México D.F. Martes 9 de diciembre de 2003
Aseguran líderes demócratas que
las modificaciones destruirán el Medicare
En medio de críticas, el presidente Bush reforma
el sistema de seguro médico
Unicamente las grandes empresas privadas se beneficiarán
de los cambios: opositores
AFP Y DPA
Washington, 8 de diciembre. El presidente de Estados
Unidos, George W. Bush, firmó este lunes una ley que reforma el
sistema de seguro de enfermedad para ancianos y discapacitados llamado
Medicare. Es la primera reforma en el rubro en casi 40 años que,
anticiparon líderes de la oposición demócrata, llevará
a la destrucción del Medicare, tal como fue diseñado durante
el gobierno del presidente Lyndon B. Johnson.
"Nuestro país tiene el mejor sistema de salud del
mundo, y queremos que nuestras personas mayores puedan aprovechar sus beneficios",
afirmó Bush al signar la ley, la cual fue adoptada por el Congreso
a finales de noviembre, que comprende por primera vez un reintegro parcial
de los medicamentos.
El
gobernante republicano sostuvo que "hoy, al reformar y modernizar este
programa vital, estamos honrando los compromisos de Medicare con todos
nuestros jubilados". Destacó que evita a muchos estadunidenes la
preocupación de decidir si gastan sus cheques de seguridad social
en medicamentos o alimentos.
El gobierno asegura que la reforma sanitaria ofrece por
primera vez a los ancianos la posibilidad de acceder gratuitamente a los
medicamentos, mientras que los detractores demócratas afirman que
la propuesta de ley beneficia sobre todo a las compañías
privadas de seguros y a las sociedades de gestión hospitalaria.
Además, señalan, abre el camino a la privatización
del Medicare.
Por presiones de la industria farmacéutica, la
ley impide que la caja del seguro estatal Medicare obtenga descuentos en
medicamentos como gran cliente. Por este motivo los críticos califican
la ley de "regalo para la industria".
El Congreso estadunidense, controlado por republicanos,
aprobó el pasado 26 de noviembre la importante reforma al sistema
de seguro de enfermedad para adultos mayores y discapacitados, Medicare,
que comprende un reintegro parcial de los medicamentos.
Los senadores aprobaron este proyecto de ley con 54 votos
en favor y 44 en contra, luego de tres días de debates y dos intentos
de los demócratas por bloquearlo.
La adopción de esta reforma constituye una victoria
importante para Bush, a menos de un año de las elecciones, ya que
el jefe de la Casa Blanca había convertido esta reforma en uno de
los grandes ejes de su política para intentar seducir al electorado
de la tercera edad, que en su mayoría vota por los demócratas.
Esta legislación representa la mayor reforma del
Medicare desde la creación del programa estatal en 1965, bajo la
administración del presidente Lyndon Johnson.
El Medicare beneficia actualmente a más de 40 millones
de estadunidenses discapacitados o de más de 65 años de edad.
Se calcula que la reforma tendrá un costo hasta de 400 mil millones
en los próximos 10 años. Según la nueva ley, desde
2006 el sistema cubrirá parte del costo de los medicamentos recetados
y los beneficiarios podrán obtener tarjetas de descuento de 35 dólares
anuales.
Algunos senadores demócratas han criticado la medida,
pues consideran que beneficiará a las grandes compañías
aseguradoras a costa de los usuarios.
La reforma transfiere los beneficios de la compra de medicamentos
a las empresas privadas de seguro médico. También establece
que a partir de 2010 habrá facilidades para que los planes privados
de salud compitan directamente con el Medicare.
Otros legisladores republicanos también se oponen
a la norma, porque temen que impacte el ya abultado déficit federal
de 327 mil millones de dólares.
Aprueban legisladores presupuesto por 820 mil millones
de dólares
Por otra parte, la Cámara de Representantes aprobó
este lunes un gasto presupuestario de 820 mil millones de dólares,
que incluye el faltante del presupuesto para 2004, entre ellos 2 mil 400
millones para la lucha contra el sida en naciones en desarrollo.
Sin embargo, la suerte de esta medida, que afectará
siete de las 13 leyes de finanzas que forman parte del presupuesto federal
y que aún no han sido aprobadas, enfrentará la mayor incertidumbre
en el Senado a partir del martes.
Tal votación, sin debate previo, no puede tener
lugar en el Senado sin el acuerdo unánime de los senadores. Uno
de ellos, el demócrata Robert Byrd (Virginia Occidental), ya indicó
que se opondrá.
Por ese motivo la votación podría no tener
lugar antes de la reanudación de las sesiones, el 20 de enero próximo.
El senador Bill Frist, jefe de la mayoría republicana
en el Senado, se niega a retener a los senadores hasta Navidad para debatir
y aprobar el presupuesto del año fiscal 2004, que se inicia oficialmente
el 1º de octubre.
La Casa Blanca insiste en que el conjunto del presupuesto
2004 se vote antes de que termine este año.
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