México D.F. Martes 23 de diciembre de 2003
Escepticismo de Canacintra, Coparmex y CEESP
Prevén austeridad, recortes y bajo crecimiento en 2004
ANTONIO CASTELLANOS
La austeridad en el presupuesto y la ausencia de una reforma fiscal causará que el producto interno bruto (PIB) crezca en 2004 cuando mucho 3 por ciento. Esto implicará que haya un déficit de 600 mil empleos sólo en ese año, afirmó Yeidckol Polevnsky, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra). Advirtió que el impuesto de dos pesos a los cigarrillos ocasionará el desplome de la industria tabacalera, asfixiada ya por la economía informal.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) sostuvo, por su parte, que la falta de una reforma fiscal propiciará recortes y reasignación de recursos a la inversión pública. Será necesario legislar para acelerar la participación de la inversión privada en proyectos públicos, especialmente en gas y generación de electricidad. Llamó al Ejecutivo federal a abandonar su actitud de reproche hacia el Legislativo.
A su vez, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) planteó que las consecuencias de no haber aprobado las reformas fiscales son: sacrificio de 2 puntos porcentuales de crecimiento económico; pérdida de la competitividad del país frente al resto del mundo, de inversiones extranjeras y nacionales y de empleo; gasto social limitado en educación y salud, y menor presupuesto para la infraestructura en entidades federativas. Hay debilidad en las instituciones, subrayó.
La organización patronal anunció que coordinará en marzo próximo la Convención Nacional de Contribuyentes, cuya misión será "rescatar la voluntad de las personas y empresas que ya pagamos impuestos, porque son los contribuyentes los que deben tener la primera voz sobre el destino del gasto público y la forma de recaudarlo".
La ausencia de decisiones eficaces en el Congreso es consecuencia de la debilidad de las instituciones que requieren ser reformadas para ponerse a la altura de las exigencias de la democracia de México.
Los economistas del sector privado consideraron: "Se agotó el tiempo y con él la posibilidad de aprobar una reforma fiscal. Esto obligará a buscar aquellos renglones sustantivos y otros recortes para reasignar recursos a la inversión pública productiva". Se cierran algunos márgenes de acción para el gobierno, pero sin riesgo para el equilibrio fiscal ni la estabilidad, si se mantiene la disciplina fiscal.
Los expertos del CEESP expusieron que la decisión legislativa no resuelve las necesidades del fisco ni del país, pero posiblemente es la mejor opción en tanto no se corrijan los resquebrajamientos internos en las diferentes fracciones políticas y el gobierno no encuentre la forma de convencer a la mayoría de la población de las bondades de una reforma fiscal como la que plantea. Todas las propuestas buscaban más el beneficio personal que el interés nacional, recalcaron.
La coyuntura, agregaron, obliga a enfocar la atención hacia el trabajo político que debe hacerse para acelerar la participación de la inversión privada en proyectos públicos, como los contratos de servicios múltiples, especialmente en gas; los proyectos de generación de electricidad, de transporte, como el que uniría al estado de México con el Distrito Federal y proyectos carreteros.
Concluyeron: "Como puede verse, mal haría el Ejecutivo federal y poco lograría el país, de mantener su actitud de reproche hacia el Legislativo, cuando lo que urge es el trabajo político de altura con renovados bríos y una nueva estrategia, quizá con nuevos interlocutores.
Polevnsky instó a los diputados a frenar el gravamen a las cajillas de cigarros y en cambio asignar por lo menos 10 mil millones de pesos para apoyar a las pequeñas y medianas empresas. El sector de transformación, precisó, perdió en este año 600 mil plazas y el escenario para 2004 no es mejor.
Explicó que el impuesto a la industria cigarrera no le allegará recursos al fisco, porque en el mercado ilegal el precio de las cajetillas es 50 por ciento menor, pero se trata de productos falsos que llegan del exterior y que son altamente nocivos para la salud. Los consumidores no dejarán de fumar, simplemente migrarán al comercio informal para abastecerse del producto.
Dijo que ocurrirá igual que con la fructosa. Hacienda no ha recaudado ningún centavo, porque las grandes compañías de refrescos utilizan azúcar refinada. Ello causó un aumento en el precio del producto que colocó en una difícil situación a la industria del dulce y a los laboratorios que recurren al ácido cítrico para la producción de algunos medicamentos.
|