México D.F. Martes 23 de diciembre de 2003
ENTREVISTA /MARTIN ALMADA, DEFENSOR DE DERECHOS HUMANOS PARAGUAYO
Seré juzgado por los torturadores que denuncié
PIDE LA PRESENCIA DE OBSERVADORES INTERNACIONALES EN EL PROCESO
El próximo 29 de diciembre, precisa el descubridor de los archivos del horror, "me llevan a juicio por haber realizado escraches (señalamientos públicos de represores) en los tribunales, y piden dos años de cárcel, y que les pague, además, una indemnización..."
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 22 de diciembre. Una ironía del destino latinoamericano en tierras de impunidad: a 11 años de aquel 22 de diciembre de 1992, cuando el educador y abogado Martín Almada descubrió junto a otras víctimas los llamados Archivos del Horror de la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay, y entre ellos documentos sobre la Operación Cóndor, deberá enfrentar un juicio al que le realizan sus torturadores por haberlos denunciado públicamente.
Almada, quien recibió varios reconocimientos por su labor humanitaria y es Premio Nobel Alternativo 2002, confiesa además su impotencia ante el enorme retroceso de los derechos humanos en el mundo, con las guerras de Afganistán e Irak, las amenazas de acciones preventivas y la "temible admisión de las prácticas de torturas por parte de Estados Unidos y otros aliados, sin que nadie diga nada".
En larga entrevista telefónica con La Jornada, este ex prisionero político dice: "A mí me duele profundamente la impotencia del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ACNUR); me duele ver la muerte de la ONU, me duele en este día lo que está sucediendo: que se diga públicamente que hay que eliminar a un jefe de Estado, lo que está pasando el pueblo iraquí, la tragedia de miles y miles de niños. Tenemos que refundar Naciones Unidas y cambiar su sede, ya no puede estar en Nueva York.
"Así como Adolfo Hitler fundió la Sociedad de las Naciones y fue Estados Unidos el que creó la nueva alternativa, ahora es Estados Unidos el que pisotea y destruye a la ONU", añade Almada, para quien también es urgente refundar la Organización de Estados Americanos, "para que dejen de ser simples ministerios de colonia. Es necesario refundarlos sobre nuevas bases bolivarianas de unidad, de dignidad, de respeto. Debemos rescatar el pensamiento de Simón Bolívar tal como lo preconiza el presidente de Venezuela Hugo Chávez."
Sobre la situación que le tocará vivir en los próximos días frente a la justicia, Almada señala que "en este nuevo aniversario de aquellos días, donde al fin encontrábamos pruebas del genocidio, me sorprenden con un juicio que promueven mis ex torturadores".
El próximo 29 de diciembre, precisa, "me llevan a juicio por haber realizado escraches (señalamientos públicos de torturadores) en los tribunales, (como) al abogado de los represores: comisario Rolando Agustín Alum, y piden dos años de cárcel y que les pague", además, una indemnización.
"Hace días -prosigue- solicité al juez Gustavo Santander una declaración informativa sobre este comisario que patrocina a un grupo de torturadores (...) Hemos encontrado, a la luz de los Archivos del Terror o de la Operación Cóndor (de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur en la década de los 70), que este comisario Alum fue nombrado en 1978 por su tío, Antonio Campos Alum, que era el jefe de la Policía Técnica, el gran centro de torturas en Asunción.
Campos Alum es uno de los nombres claves en la Operación Cóndor. Ahora se encuentra prófugo de la justicia, al parecer resguardado por los grupos de la Liga Anticomunista Mundial, a la que perteneció.
Además, Almada descubrió que el comisario Rolando Alum formó parte de "los servicios de seguridad del duodécimo congreso de la Liga Anticomunista Mundial", que fue uno de los pilares de las dictaduras y de la Operación Cóndor, y además era responsables de la denominada "guerra sicoquímica".
Ante la querella, Almada solicitó datos sobre ex torturadores e informantes como Marin Augusto Flecha, Inocencio Montiel, Sixto Amado Burgos, Lorenzo Ricardo Cerfoglio, Adrián Barrios, Felipe Nery Saldívar, Luis Leguizamón Perez, entre otros cuyos nombres fueron encontrados en nuevos archivos hallados en los últimos tiempos.
"Muchos de ellos estaban autorizados para viajar fuera en misiones de espionaje y otros serían participantes de Cóndor", señala Almada, quien solicitará la presencia de observadores internacionales (por medio de Amnistía Internacional, la Asociación Americana de Juristas, el Comité de Iglesias y la Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay) el 29 de diciembre, fecha en que la juez Blanca Gorostiaga lo ha citado para sustanciar este insólito juicio de los victimarios contra la víctima.
"Yo pido a otros jueces que citen a Rolando Alum para que informe de qué se trataba la guerra sicoquímica y por ser especialista en armas de destrucción masiva", señala Almada, hombre que salvó su vida de los campos de concentración paraguayos gracias a la presión internacional, y que luego dejó su trabajo en la UNESCO para regresar a Paraguay e iniciar su trabajo de investigación, con el que logró salvar los archivos de la destrucción de los militares.
Ahora, Almada admite su temor ante esta ofensiva que requiere de solidaridad para el día que comparecerá ante quienes lo torturaron en aquellos días del horror, en los cuales su esposa Celestina Pérez murió luego que sus secuestradores le hacían escuchar la voz de su marido en sesiones de tortura, y le traían sus ropas ensangrentadas.
La ofensiva de los torturadores comenzó luego que Alum asegurara que la policía de Asunción no tenía datos sobre la Operación Cóndor, en respuesta al juez José Waldir Servin, quien se hizo cargo del tema a requerimiento de un exhorto del juez español Baltasar Garzón, quien investiga el asesinato y desaparición de unos 400 españoles y sus familiares en Paraguay y Argentina entre 1976-1981.
"Ante tal falta de justicia yo me propuse escrachar a Rolando Alum donde lo viera, es decir, no atacarlo, sino señalarlo públicamente, que la gente sepa quién es", explica Almada, quien no estaba en Asunción cuando le enviaron el citatorio judicial, sino en Toulouse, Francia, dictando una conferencia. Al regresar se encontró con que lo citaban para un juicio oral y público.
"Ser procesado por los propios torturadores es algo increíble, pero está sucediendo", afirma Almada, que será homenajeado mañana en el Congreso, y que ya recibió la solidaridad de Christa Nickels, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria de la Cámara de Diputados de Alemania.
Pero, también optimista, el abogado recuerda que el descubrimiento de los archivos obligó a desenterrar y poner a la luz muchos documentos secretos, lo que ayudó a reconstruir la historia del genocidio.
"Lo importante en estos días, es que después de 13 años de batalla jurídica un juez ordene el embargo de los bienes del dictador Alfredo Stroessner y que Interpol lo traiga desde Brasil, donde está en un exilio dorado. Otra conquista para nosotros es que la Corte Suprema de Justicia del Paraguay ordenó al juez Gustavo Santander trasladarse a Argentina a indagar con sus pares que se ocupan de la Operación Cóndor. El juez lleva pruebas de la vinculación directa del ex dictador (argentino) Jorge Rafael Videla con Cóndor, la lista de todos los argentinos detenidos y torturados en Paraguay, y tiene el mandato de reunirse con los familiares de 120 paraguayos desaparecidos en Argentina", destaca.
"Valió la pena encontrar los archivos, porque obligó a muchas acciones y en estos momentos envié la lista de todos los militares que estuvieron al servicio de la Operación Cóndor en los años 70 y 80. Aquí hemos conformado la Comisión de la Verdad y Justicia, que nosotros controlamos para que no sea utilizada para otros intereses."
"Irak tuvo la misma suerte"
Vuelve Almada al tema que le conmueve, el de la guerra: "Los paraguayos pensamos que Irak sufrió la misma suerte que nosotros cuando vinieron contra el mariscal Francisco Solano López (en la Guerra de la Triple Alianza de Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay, entre 1864 y 1870). Dijeron que iban a ocupar Paraguay por tres meses y por orden de Inglaterra ocuparon el país cinco años, con lo que significó esa ocupación en muerte y destrucción de un país soberano.
"El procedimiento imperia-lista no ha cambiado. Eso ocurrió hace más de un siglo y sigue el mismo sistema de dominación. Lo terrible es ver el retorno de un colonialismo brutal y del fascismo", advierte, en la víspera de una sesión en el Congreso paraguayo para tratar el tema de la entrada de fuerzas militares estadunidenses en distintas misiones en el país.
En este contexto, Almada advierte que la campaña estadunidense sobre las presuntas célucas terroristas islámicas en la Triple Frontera (Paraguay, Argentina, Brasil) es "un argumento absolutamente falso para crear terror y llevar a la militarización de esa zona estratégica. El terror no está en la Triple Frontera. En Asunción están los terroristas del pasado, aquí presentes como Alum y los torturadores del terrorismo de Estado.
"George W. Bush debería buscar a sus terroristas aquí, entre éstos que fueron los mejores amigos de Washington, y no ir a la Triple Frontera", insiste este hombre que, obsesionado durante año por lograr justicia, llegó una mañana de diciembre de 1992 hasta un cuartel de policía en los sububios de Asunción para descurbir toneladas de papeles de un archivo del horror, pero que ahora tendrá que enfrentar a sus torturadores, que lo enjuician.
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