreja- y los dos de Ortega Cano, Lucero de Esperanza y Terapista,
que llegó al rastro con un solo apéndice, mientras su lidiador
daba la vuelta al ruedo paseando el otro luego de una faenita de medios
muletazos que coronó con un pinchazo hondo de efectos fulminantes,
lo que habla de la notable falta de condición física de la
res.
Más allá de la cursilería de los
nombres de los bovinos, la corrida del Teletón demostró que
Herrerías, Ponce y los gacetilleros que los defienden son una suerte
de híbrido de Elba Esther Gordillo, Roberto Madrazo, Jorge G. Castañeda,
Carlos Salinas de Gortari y Alemán. Con esos políticos y
esos promotores de la cultura popular no cabe esperar sino lo que tenemos:
una serie de calamidades sin fin.
A ver hasta cuándo.
|